David S. Goyer lo intentó. Lo intentó de verdad. Después de ver cómo el reboot de Blade con Mahershala Ali se estancaba, el guionista original que convirtió a Wesley Snipes en leyenda se acercó a Marvel con una propuesta sencilla: “¿Necesitáis ayuda?”. La respuesta fue un educado “te queremos, pero ya lo tenemos resuelto”.
Eso fue hace ocho meses. Desde entonces, no han hecho más que caer fichas del dominó.
Goyer fue el arquitecto del Blade original, escribió las tres películas que cimentaron el éxito del personaje y marcó un antes y un después para el cine de superhéroes. También participó en la trilogía de The Dark Knight y en Man of Steel. Pero Blade no fue solo un encargo más. Fue su entrada al género. “Incluso ahora que me ven como un tipo DC, yo empecé siendo un tipo Marvel”, reconoce.
La negativa de Marvel y el silencio que lo empeora todo
Marvel, sin embargo, no quiso saber nada. Le dijeron que estaban “en un buen lugar”. Pero desde entonces, el proyecto ha pasado por al menos cuatro guionistas, ha perdido a su director, ha sufrido la marcha de actores como Delroy Lindo y ha sido retirada del calendario de estrenos. Nadie sabe qué está pasando realmente con Blade, y el silencio pesa más que cualquier anuncio.
Lindo, que iba a interpretar a un personaje con tintes marcusgarveyanos, también alzó la voz. “Al principio fue emocionante, inclusivo… Todo apuntaba a que sería un proyecto en el que se valoraría nuestra visión creativa. Pero luego todo se descarriló”, ha admitido el actor de Sinners en una reciente entrevista.
Un personaje afrodescendiente clave que se quedó en el tintero
El personaje que iba a interpretar, aunque no ha sido revelado oficialmente, formaba parte de una comunidad negra que él mismo lideraba. Un rol complejo, interesante, y que se alinea con la profundidad que Marvel parecía querer explorar en esta versión de Blade. Pero nada de eso ha sobrevivido.
La marcha de Lindo no fue la única. También se fue Yann Demange, el último director vinculado al proyecto, y antes lo hicieron Michael Starrbury, Nic Pizzolatto y Eric Pearson, todos ellos responsables de diferentes versiones del guion. En paralelo, Mahershala Ali sigue vinculado al personaje… aunque cada vez parece menos probable que lo interprete.
Las señales son cada vez peores
La película no tiene fecha de estreno, no hay producción en marcha y ni siquiera Marvel habla públicamente de ella. Ni siquiera después de que Wesley Snipes apareciera en Deadpool & Wolverine con una frase lapidaria: “Solo hay un Blade, y solo habrá uno”.
Para Goyer, la puerta no está cerrada del todo. “Lo consideraría, claro. Me encantaría volver a ese mundo, aunque ya estoy 99% fuera del mundo de los superhéroes”. Pero también reconoce que su agenda está llena: The Sandman, Foundation, Murderbot… y hasta un remake de The Blob. Si Marvel llama, será ahora o nunca.
Una película perseguida por el caos creativo
Lo que hace tan frustrante el caso de Blade es su potencial. La película prometía una exploración madura del personaje, una historia potente, un protagonista oscarizado, y una oportunidad de oro para que Marvel abordara el terror y la acción desde una perspectiva adulta. Pero todo eso se ha ido perdiendo entre borradores, decisiones editoriales y cambios de rumbo.
Marvel no sabe qué hacer con Blade
blade en deadpool 3
El mayor problema es ese: nadie sabe qué está pasando. Goyer lo dice abiertamente: ni él conoce los entresijos de lo que está retrasando esta versión de Blade. La película sigue sin rodarse. No hay una sinopsis oficial. No hay un rumbo. Solo queda una acumulación de intentos fallidos.
Y mientras tanto, los fans esperan. Esperan porque Blade fue, para muchos, la primera gran película de Marvel. Porque Wesley Snipes redefinió lo que podía ser un antihéroe en pantalla. Porque el personaje merece volver por todo lo alto. Pero nada de eso ocurrirá si Marvel no se decide. O si sigue rechazando la ayuda de los que, como Goyer, realmente entienden el alma del personaje.
¿Quién debería salvar a Blade? ¿Goyer? ¿Snipes? ¿Ali? La historia aún no está escrita, pero de momento, el reboot más accidentado del UCM sigue envuelto en sombras.
