Han pasado más de 25 años desde que The Matrix cambió para siempre el cine de acción, pero ver a Laurence Fishburne y Joe Pantoliano compartir escenario en la New York Comic Con 2025 fue como enchufarse de nuevo a la simulación.
En Cinemascomics estuvimos allí, en un auditorio abarrotado del Javits Center, donde el público recibió con una ovación a dos auténticos iconos de la ciencia ficción. Y sí: el “red pill or blue pill?” resonó más de una vez entre los asistentes.
La reunión de dos leyendas
Moderado por Josh Horowitz (Happy Sad Confused), el panel titulado “The Cast of The Matrix” se convirtió en una charla íntima, divertida y profundamente nostálgica sobre cómo se creó una de las películas más influyentes de todos los tiempos. Fishburne recordó su primera vez viendo el filme completo tras el rodaje:
“Había pasado tanto tiempo que me olvidé de todo el simbolismo, lo filosófico, lo religioso… Solo pensaba en lo agotado que estaba por el entrenamiento. Pero cuando Neo toma la píldora, mi mente gritaba: ‘¡No confíes en él!’”.
El público estalló en risas. “Ofrezco esas pastillas, pero nadie debería tomarlas”, bromeó Fishburne, jugando con la ambigüedad de su personaje.
Por su parte, Pantoliano, con su inconfundible humor italoamericano, añadió: “Siempre digo que Cifra no era el villano. Solo estaba cansado de comer gachas en la Nebuchadnezzar. ¿Quién no querría una buena cena y olvidar todo lo demás?”.
El filete más famoso del ciberespacio
El panel proyectó una de las escenas más icónicas de la
película: la “escena del
filete”, en la que Cifra cena con el Agente
Smith mientras traiciona a sus compañeros.
Pantoliano la presentó riendo: “Esa secuencia demuestra que las
Wachowski eran unas bromistas. Tenían un sentido del humor muy
retorcido.”
La sala se llenó de carcajadas, y el público volvió a aplaudir esa mezcla de filosofía, acción y humor que convirtió Matrix en una obra irrepetible.
El entrenamiento que dolía de verdad
Fishburne se detuvo a hablar del rodaje del duelo en el dojo con Keanu Reeves, revelando que entrenaron seis meses antes de llegar a Australia, y otros cuatro más antes de filmar la pelea.
“Nunca la habíamos hecho completa hasta el día del rodaje. Al final del día estábamos llenos de moratones. Pero valió la pena. Aquello fue historia del cine.”
Ambos recordaron que el equipo de especialistas de Hong Kong los entrenó como atletas, trabajando ocho horas diarias. Fishburne confesó que el gesto de su mano en la pelea —ese mítico movimiento de “ven aquí”— fue un homenaje directo a Bruce Lee, mientras que Keanu añadió su propio toque inspirado en el mismo maestro. “Todo en Matrix era como un ballet. Pocos cortes, mucha coreografía. Era cine de acción con alma, no solo efectos.”
Las gafas que definieron a Morfeo
morfeo matrix
Entre risas, Fishburne contó cómo las icónicas gafas sin patillas de Morfeo fueron idea suya: “En el storyboard no tenían montura. Cuando me las dieron con patillas dije: ‘Eso no son las gafas’. Me preguntaron cómo se iban a sostener. Les dije: ‘No es mi problema, hijo’. Y así nacieron.”
El público lo ovacionó. Una anécdota que, más de dos décadas después, demuestra hasta qué punto cada detalle de Matrix fue pensado como un símbolo.
Pantoliano también recordó que su propio look tuvo accidente incluido: “Querían que tuviera un pequeño bigote aquí… pero me lo afeité por error el primer día. Así que empezamos con una prótesis pegada hasta que volvió a crecer. Cosas del método Joey Pants.”
El legado que cambió el cine
Fishburne habló con orgullo de lo que vino después: “No hay película de ciencia ficción o fantasía posterior a Matrix que no haya sido influenciada por ella. Está en todas partes. La forma de rodar la acción, de entrenar a los actores, de usar efectos digitales… incluso el MCU no sería lo mismo sin The Matrix». Y remató con una frase que desató una ovación en el auditorio «Sin Matrix no existiría el MCU.”
El público respondió con un aplauso largo, mientras Fishburne sonreía y reconocía que, aunque Matrix ganó cuatro Oscars técnicos, nunca fue reconocida como debía: “Nadie tomaba en serio la ciencia ficción. Y ahora, mirad el mundo en el que vivimos. Nuestra vida real es más Matrix que nunca.”
Un Morfeo con nuevas dudas
El momento más emotivo llegó cuando el actor habló sobre su ausencia en The Matrix Resurrections y la posibilidad de regresar para una quinta entrega, ahora en desarrollo con el guionista Drew Goddard (The Martian). “Dependerá de lo buena que sea. Si tiene sentido, lo haría. Pero no sé si lo tiene.”
Fishburne contó que llegó a contactar a Lana Wachowski para aparecer en Resurrections: “Le escribí. Me respondió con un ‘lo pensaré’. Y eso fue todo. Pero no pasa nada. Estoy feliz con lo que hicimos.”

Del multiverso a la Fuerza
El panel cerró con una ronda divertida de “qué franquicia te gustaría unirte”. Fishburne fue tajante: “No necesito un sable de luz. Estoy bien viendo Star Wars desde el sofá.”
Eso sí, cuando el moderador mencionó los rumores sobre el reboot de X-Men, el público rugió cuando propuso su nombre para interpretar a Profesor X. Fishburne sonrió, bajó la voz y dijo:
“Eso podría ser… interesante.”
Pantoliano, entre tanto, se robó el último aplauso al revelar que se une al universo Marvel en la serie Wonder Man, junto a Yahya Abdul-Mateen II y Sir Ben Kingsley: “Ben no me llama Joey Pants, me llama Lord Trousers. Supongo que eso suena más elegante.”
El público se rindió ante ellos. Dos veteranos riendo, recordando y demostrando que The Matrix sigue viva cada vez que alguien elige mirar más allá de la superficie.
Han pasado veinticinco años, pero Matrix sigue siendo una lección de cine y de filosofía pop. Y ver a Fishburne y Pantoliano compartir anécdotas en Nueva York fue como volver a despertar en la simulación.
El público lo sintió: no hay MCU, ni John Wick, ni multiversos sin que primero existiera The Matrix. Y eso, amigos, sí que es real.
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