Agárrate fuerte. Porque lo que vas a leer podría cambiar para siempre tu forma de ver Matrix y Origen (Inception). Dos de las películas más influyentes del cine moderno no salieron de la nada. Y, aunque parezca increíble, ambas podrían beber de la misma fuente: una joya olvidada de los 80 que jugaba con los sueños, la identidad y la manipulación de la realidad mucho antes de que Neo o Cobb se enfrentaran a sus demonios. Se llama Dreamscape. Y puede que sea la película de ciencia ficción más influyente de la que nadie habla.
Antes de Matrix, hubo sueños dentro de sueños
Estrenada en 1984 y protagonizada por Dennis Quaid, Max von Sydow y Christopher Plummer, Dreamscape (La forma del sueño en algunas traducciones) cuenta la historia de un joven con habilidades psíquicas reclutado por un programa secreto del gobierno para adentrarse en los sueños de otras personas. Suena familiar, ¿verdad?
La conexión con Inception es directa. En Dreamscape, el protagonista entra en el subconsciente de otras personas durante la fase REM para influir, manipular o incluso asesinar. Sí, asesinatos dentro de sueños. Y todo ello respaldado por una conspiración gubernamental que haría palidecer a la de Tenet.
Y no solo eso: los entornos oníricos, las distorsiones del espacio, la lógica surrealista y los traumas que se manifiestan como monstruos… todo estaba ya ahí. 26 años antes de que Christopher Nolan ganara un Oscar por contarnos algo parecido.

¿Y qué tiene que ver con Matrix?
Más de lo que imaginas. En Dreamscape, los personajes comienzan a cuestionar qué es real y qué no. La línea entre el sueño y la vigilia se difumina peligrosamente. Algunas secuencias muestran ciudades que se desmoronan, realidades que se pliegan sobre sí mismas, y entidades que controlan desde las sombras lo que sucede en los sueños. Cambias “sueños” por “la Matrix” y tienes prácticamente el mismo conflicto que sufre Neo.
Incluso el uso de tecnología para acceder a otra capa de realidad tiene paralelismos. En lugar de conectarse a través de cables y programas, en Dreamscape lo hacen a través de capacidades psíquicas estimuladas con tecnología experimental. Pero el efecto narrativo es el mismo: lo que vemos, lo que creemos, puede no ser la verdad.
Una joya adelantada a su tiempo
Lo curioso es que Dreamscape no es una película menor. Tuvo un presupuesto decente, efectos especiales notables para la época y una idea tan potente que hoy se vería como “de autor con aspiraciones mainstream”. El problema es que llegó demasiado pronto. En 1984, la ciencia ficción aún no estaba lista para mezclar filosofía, thriller político y surrealismo onírico.
Ese mismo año, por cierto, se estrenaban Terminator y Dune. La competencia era feroz. Pero con el tiempo, el eco de Dreamscape ha resonado en muchas otras obras: desde The Cell hasta Paprika, pasando por series como Fringe o Stranger Things. Y sí, también en Matrix y Origen.

Christopher Nolan y los sueños dentro de sueños
Nolan ha citado Paprika de Satoshi Kon como una de sus grandes influencias para Inception, pero nunca ha hablado de Dreamscape. ¿Casualidad? Tal vez. ¿Coincidencia visual, temática y narrativa? Difícil de creer.
Dreamscape fue una de las primeras películas en representar de forma explícita las capas de sueño dentro del sueño, algo que Nolan llevó al extremo con su ya célebre “nivel tres”. Además, el conflicto interno del protagonista de Dreamscape está directamente relacionado con traumas personales, igual que ocurre con Cobb y el recuerdo de su esposa.
Y por si fuera poco, el clímax de Dreamscape incluye una pelea dentro de un sueño con un ente malvado que representa los miedos más profundos del personaje… ¿te suena a algo?
¿Dónde puedes verla?
Aunque no es fácil de encontrar en plataformas habituales, Dreamscape ha sido editada en Blu-ray por Shout! Factory y ocasionalmente aparece en servicios como Filmin, Rakuten o Apple TV en versión de alquiler. Si tienes una colección de cine en físico, búscala. Si no, te mereces una sesión de cine distinta, extraña… y reveladora.
Porque si te apasiona la ciencia ficción con ideas grandes, viajes mentales y dilemas existenciales, Dreamscape no solo es una joya olvidada. Es, probablemente, la semilla de algunas de tus películas favoritas.
¿Influencia directa o coincidencia?
La pregunta queda en el aire. Tal vez los Wachowski y Nolan nunca vieron Dreamscape. Tal vez sus guiones salieron de un lugar distinto, paralelo, pero no conectado. O tal vez, como ocurre en los sueños, las ideas se cruzan, se infiltran y germinan sin que sepamos muy bien cómo ni por qué.
Lo único cierto es que, si eres de los que buscan los orígenes ocultos de los grandes éxitos del cine moderno… esta película te va a volar la cabeza.




