Hay regresos que huelen a pólvora antes incluso de pulsar “play”. Esta vez, la sorpresa no viene del anuncio, sino del modo en que un personaje que creíamos perdido para siempre vuelve a abrirse paso a golpes en la pantalla. Sí, hablamos de ese tipo de regresos que no deberían ser posibles… pero que un creador como Genndy Tartakovsky convierte en pura leyenda.
Si te gusta la animación que no pide permiso, quédate. Y por cierto: síguenos en Google News para comentar qué te parece este giro de locura, que viene fuerte.
La vuelta más inesperada del año
Lo que llega el 12 de enero a HBO Max no es solo una nueva temporada. Es una declaración de intenciones por parte de Tartakovsky, el responsable de joyas como El laboratorio de Dexter, Samurai Jack o Sym-Bionic Titan. Un creador que ya había demostrado que se podía narrar una historia épica sin una sola línea de diálogo… y aun así dejarnos pegados al asiento capítulo tras capítulo.
Primal, su serie más feroz y premiada, avalada por cinco premios Emmy, nos había dejado en shock con un final que parecía definitivo. Spear, ese cavernícola imposible de olvidar, había dado su último aliento en un sacrificio devastador que todavía retumba entre los fans de la animación para adultos.
Pero Tartakovsky no juega en la misma liga que el resto. Y esta nueva etapa parte de una idea tan atrevida, tan pulp y tan descabelladamente salvaje, que ni siquiera sus colegas en Adult Swim podían creérselo al principio.
Una resurrección brutal que cambia todas las reglas
La nueva temporada de Primal arranca con un giro que nadie vio venir: Spear regresa, pero no como lo recordamos. Lo hace transformado en una versión distinta de sí mismo, despojado de memoria, humanidad y propósito. Un cuerpo que camina, sobrevive y golpea casi por instinto, como si se tratase de una sombra que todavía no sabe que fue un héroe.
Ese renacimiento —más físico que espiritual— es el motor de la nueva trama. Tartakovsky lo utiliza para arrastrarnos por un mundo que es incluso más violento, primitivo y despiadado que el de las temporadas anteriores. Y a medida que Spear avanza entre depredadores imposibles, paisajes que parecen una pesadilla prehistórica y nuevas especies que harían temblar a cualquier explorador, los ecos de su vida pasada empiezan a despertarse.
¿Recuerdas aquel vínculo tan inesperado con un dinosaurio al borde de la extinción? ¿La batalla final que lo cambió todo? Aquí regresa esa carga emocional, pero revestida de una intensidad aún más brutal. Porque cuando un guerrero olvida quién fue… y lo vuelve a descubrir a golpes, la serie estalla de una forma completamente nueva. ¿No crees que es una forma increíble de reinventar una historia sin traicionar su esencia?
Una temporada que Tartakovsky creó contra toda lógica
El propio Genndy Tartakovsky confesó que, tras cerrar la etapa de Spear, pensaba dejar la historia atrás. Pero una idea “más dura, más pulp y más irresistible”, como él mismo la define, le explotó en la cabeza. No fue algo planificado: fue una corazonada creativa que terminó convenciendo a todo el equipo.
Michael Ouweleen, presidente de Adult Swim, lo explicó con una frase que resume la filosofía del estudio: “No todo el mundo puede matar a su personaje principal y luego decir ‘bueno, pensándolo bien…’, y salir airoso. Pero Genndy no se pone la vida fácil.”
Y era cierto. Matar a un protagonista en una segunda temporada ya es osado. Hacerlo sabiendo que no hay retorno posible es directamente un salto al vacío. Pero Tartakovsky jamás ha sido un creador que elija el camino sencillo. Por eso la tercera temporada se adentra en un terreno narrativo completamente nuevo, donde sobrevivir es apenas el primer paso.
Ouweleen lo remató así: “Si creías que aquella muerte era el momento más emotivo de la serie, espera a ver lo que te espera ahora.” Una frase que, viniendo de quien viene, solo puede significar una cosa: prepárate emocionalmente. Esto no es una simple continuación. Es una reinvención salvaje.
Un equipo creativo en estado de gracia
El regreso viene acompañado por un dream team que ya había demostrado su talento en las temporadas anteriores. El diseño artístico vuelve a estar firmado por Scott Wills, conocido por su trabajo en El show de Ren y Stimpy y Samurai Jack. Esa mezcla de colores rugosos, sombras vivas y movimiento agresivo es, simplemente, inconfundible.
A la música regresan Tyler Bates (Guardianes de la Galaxia, Samurai Jack) y Joanne Higginbottom, que aportan esa atmósfera de peligro constante, de respiración contenida, de ritmo tribal y emocional que convierte cada capítulo en un viaje sensorial.
Los efectos de sonido quedan en manos de Joel Valentine, cuya rugosidad sonora, llena de crujidos, rugidos, huesos, golpes y ecos de selvas primitivas, ayuda a construir esta sensación de estar ante un universo vivo… y hambriento.
Además, durante la Comic Con de Nueva York, se presentó el primer avance de esta temporada, y la reacción general fue la misma: Esto va a ir más lejos de lo que nadie imaginaba.
Una animación que vuelve a elevar el listón
La serie siempre se ha definido por su brutalidad poética. Por esa forma de contar emociones profundas —pérdida, duelo, lealtad, rabia, sacrificio— sin necesidad de palabras. Y esta temporada parece dispuesta a llevar ese sello al límite.
El renacimiento de Spear no solo implica un cambio físico, sino una exploración emocional que no habíamos visto antes. Es un viaje a través del dolor, la identidad y la memoria, contado con golpes secos, silencios tensos y planos que dicen más que mil diálogos.
Aquí Tartakovsky no teme ensuciar el dibujo, romperlo, deformarlo, hacerlo más feroz. El resultado es una animación que se siente orgánica, muscular, casi peligrosa. Una animación que respira, ruge y muerde.
Un reencuentro que promete marcar a los espectadores
Mientras Spear avanza por este nuevo mundo, los recuerdos comienzan a arañar lentamente su mente. No aparecen como flashes amables, sino como una especie de dolor fantasma, como si el pasado reclamara lo que le pertenece.
Y cuando ese pasado por fin lo alcanza… la serie golpea como un meteorito. Tartakovsky ya ha jugado antes con el concepto de la emoción silenciosa, pero aquí lo lleva más alto que nunca.
¿Significa esto que veremos respuestas? ¿Un cierre? ¿Un nuevo comienzo? Eso queda en manos de un creador que siempre sorprende justo cuando crees que ya lo entiendes. ¿Qué opinas tú? ¿Tienes teorías sobre cómo será ese reencuentro?
Un regreso que confirma por qué la animación adulta vive un momento dorado
Cada vez es más evidente: la animación para adultos está escalando a niveles de sofisticación y riesgo que hace una década parecían imposibles. Y esta serie —con su violencia elegante, su narrativa primitiva y su silenciosa sensibilidad— ha sido una de las responsables de abrir ese camino.
La nueva temporada de PRIMAL no solo recupera a Spear: recupera una forma de entender la animación como un lenguaje que no tiene límites, ni de forma ni de contenido. Es una obra sin filtros y sin concesiones, que vuelve más feroz que nunca a HBO Max.
Si te gustan los universos que te sacuden, que te tensan y que no te hablan con suavidad, este regreso se convierte directamente en una cita obligada. Porque algunos personajes mueren para siempre. Y otros… regresan todavía más salvajes.
