Cartem Comics edita una nueva Historia de Guerra. El relato del fin de la guerra en Varsovia se convierte en el inicio de otra tiranía
El bélico es un clásico entre los géneros del cómic europeo. En el nuevo siglo se convierte en el testimonio de aquellos cuyas vidas arrasan la guerra. La insurgente de Varsovia es la historia real de María Sabina Devrim miembro dela resistencia antinazi polaca. Que debería haber sido condecorada, pero a la que la policía soviética encerró por ser enemiga del partido comunista. Jean-Pierre Pécau y Dragan Paunovic cuentan el drama de los habitantes que aguantaron una guerra y perdieron su libertad.
El bélico es un género muy de BD. Las grandes batallas y guerras llenan páginas y páginas de cómic europeo pero siempre es el componente humano el que da profundidad a la obra y permite que destaque sobre el resto. La insurgente de Varsovia tiene mucho de esa humanidad en la historia de la protagonista. Su vivencia en una ciudad arrasada por la guerra, llena de esos pequeños detalles que nosotros tomamos como cotidianos y que para Marina era un lujo.
Basado en una historia real
Antes de hablar del cómic más en profundidad es necesario señalar que está basado en una historia real. La vida de María Sabina Devrim que vivió la ocupación nazi de Polonia y la opresión comunista que tras la guerra se impuso en el país. La vida la llevó lejos de su tierra, en París, y es testigo de acciones que no deberíamos olvidar jamás. Los totalitarismos y los fascismos siempre deben ser derrotados.
La obra cuenta la historia del final del levantamiento de Varsovia. El segundo alzamiento para ser exactos, el primero fue el del ghetto judío de la ciudad, ambos suelen confundirse pero fueron muy diferentes. El primero terminó en una masacre de los pocos judíos que quedaban en la ciudad, la mayoría fueron enviados a campos de exterminio en los infames trenes de la muerte.
Este segundo fue protagonizado por la resistencia polaca organizada por los pocos militares que quedaban y que estaba compuesta en su mayoría por los más jóvenes supervivientes, adolescentes la mayoría. En La insurgente de Varsovia asistiremos al día a día de una resistencia civil compuesta por jóvenes, casi niños. Pecaú no olvida la guerra y la batalla que tuvo lugar. Usa los movimientos a través de la ciudad en ruinas y los choques para medir el ritmo y contar con cuidado y con un ritmo ágil. No hay eternos cuadros de texto o diálogos expositivos larguísimos, son orgánicos, directos, lo que facilita la lectura y la incorporación de información sin molestar la narración.
Dibujo realista

El dibujo de Paunovic es realista pero de línea clara y no fotorrealista. Lo que le confiere más potencia figurativa pero menos real. Busca la cercanía de lo que representa mucho más que solo la presentación realista de la misma. Y así el artista ejerce de documentalista de los eventos. Es la dura visión de un testigo que acompaña la acción y no aparta la mirada. Detallada y viva destaca el color azul del frío y la noche en la que vivían los resistentes que sobrevivieron a nazis para verse maltratados por los soviéticos de Stalin en frías prisiones en medio de la nieve y el invierno polaco.
Y como acostumbra Cartem Cómic ha editado el cómic en un formato de lujo. Papel de buen gramaje, formato álbum de tapa dura, impresión mate y sin brillo (el brillo suele estropear el color cuando se trata de comics europeos) y con negros puros. Además cuenta con algunos extras históricos sobre los levantamientos de Varsovia y de diseños de personajes. Nos mal acostumbran haciendo cosas tan bonitas que destacan en los estantes de las librerías.
La Insurgente de Varsovia es una mirada detallada a la guerra que algunos no perdieron, pero no recibieron el premio de la victoria. Una obra directa y cruel que deja el regusto amargo del dolor de la batalla y de las libertades perdidas.
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