Cuando creías que ya habías visto todo lo que una película de ciencia ficción podía darte, aparece una sorpresa que te deja mirando la pantalla con esa mezcla de “¿qué acabo de ver?” y “quiero volver a verlo ahora mismo”. Sí, a veces ocurre: una cinta pequeña, escondida, casi secreta… termina convirtiéndose en el mayor golpe del año. ¿No crees que eso es justo lo que hace especial al cine?
Pues agárrate, porque Resurrection llega dispuesta a convertirse en la experiencia cinematográfica más intensa de 2025, y lo más curioso es que casi nadie la tenía en el radar.
Una película de ciencia ficción que nadie vio venir
Lo fascinante de Resurrection es que aterriza sin ruido, como esas películas de ciencia ficción que se cuelan en festivales, ganan premios, generan murmullos… y de pronto explotan. Ya pasó en su estreno internacional: ovación en Cannes, Premio Especial del Jurado y un montón de críticos diciendo que es la “película del año… de la década… del siglo”. Vamos, que si querían levantar expectativas, lo han conseguido.
La premisa ya te deja tocado: en un futuro donde la humanidad ha renunciado a la capacidad de soñar a cambio de la inmortalidad, empieza a surgir gente que vuelve a soñar… y eso está rompiendo el tejido del tiempo. ¿Y tú qué harías en un mundo donde soñar es prácticamente ilegal? No sé tú, pero yo tendría miedo de lo que puede pasar si los sueños se descontrolan. ¿Qué opinas?
La protagonista es Miss Shu, interpretada por Shu Qi, que un día descubre que estos soñadores existen. Lo que hace después marca el ritmo de toda la película de ciencia ficción: se mete dentro de los sueños de uno de ellos, recorriendo mundos deformados, recuerdos imposibles y una especie de viaje emocional que parece tocar algo en quien lo ve. Y lo hace en varios capítulos, cada uno con una estética distinta, como si el propio cine tuviera mil caras.
Resurrection (2025)
Críticas que hablan de una experiencia irrepetible
En cuanto las primeras reacciones llegaron a redes, la cosa se puso seria:
- “Película del año… de la década… del siglo”, decía uno.
- “Lo que vas al cine a ver”, apuntaba otro.
- “Una de las experiencias más trascendentes de mi vida”, aseguraban también.
Este tipo de comentarios no son normales ni siquiera para una película de ciencia ficción de autor. Pero aquí parece que hay algo más profundo: muchos críticos aseguran que Resurrection te “levita el alma”. Y no lo digo yo, lo dicen ellos tal cual. Suena exagerado, pero viendo la ambición de Bi Gan, uno hasta se lo cree.
Las críticas coinciden en que es compleja, desconcertante, incluso abrumadora. Pero lejos de ser un defecto, se ha convertido en parte de su encanto. Esa sensación de no entenderlo todo, de tener que “sentir” en lugar de analizar, es algo que cada vez se ve menos. Y oye, también tiene su magia perderse un poco, ¿no?
Resurrection (2025)
Bi Gan lleva el género a otro nivel
Si el nombre Bi Gan te suena, es normal. En 2018 estrenó Long Day’s Journey into Night, una película tan hipnótica como caótica que ya dejaba claro que este director veía el cine de otra manera. Aquella cinta tenía una secuencia final legendaria y un nivel visual que te atrapaba aunque no entendieras del todo qué estaba pasando.
Pues bien, Resurrection es el paso adelante que se veía venir. Una película de ciencia ficción que combina ambición estética extrema con una carga emocional que se va colando en tu cerebro. Visualmente, es un espectáculo: Bi Gan trabaja con su cinematógrafo habitual, Dong Jin Song, y juntos construyen imágenes tan elegantes y desbordantes que podrías ver la peli sin sonido y seguiría siendo increíble.
Lo más llamativo es la estructura en seis secuencias, cada una homenajeando un estilo cinematográfico distinto. Del cine europeo a tendencias chinas contemporáneas, pasando por experimentos visuales que parecen sacados de un sueño que intentas recordar. La creatividad se mantiene todo el metraje, y eso que estamos hablando de dos horas y cuarenta minutos. Vamos, que si te gusta el cine que se atreve a jugar, aquí tienes partida para rato.
Una historia que mezcla sueños, sentidos y emociones
Aunque muchos repiten que no tiene un “argumento tradicional”, sí hay un hilo emocional que te guía de principio a fin. La película juega con la lógica del sueño, pero en cada segmento hay algo profundamente humano: miedo, deseo, memoria, pérdida.
Y luego está el tema de los sentidos. Cada parte explora uno distinto: vista, olfato, oído… y la mente. No es algo que tengas que analizar mientras la ves, de hecho lo entiendes más en retrospectiva, pero le da una textura sensorial muy particular. Algo que pocas películas de ciencia ficción actuales exploran de manera tan poética.
Jackson Yee se encarga de cinco personajes distintos a lo largo del relato, y lo hace tan bien que ni te das cuenta de que es la misma persona hasta después. Es uno de esos trabajos actorales que funcionan precisamente porque no llaman la atención sobre sí mismos. Simplemente… encajan.
Un final que confirma su estatus de obra mayor
Cuando piensas que la película ya ha dicho todo, llega un epílogo que sube el nivel aún más. Es de esos momentos que te dejan en silencio mirando los créditos. Tiene fuerza, emoción y una frase final que algunos críticos han descrito como “una despedida perfecta”. Y sí, puede sonar cursi, pero si la peli te atrapa, esa frase se te queda grabada.
Algo curioso es cómo todo el lore de ciencia ficción del principio, tan denso y casi imposible de seguir, termina siendo secundario. Bi Gan no quiere que descifres nada, quiere que sientas. Y en ese terreno, Resurrection juega en primera división.
Además, es un homenaje al propio cine sin caer en el típico “cine sobre cine” que a veces se vuelve pretencioso. Aquí la metáfora visual tiene más peso que las palabras, y eso lo hace más honesto, más directo. ¿No te pasa que a veces una imagen te dice más que un discurso entero?
Si quieres ver una gran película de ciencia ficción… ¡No te la pierdas!
Si te gustan las historias que te sacuden y te obligan a salir del cine pensando en lo que acabas de ver, Resurrection debería estar ya en tu lista. No es una película de ciencia ficción cualquiera: es una experiencia sensorial, emocional y estética que te mete dentro del sueño de otra persona y te hace preguntarte si tú también estás soñando sin darte cuenta.
Y si encima te apetece descubrirla antes de que se convierta en obra de culto, porque pinta que va a pasar, esta es tu oportunidad. Yo, desde luego, no pienso perdérmela en pantalla grande. ¿Tú qué harías? ¿Te atreves con una de las películas más arriesgadas de 2025?




