¿De verdad pensabas que Leonardo DiCaprio no iba a volver a reventar la taquilla? Pues sorpresa: su nueva película, Una batalla tras otra (One Battle After Another en su título original), ha llegado con fuerza este fin de semana y se ha colocado en lo más alto del ranking de estrenos en Estados Unidos. Y lo ha hecho bajo la dirección de Paul Thomas Anderson, nada menos.
El filme, que mezcla acción, comedia y drama en una aventura de casi tres horas, ha recaudado 22,4 millones de dólares en su debut en Norteamérica, a los que hay que sumar otros 26,1 millones en el mercado internacional. En total, hablamos de 48,5 millones de dólares que confirman que Leonardo DiCaprio sigue siendo un imán para los cines de todo el mundo.
Un arranque de la película de Leonardo DiCaprio divide opiniones
Ahora bien, no todo es champagne y confeti. Porque si miramos más allá del número frío, los expertos están divididos. ¿Por qué? Porque la película costó más de 130 millones de dólares en producción y alrededor de 70 millones solo en marketing. O sea, que Una batalla tras otra necesita acercarse a los 300 millones globales para empezar a respirar tranquila. ¿Lo logrará?
Los analistas dicen que depende de algo muy simple: que Leonardo DiCaprio consiga enganchar al público semana tras semana y que el boca a boca haga su magia. Y ojo, que ahí es donde el actor suele brillar.
Leonardo DiCaprio contra el mundo
En Una batalla tras otra, Leonardo DiCaprio interpreta a Bob Ferguson, un ex revolucionario que vive apartado del mundo junto a su hija Willa, encarnada por la debutante Chase Infiniti.
Chase Infiniti en Una batalla tras otra
Pero claro, como en toda buena historia, los fantasmas del pasado vuelven a llamar a la puerta. En este caso, el villano tiene el rostro de Sean Penn, que no se anda con tonterías. Y cuando DiCaprio y Penn comparten pantalla, saltan chispas. Literalmente.
El propio Anderson confesó en entrevistas que quería mostrar a un Leonardo DiCaprio más “vulnerable y humano”, alejado de los héroes imposibles. ¿Y sabes qué? Funciona. Porque el actor se mueve como pez en el agua en este terreno: un tipo cansado, golpeado por la vida, que aún así tiene que sacar fuerzas para proteger a lo que más quiere.
Crítica y público de su lado
La buena noticia es que tanto la crítica como los espectadores están encantados. En Rotten Tomatoes la película roza un 96% de aprobación y en CinemaScore el público le ha dado una A. ¿Qué significa eso? Que el viaje apenas empieza. Y que si alguien puede mantener el interés de la audiencia durante varias semanas, ese es Leonardo DiCaprio.
Además, gran parte de los ingresos llegaron gracias a formatos premium como Imax, Dolby o VistaVision, que suponen entradas más caras pero también experiencias que justifican la salida al cine. De hecho, el 51% de la taquilla doméstica vino de estas salas. Una locura.
Una batalla tras otra
El reto de Anderson y el poder de Leonardo DiCaprio
Paul Thomas Anderson no es precisamente un director de masas. Sí, es un genio, pero sus películas siempre han sido más de culto que de multitudes. Su mayor éxito hasta ahora era Pozos de ambición (There Will Be Blood) con Daniel Day-Lewis, que alcanzó los 76 millones de dólares globales. Nada mal, pero lejos de los blockbusters de hoy en día.
Ahí es donde entra Leonardo DiCaprio. Porque si pones al protagonista de Titanic, Origen y El renacido al frente de tu proyecto, la cosa cambia. Su simple nombre en el cartel es garantía de curiosidad. Y lo cierto es que, pese a que el estreno ha quedado ligeramente por debajo de lo que fue Los asesinos de la luna en 2023, la sensación es que aquí hay más potencial comercial.
Competencia en taquilla
El camino no será fácil. Este fin de semana coincidieron otros estrenos potentes. El más fuerte fue Gabby’s Dollhouse: The Movie, la apuesta familiar de Universal basada en la serie infantil de Netflix, que recaudó 13,5 millones y obtuvo una nota A+ en CinemaScore. Nada mal para un público muy distinto al de Leonardo DiCaprio.
También llegó The Strangers: Chapter 2, un slasher de Lionsgate que se quedó en unos pobres 5,9 millones y críticas bastante desastrosas. La diferencia es clara: mientras el terror barato se desinfla, Leonardo DiCaprio demuestra que el cine de autor con aroma a clásico todavía tiene hueco.
Por otro lado, continúan arrasando en cartelera pesos pesados como Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba Infinity Castle, que ya ha recaudado más de 600 millones en todo el mundo, y The Conjuring: Last Rites, que sigue sumando récords en el cine de terror. Competencia dura, sí, pero nada que un DiCaprio inspirado no pueda enfrentar.
¿Será suficiente?
La gran pregunta es: ¿logrará Una batalla tras otra recuperar su millonaria inversión? Es pronto para saberlo, pero hay factores que juegan a favor. El primero, la calidad percibida. El segundo, el magnetismo eterno de Leonardo DiCaprio. Y el tercero, la temporada de premios que se acerca. Porque no hace falta ser adivino para saber que este filme va a sonar mucho en los Oscar.
Y si a eso le sumamos que Warner Bros. lleva meses sorprendiendo con taquillazos inesperados, todo puede pasar. ¿Te imaginas ver a DiCaprio recoger otra estatuilla por este papel? No parece tan descabellado.
Lo que está claro es que Una batalla tras otra ha puesto a Leonardo DiCaprio otra vez en el centro de la conversación.
Puede que no sea el blockbuster facilón de franquicia, pero tiene todos los ingredientes para convertirse en un éxito sostenido: un actor en estado de gracia, un director que no se conforma con lo obvio y una historia que engancha.
Y al final, más allá de cifras y porcentajes, lo bonito es volver a ver a las salas llenas para disfrutar del cine en pantalla grande. Porque Leonardo DiCaprio todavía tiene esa magia que hace que miles de personas compren una entrada solo por verle.
¿Y tú qué opinas? ¿Crees que Una batalla tras otra será el gran éxito del año o se quedará a medio camino? Comenta y no olvides seguirnos en Google News para no perderte ninguna novedad del mundo del cine.
