El drama de la muerte accidental de una vida joven narrada en primera persona. Jean Louis Tripp se abre en un cómic desgarrador.
Norma editorial publica la última obra del dibujante de Magasin Général, JeanLouis Tripp, una historia autobiográfica que reflexiona sobre la pérdida, la culpa y la familia. Un relato lleno de tristeza y dolor que no es fácil de leer, y desde luego no habrá sido sencillo de escribir y dibujar.
El hermano pequeño comienza con el viaje veraniego de la familia de Jean Louis Tripp en 1976. En carromatos recorren el interior de Francia todos juntos. Una escena idílica, la forma de viaje elegida, la época todavía luminosa, vacaciones escolares, todo lleva al lector a un momento de felicidad. Todo cambia en una página sin aviso. Un coche arrolla al joven Gilles y se da a la fuga. Todo se acelera a un ritmo asfixiante para llevar al niño a un hospital. Pero no sirve de nada, Gilles muere esa noche.
Jean Louis Tripp relata todo lo que recuerda que ocurrió el fatídico día para luego lanzarse a contar como todo cambio, su percepción de todo, el comportamiento de su familia, sus relaciones. La pérdida y el duelo pueden ser un proceso largo, y para algunos miembros de los Tripp se convierte en una losa que no les permite avanzar. Otros siguen con un ojo en el camino recorrido y otro buscando al hermano perdido.
No es un cómic fácil de leer. Está escrito con cuidado, y dibujado con gran detalle y un dominio del detalle y la expresividad enorme, el ritmo de la historia es increíble (la escena del entierro, sin sonido, secuestra el aliento del lector y lo mantiene en un estado de sobrecogimiento que pocas obras logran), pero no es agradable. El hermano pequeño podría hundir el ánimo del más pintado, y no lo busca, no usa tácticas o trucos fáciles, el dominio del medio de Jean Louis Tripp hace que las sensaciones y los sentimientos de las páginas empapen al lector. Y en una obra sobre la pérdida y el duelo, la tristeza ocupa buena parte del tono del libro.
El relato de todo el proceso, la muerte, el entierro, el juicio del conductor, el paso del tiempo para la familia y el impacto en el tiempo del accidente fatal transporta al lector a una situación que nadie desearía. El autor mezcla tiempos para mostrar el impacto en la vida de su familia en la actualidad con la línea temporal que cuenta el proceso tras el accidente, de manera que detonantes y efectos se muestran directamente sin amortiguar. El juicio tras un año, el acusado presentándose conduciendo porque nadie le informó de que le retiraban el carné de conducir, la preparación del entierro y el final del mismo en una secuencia muda resultan durísimas.
Sé que puede considerarse un spoiler del cómic, pero hay que dejar claro que el final del cómic es positivo, el duelo y la pérdida son duros, y pueden dejar secuelas, pero hay que vivir. Y Tripp cuenta como sus hermanos y él acudieron al lugar muchos años después, y descubrieron que estaban en paz, no olvidan a su hermano ni nada de lo ocurrido, eso nunca ocurrirá, pero no es un peso que los arrastre.
El hermano pequeño de Jean Louis Tripp es un cómic ejecutado con maestría y con un dominio técnico asombroso. Pero a pesar de todo esto su mayor impacto llega de lo que cuenta, y como el autor lo cuenta. Es un cómic duro, contado con elegancia pero sin intención literaria, es un relato de cómo la vida puede cambiar en un segundo, y hay que seguir viviéndola.
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