Puede que no tenga superhéroes con capa ni portales interdimensionales. Pero la película de vampiros más potente de 2025 comparte más con el Universo Cinematográfico de Marvel de lo que parece. Y no, no es un spin-off, ni una historia alternativa. Es algo más extraño, inesperado y real.
Ryan Coogler, el director de Black Panther, firmó con Sinners (Los Pecadores) una película de vampiros brutal, cruda y con alma. Y aunque su historia nada tiene que ver con los Vengadores o Wakanda, su conexión con Marvel va mucho más allá de lo simbólico. De hecho, parte del MCU está literalmente dentro de la película. Así de surrealista y fascinante es esta historia.
La película que se vistió con ropa de Blade
Durante un episodio reciente del podcast ScreenCrush, el productor Sev Ohanian reveló un detalle que ha pasado desapercibido: Marvel Studios prestó parte del vestuario de Blade, una película que nunca llegó a rodarse, para que Sinners pudiera salir adelante.
«Ruth Carter estaba trabajando en Blade, que finalmente no se rodó», explicó Ohanian. «En un momento dado, esa película iba a estar ambientada en los años 20. Ruth tenía un almacén lleno de ropa de esa época, y Marvel fue lo bastante generosa como para dejarnos comprarla a precio de coste».
Esa ropa, originalmente diseñada para Mahershala Ali como Blade, terminó vistiéndolo todo en Sinners, desde los extras hasta las escenas clave del local nocturno que protagoniza la historia. Es una conexión inesperada que une dos mundos: la película de vampiros de Coogler y la saga que Marvel sigue intentando levantar desde 2019.
Sinners
La sombra de Blade que nunca fue
La película de Blade, protagonizada por Mahershala Ali, lleva años atrapada en el limbo. Su breve cameo en Los Eternos en 2021 prometía un futuro brillante, pero lo cierto es que ese proyecto nunca encontró su voz ni su historia. De hecho, lo único que sabíamos hasta ahora es que iba a estar ambientado en los años 20, siendo de las primeras historias cronológicamente hablando del MCU.
Ahora, con la revelación de Ohanian, sabemos que ese enfoque de época sí llegó a materializarse… en otra película de vampiros. Lo que no pudo ser Blade, sí fue Sinners. Y el resultado ha sido uno de los éxitos sorpresa del año.
De Marvel a Mississippi: la siniestra sinopsis de Sinners
La historia no podría ser más diferente a lo habitual en Marvel: dos hermanos gemelos, Smoke y Stack Moore, regresan a Mississippi tras combatir en la Primera Guerra Mundial. Con dinero sucio y sueños limpios, montan una especie de club musical afroamericano en un viejo aserradero.
La película arranca como un drama sureño con tintes sociales y musicales, pero pronto da un giro brutal hacia el terror: una banda de vampiros irlandeses, liderada por el implacable Remmick, convierte el local en un campo de batalla sobrenatural.
Con un reparto encabezado por Michael B. Jordan en un doble papel, Sinners mezcla crítica racial, folklore, música y violencia sin perder el pulso. Todo suena auténtico, desde los conjuros Hoodoo hasta las balas de ajo y blues.
Sinners
Vampiros, racismo y redención
A diferencia de otras cintas del género, Sinners no romantiza el vampirismo. Lo retrata como una maldición, como una nueva forma de opresión que se disfraza de liberación. La propuesta de Remmick de unirse a él suena tentadora: inmortalidad, poder, libertad. Pero también implica perder la humanidad, la historia y los vínculos.
Las escenas finales son desgarradoras: la comunidad se rompe, la sangre lo tiñe todo, y el amanecer se convierte en sentencia. Y sin embargo, el mensaje es claro: incluso en medio de la oscuridad más absoluta, hay espacio para resistir, para cantar y para morir en paz.
¿Y si Sinners es lo más parecido que tendremos a Blade?
Es irónico que una película de vampiros que no tiene nada que ver con Marvel sea, al mismo tiempo, el reflejo más puro de lo que Blade podría haber sido. Una historia de época, protagonizada por afroamericanos, con raíces culturales profundas y un enfoque adulto del terror.
Quizá por eso Sinners ha conectado tan bien con crítica y público. Ha recaudado más de 364 millones de dólares y se ha convertido en uno de los títulos más aplaudidos del año. Y lo ha hecho sin necesidad de formar parte de una franquicia.
Pero no lo ha hecho sola. Marvel, aunque sea de forma indirecta, estuvo ahí. Con sus trajes, con su idea original y con ese vestuario que Ruth Carter ya había preparado para otra historia de sangre y redención.
Sinners (Los pecadores)
Un final que pone los pelos de punta
La última escena de Sinners ocurre sesenta años después. Sammie, ya anciano y convertido en leyenda del blues, es visitado por Stack y Mary: convertidos en vampiros, siguen igual de jóvenes que entonces. Le ofrecen la inmortalidad. Él la rechaza.
Lo que sigue es uno de los finales más emotivos que ha dado el cine este año. Porque la libertad, al final, no consiste en vivir para siempre. Sino en vivir con sentido.
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