Cuando uno de los directores más exigentes del cine escoge la mejor serie y dice que es una obra maestra, conviene prestarle atención. Y si ese director es Stanley Kubrick (1928-1999), más todavía.
Stanley Kubrick no era precisamente fácil de impresionar. Hablamos del genio detrás de La naranja mecánica, 2001: Una odisea del espacio, El resplandor o La chaqueta metálica. Un director obsesivo con cada plano, con cada palabra de guion y cada detalle del sonido. Por eso sorprende tanto descubrir que una de las pocas veces que se rindió ante una obra ajena fue con un programa de la televisión polaca y que muy poca gente conoce.
La mejor serie según Stanley Kubrick se llama El decálogo y no tiene nada que envidiar a las grandes producciones
El decálogo (Dekalog) fue dirigida por Krzysztof Kieślowski, uno de los cineastas más respetados de Europa, junto a su co-guionista Krzysztof Piesiewicz. Se trata de una miniserie compuesta por 10 episodios, cada uno inspirado por uno de los Diez Mandamientos. No son adaptaciones religiosas, sino exploraciones morales profundamente humanas, situadas en la Varsovia de los años 80.
Cada capítulo es independiente, pero todos transcurren en el mismo complejo de apartamentos, donde los personajes a veces se cruzan, se observan o simplemente comparten el mismo aire. No hay tramas sobrenaturales ni efectos especiales: solo decisiones difíciles, emociones crudas y preguntas que no tienen una sola respuesta.
¿Por qué Kubrick la consideraba que es la mejor serie que existía?
En 1991, Stanley Kubrick escribió el prólogo para el libro de guiones de El decálogo. Y no era algo que hiciera con frecuencia. De hecho, es la única vez que lo hizo en toda su carrera. ¿Qué dijo? Aquí va una parte clave:
«Kieślowski y Piesiewicz tienen la rara habilidad de dramatizar sus ideas en lugar de simplemente hablar de ellas. Consiguen que el espectador descubra por sí mismo lo que está pasando. Lo hacen con una habilidad tan deslumbrante que no te das cuenta de que te han tocado el corazón hasta mucho después».
En otras palabras, Kubrick encontró en El decálogo justo lo que él mismo perseguía como cineasta: que la historia se muestre, no se explique. Que las emociones se construyan desde la acción, no desde los discursos.
El decálogo
Así funciona El decálogo: los mandamientos como excusa para hablar de lo humano
Cada episodio de El decálogo toma uno de los mandamientos como punto de partida para contar una historia que pone en jaque la moral del espectador. Pero no se trata de sermones ni de lecciones obvias. Aquí todo es gris, ambiguo, desafiante.
Te doy un vistazo rápido de la mejor serie según Stanley Kubrick:
Capítulo 1: Un hombre educa a su hijo en el valor absoluto de la ciencia… hasta que la ciencia le falla.
Capítulo 2: Una mujer embarazada necesita saber si su marido morirá para decidir si sigue adelante con el embarazo.
Capítulo 5: Un crimen brutal y su juicio. Tan perturbador que Kieślowski lo adaptó después a largometraje como No matarás.
Capítulo 6: Un joven espía a su vecina, pero lo que empieza como obsesión cambia por completo cuando ella lo descubre.
Y así hasta completar los diez. En todos, el dilema moral está ahí, agazapado, esperando al espectador. Lo que empieza siendo una historia sencilla acaba abriendo una grieta en el alma.
¿Religioso? No necesariamente
Aunque el título hace referencia a los Diez Mandamientos, Kieślowski nunca pretendió hacer la mejor serie religiosa. Para él, los mandamientos eran solo un marco desde el que explorar los valores que guían nuestras vidas: la verdad, el amor, la familia, la vida, la propiedad, el deseo.
De hecho, uno de los grandes logros de El decálogo es que plantea preguntas sin dar respuestas. No hay castigos divinos ni moralejas claras. Solo decisiones difíciles que cualquiera podría enfrentar, incluso tú o yo.
El decálogo
Una joya oculta que marcó a Kubrick
Pese a que la considerada mejor serie fue emitida en la televisión polaca entre 1989 y 1990, tardó un tiempo en llegar a ser valorada fuera de su país. Pero cuando lo hizo, lo hizo a lo grande. Críticos de todo el mundo la han calificado como una de las mejores producciones audiovisuales jamás realizadas. Y si Stanley Kubrick lo dijo antes que nadie… ¿Quién va a llevarle la contraria?
Además, según Jan Harlan, productor ejecutivo de Kubrick, El decálogo fue una de las pocas obras que el director recomendaba activamente. Incluso decía que era algo que todo buen narrador debía ver.
¿Dónde verla?
Afortunadamente, El decálogo no se ha perdido con el tiempo. Está disponible en algunas plataformas de streaming dedicadas al cine de autor, y también puede encontrarse en edición física restaurada en Blu-ray. Puede que no sea fácil de encontrar, pero vale cada minuto de búsqueda.
No esperes explosiones, ni giros imposibles, ni tramas aceleradas. Esta es una serie que se cocina a fuego lento, que te obliga a mirar hacia adentro. Pero si le das una oportunidad, Dekalog puede quedarse contigo mucho más tiempo que cualquier otra serie que hayas visto este año.
¿La mejor serie de todos los tiempos?
No tiene el marketing de Breaking Bad, ni la épica de Juego de Tronos, ni los memes de Stranger Things. Pero El decálogo tiene algo que pocos títulos tienen: la bendición de uno de los directores más grandes que ha existido.
Así que la próxima vez que alguien te pregunte cuál es la mejor serie de la historia, puedes soltar el nombre con calma: El decálogo. Y luego ver cómo se le queda la cara de curiosidad.




