¿Alguna vez pensaste en esconderte en un Toys “R” Us y vivir de M&M’s como si fuese la dieta oficial de un superhéroe venido a menos? Pues esa locura pasó de verdad y ahora se ha convertido en película. Roofman, la nueva cinta dirigida por Derek Cianfrance y protagonizada por Channing Tatum y Kirsten Dunst, acaba de presentarse en el Festival de Toronto y ya se habla de ella como una de las experiencias cinematográficas más sorprendentes del año.
Lo que parecía un relato sacado de una novela pulp se transforma aquí en un drama humano con tintes de comedia romántica, crimen de manual y una dosis de nostalgia noventera que huele a hamburguesa de McDonald’s y a pasillos interminables de juguetes.
Así arranca el fenómeno: Toronto se sube al tejado
El estreno mundial en el TIFF del 6 de septiembre levantó sonrisas, debates y hasta algún aplauso de pie. La historia real de Jeffrey Manchester, un veterano del 82º Aerotransportado que, incapaz de mantener a su familia, decidió robar más de 40 restaurantes entrando por el techo, parecía carne de documental. Pero Cianfrance le da el giro hollywoodiense, reconstruyendo incluso un Toys “R” Us abandonado como escenario central de este delirante capítulo de la vida real.
La fecha de estreno ya está marcada: 10 de octubre de 2025, cuando Paramount la llevará a las salas de todo el mundo.
¿Qué dicen los críticos? Spoiler: Tatum brilla, Dunst enamora
Entre los grandes medios de EE. UU. hay consenso en algo: Channing Tatum tiene aquí uno de los papeles más completos de su carrera, equilibrando carisma, fragilidad y ese puntito pícaro que lo convirtió en estrella. Kirsten Dunst vuelve a demostrar que la nota falsa no existe en su repertorio: como Leigh, madre trabajadora y devota, aporta verdad y una química con Tatum que hace crujir la butaca.
Variety subraya la “máxima simpatía” del criminal y el vibe de cine setentero que imprime Cianfrance, encajando la historia en la tradición americana de “vamos a querer al canalla” sin perder un poso trágico. También aplauden la recreación del Toys “R” Us, que funciona como parque temático emocional y escenario de set pieces muy recordables.
IndieWire, en cambio, enfría un poco el hype: valora la inventiva del protagonista y la química de la pareja, pero afea que la peli se incline por el subidón feel-good y pase de puntillas por los ángulos más incómodos de la historia real. Le cuelgan un C+ y hablan de “crowd-pleaser superficial” que deja temas jugosos sin exprimir.
Desde Deadline llega el titular que enciende la mecha: la coloca entre “lo mejor de 2025” y celebra el tándem Tatum & Dunst como triunfo absoluto, señalando que Cianfrance firma aquí una película de estudio para públicos masivos que ya no se hacen tanto. (La pieza circula ampliamente en agregadores mientras la web original está restringida).
Lo que hace única a esta película
Cianfrance, que en el pasado nos dejó dramas intensos como Blue Valentine, cambia de registro y se atreve con un relato que mezcla géneros sin miedo. El resultado es un cóctel extraño pero magnético: una historia de amor improbable, un thriller criminal con escapadas de película y, por encima de todo, una reflexión sobre la necesidad de pertenecer a una comunidad, incluso cuando vives oculto entre estanterías llenas de muñecos y bicicletas de Spiderman.
El diseño de producción merece un párrafo aparte. El Toys “R” Us recreado es prácticamente un personaje más: un espacio lleno de ironía, pues el protagonista se convierte en ladrón precisamente porque no pudo regalarle una bici a su hija. El contraste entre los colores chillones de la tienda y la vida clandestina del personaje es tan absurdo como hipnótico.
El reparto, otro punto a favor
Tatum sorprende con un registro complejo: un hombre atrapado entre la desesperación y la simpatía, capaz de robarte la cartera… pero pidiéndote perdón antes de hacerlo. A su lado, Dunst aporta esa mezcla de dulzura y fortaleza que la ha consolidado como una de las actrices más sólidas de su generación.
El show, sin embargo, se lo roba en varios momentos Peter Dinklage, convertido en un jefe insufrible cuyo choque con el protagonista deja algunas de las escenas más divertidas de la cinta. Ben Mendelsohn y Uzo Aduba completan el cuadro desde el terreno de la fe y la comunidad, mientras LaKeith Stanfield y Juno Temple ponen el acento en el lado oscuro de la supervivencia.
El veredicto: techo alto, conciencia en debate
Lo que está claro es que ‘Roofman’ no deja indiferente. Para algunos críticos, es la prueba de que aún se pueden hacer películas de estudio con alma, de esas que mezclan entretenimiento con un corazón palpitante. Para otros, es un caramelo demasiado azucarado que evita enfrentarse de lleno a las preguntas incómodas sobre desigualdad, reinserción o el sistema judicial.
Pero quizá ahí está el truco: en su voluntad de ser a la vez un cuento romántico, una tragicomedia criminal y un homenaje a las segundas oportunidades.
Y ahora, ¿qué?
Con el estreno en salas a la vuelta de la esquina, las expectativas están por las nubes. ‘Roofman’ puede convertirse en la sleeper hit del otoño, esa película que nadie esperaba pero de la que todos hablan. Y aunque la moralidad del asunto quede en debate, nadie podrá negar que Tatum y Dunst ofrecen una de las parejas más entrañables y sorprendentes que hemos visto en años.
Así que ya sabes: si octubre te pilla con ganas de cine con alma noventera, risas inesperadas y un romance entre estanterías de juguetes, ‘Roofman’ promete darte justo eso. Eso sí, lleva unas Peanut M&M’s para acompañar.
