Durante años, Pixar fue sinónimo de excelencia. Era el estudio que lo cambiaba todo con cada película: de Toy Story a Up, de Inside Out a Coco. Pero algo se ha roto. Algo que ya no se puede disimular con nostalgia, secuelas o frases bonitas.
Lo ha confirmado el propio Pete Docter, director creativo de Pixar, en un momento delicado: justo antes del estreno más flojo que han tenido en mucho tiempo, Elio.
Una verdad incómoda: el público ya no responde igual a los estrenos de Pixar
Docter, que sabe lo que es crear éxitos gigantescos, fue directo en el evento “Most Innovative Companies Summit». No lo maquilló. No lo suavizó. Reconoció que la cosa va mal. Que Pixar atraviesa un momento difícil. Que ya no basta con tener una buena idea o un universo colorido. Porque ahora se trabaja igual de duro para un éxito que para un fracaso.
«Es un momento complicado, y todo lo que podemos hacer es intentar hacer películas que estén lideradas por nosotros mismos. Tenemos que creer en ellas», dijo Docter. «No puedes planear estas cosas. A veces, simplemente das con la combinación adecuada».
Pero lo cierto es que Pixar lleva tiempo sin dar con esa combinación. La prueba está en los números. Mientras remakes como Cómo entrenar a tu dragón (versión live action) lideraban la taquilla en su segunda semana, Elio se estrenaba sin brillo, ocupando un discreto tercer lugar. Para un estudio como Pixar, eso es una señal clara.
Además, Elio tiene un presupuesto de unos 150 millones, aunque hay informaciones que apuntan a que superó los 300 millones pro la cantidad de cambios que tuvo. Por ahora, lleva 34 millones en taquilla… Mal asunto.
Elio – Pixar
¿Qué ha pasado con las ideas originales?
Una parte del problema es evidente: las ideas nuevas no conectan. Al menos no como antes. Mientras Toy Story, Los Increíbles o Buscando a Nemo se convirtieron en fenómenos desde el primer tráiler, películas más recientes como Lightyear, Onward o la propia Elio han tenido una acogida fría. Y eso preocupa.
La paradoja es que Pixar sigue defendiendo lo que siempre ha hecho: apostar por la creatividad. Pero ahora el entorno ha cambiado por completo. Hay mucha más competencia, más estudios apostando fuerte, y una avalancha constante de contenidos animados de todos los rincones del mundo, disponibles al instante en cualquier plataforma.
Y luego está el gran elefante en la habitación: Disney+ ha cambiado las reglas del juego. Muchos espectadores ya ni se plantean ir al cine. Prefieren esperar a que la película esté disponible en casa. Y eso ha hecho daño a los estrenos de Pixar, acostumbrados a arrasar en salas.
El riesgo de repetir fórmulas
La respuesta más fácil sería tirar de secuelas. Y Pixar lo sabe. Tiene en marcha Toy Story 5, Coco 2, y ya se rumorea que Los Increíbles 3 también está en camino. Pero Docter no quiere caer en esa trampa.
«Tenemos que averiguar qué quiere la gente antes de que lo sepan», explicó. «Porque si solo les damos más de lo que conocen, estaríamos haciendo Toy Story 27».
Pixar
No es una broma. Es una advertencia. Si Pixar se limita a repetir lo que ya funcionó, corre el riesgo de convertirse en una fábrica de nostalgia vacía. Algo que sería devastador para un estudio que se construyó sobre la innovación.
¿Todavía hay magia?
Aquí es donde entra la parte difícil de analizar. Porque sí, Elio ha empezado flojo. Pero películas como Elemental también lo hicieron… y terminaron convirtiéndose en pequeños éxitos silenciosos. Recuperaron terreno en Disney+, en boca a boca, y poco a poco se ganaron al público.
Lo que demuestra que la magia de Pixar no ha desaparecido. Solo está en otro sitio. Es menos ruidosa. Más difícil de detectar. Pero sigue ahí.
Películas como Soul, Turning Red o Luca no han sido fenómenos de taquilla, pero han tenido una vida larga y profunda en plataformas, con un público fiel que las defiende con fuerza. Pixar sigue tocando temas delicados, sigue apostando por personajes raros, situaciones emotivas y un enfoque distinto. Aunque el mundo que lo rodea ya no sea el mismo.
El futuro inmediato: secuelas, riesgos y esperanza
A corto plazo, Pixar tiene varias cartas en la mesa. Algunas seguras, otras no tanto. Estas son las próximas películas anunciadas:
- Hoppers (6 de marzo de 2026)
- Toy Story 5 (19 de junio de 2026)
- Gatto (18 de junio de 2027)
- Los Increíbles 3 (sin fecha)
- Coco 2 (2029)
Es evidente que están mezclando estrategia: un poco de nostalgia, un poco de riesgo. Intentan cubrir todas las bases. Pero todo dependerá de una cosa: si el público vuelve a creer en ellos.
¿Y si la solución es dejar de intentar complacer?
La frase más reveladora de Pete Docter no fue una gran declaración de intenciones. Fue algo casi accidental, casi resignado: «A veces simplemente das con la combinación adecuada».
Esa es la clave. Pixar no puede perseguir el éxito como se persigue una fórmula matemática. Tiene que volver a ser lo que era: un lugar donde se cuenta una historia porque alguien siente que debe contarla. No porque los datos digan que va a funcionar.
Quizá ahí está la salida de esta crisis. No en mirar lo que quieren los demás, sino en volver a mirar hacia dentro. Como hicieron con Up. Como hicieron con Inside Out. Como están intentando hacer ahora, en medio de la tormenta.




