En medio de la inmensidad helada del frente oriental, cuando el conflicto entre nazis y soviéticos parecía un tablero de ajedrez sangriento, llega una película que no juega exactamente con las mismas reglas. Red Ghost: Nazi Hunter (El fantasma rojo en España), dirigida por Andrei Bogatyryov, no es sólo una cinta de guerra rusa al uso: es un cruce entre spaghetti western, cuento de supervivencia y cómic pulp que convierte la Segunda Guerra Mundial en un festival de violencia estilizada.
Un soldado, un mito, una masacre
En su núcleo, la historia es simple: un grupo de soldados soviéticos intenta encontrar sus líneas aliadas tras el colapso en Vyazma en 1941, mientras son perseguidos por tropas nazis que buscan eliminar a una figura legendaria conocida como el “Fantasma Rojo”. Un hombre. O un mito. O una mezcla de ambos.
Y es que, según cuenta la leyenda, el Red Ghost no muere. Aparece, dispara, corta gargantas con cuchillo de trinchera y desaparece en la ventisca como si fuera parte del paisaje. Y sí, puede que se pase más de media película sin hablar, pero cuando se mueve, lo hace como si Clint Eastwood se hubiera perdido en el frente soviético con una Nagant en la mano y una venganza a cuestas.
La estética del oeste en las trincheras de Moscú
La gran sorpresa de esta película no es su violencia –esperable, gráfica, a veces gore con efectos prácticos que se agradecen–, sino su tono. Bogatyryov se inspira más en Sergio Leone que en cualquier película bélica contemporánea. Hay planos abiertos del campo nevado que podrían rivalizar con los del desierto de Por un puñado de dólares, y silencios que parecen gritar más fuerte que las balas.
Incluso la banda sonora, con cuerdas que vibran al borde del colapso y trompetas que suenan como si Ennio Morricone hubiera tenido un invierno especialmente largo, refuerzan la atmósfera de western crepuscular en tierra soviética.
Vodka, nieve y conversaciones antes de morir
El guion, coescrito por Bogatyryov junto a Pavel Abramenkov y Vyacheslav Shikhaleyev, presenta a un elenco que podría parecer genérico, pero que gana profundidad a medida que la película avanza. Hay bromas internas sobre la obsesión con el vodka, soldados con traumas, otros con sueños rotos, y una mujer embarazada que representa lo único puro en medio del infierno helado.
Algunos personajes son más recordables que otros (el borracho, el de ojo dañado, el joven que vomita al ver torturas), pero funcionan. Y si bien cuesta identificar nombres, lo cierto es que eso no importa tanto como la química entre ellos. En medio de la guerra, los nombres se borran; las acciones permanecen.
¿Terror? ¿Propaganda? ¿Ficción pulp?

Aunque en ciertos lugares se ha etiquetado Red Ghost como cine de terror, lo cierto es que no lo es. Sí, tiene un protagonista que parece no morir nunca, y sí, hay atmósfera de fatalidad. Pero su tono está más cerca del cómic pulp o del exploitation europeo que del horror soviético tipo Come and See. El fantasma rojo no da miedo, da respeto. Y muchas, muchas muertes.
Y por supuesto, la polémica no se ha hecho esperar: algunos críticos occidentales (y también rusos) acusan a la cinta de tener un subtexto propagandístico que intenta reescribir el conflicto en clave de heroísmo ruso frente a la maldad occidental. ¿Realidad o interpretación política? Eso queda para el espectador.
Una dirección que sabe dónde golpear
Bogatyryov demuestra una notable pericia en la puesta en escena. Los combates cuerpo a cuerpo, los tiroteos, el asalto final en la aldea con fuego de mortero y francotiradores, todo tiene ritmo y claridad visual. Usa planos largos sin abusar del montaje acelerado, lo que permite disfrutar del trabajo coreográfico de los actores y especialistas. Todo lo que debería doler, duele. Y todo lo que debería explotar, explota con estilo.
En definitiva Red Ghost: Nazi Hunter no es una película perfecta. Tiene problemas de ritmo en su último tercio, algunos personajes no llegan a despegar del todo, y el guion a veces cae en el efectismo barato. Pero también es una de esas cintas que te atrapa con su atmósfera, con sus personajes que parecen caricaturas y terminan siendo humanos, y con un protagonista silencioso que, sin decir una palabra, se convierte en símbolo de resistencia y furia contenida.
No es historia, ni pretende serlo. Es cine. Cine sucio, de bajo presupuesto, con alma de culto. Y a veces, eso es todo lo que necesitamos.
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Red Ghost: Nazi Hunter
NOTA CINEMASCOMICS
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El 30 de diciembre de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, un pequeño destacamento de soldados soviéticos cruza la ciudad de Viazma de manera sigilosa. El grupo trata de alcanzar a sus compañeros tras escapar de los nazis.




