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James Cameron 3d cine

James Cameron revela por qué el 3D fracasó en los cines

James Cameron se ha cansado de callar: revela por qué el 3D fracasó en los cines… y su explicación es demoledora. Aquí tienes lo que dijo
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James Cameron 3D cine

Hay momentos en los que un director te suelta una verdad incómoda y, de repente, entiendes por qué algo que parecía destinado a cambiar el cine terminó perdiéndose por el camino. Eso es exactamente lo que ha hecho James Cameron, y vaya que lo hace a su estilo: directo, sin filtros y con esa seguridad de quien lleva décadas empujando la tecnología mucho más allá de lo habitual. ¿No te pasa que a veces te preguntas por qué el 3D desapareció casi sin que nos diéramos cuenta?

La cosa es que todo parecía escrito para que el 3D fuera el futuro. Cuando Avatar llegó en 2009, la experiencia visual que James Cameron puso sobre la mesa dejó a medio planeta con la boca abierta. Los cines se llenaron de espectadores con gafas especiales, los estudios se lanzaron a copiar la fórmula y, durante un tiempo, era imposible entrar en una sala sin que te ofrecieran la famosa versión 3D.

Parecía que esa era la verdadera evolución del cine, ¿no crees? Sin embargo, lo que iba a ser una revolución acabó desinflándose poco a poco, hasta el punto de convertirse casi en un recuerdo.

El origen del problema: mal 3D y decisiones rápidas

James Cameron lo tiene clarísimo. En una reciente entrevista en el pódcast The Town, el director explicó por qué, según él, nadie ha conseguido replicar el impacto del 3D que él logró con Avatar. Y su respuesta es tan sincera que duele un poco. Para empezar, señala directamente a los estudios que optaron por hacer conversiones en post-producción en lugar de filmar las películas en 3D desde el primer día. Según James Cameron, esa diferencia técnica es abismal, y la mayoría del público lo notó… aunque no supiera ponerle nombre.

Aquí va la declaración íntegra, y agárrate, porque no tiene desperdicio: “Lo están haciendo mediante conversión, así que tus películas de Marvel normalmente se estrenan en 3D a través de conversión. Es una mierda, lo sé. Otros grandes cineastas estaban experimentando con ello, como Scorsese, Ang Lee y así, que realmente lo autorizaron en 3D. Y el resultado es que sus películas, como Prometheus, Life of Pi y Hugo, se ven espectaculares”.

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James Cameron (cordonpress)

Cuando James Cameron suelta un “es una mierda, lo sé”, te das cuenta de que lleva mucho tiempo guardándose esta opinión. Él es uno de los pocos directores que sigue defendiendo el formato, que apuesta por rodarlo bien y que cree sinceramente en lo que el 3D puede aportar cuando se hace con cariño. Lo suyo no es nostalgia, es convicción tecnológica. Y oye, que si hablamos de empujar el cine hacia adelante, pocas voces pesan más que la de James Cameron.

El otro enemigo del 3D: las propias salas de cine

Pero la cosa no se queda ahí. Aunque parezca increíble, James Cameron asegura que el problema principal no está en cómo se rueda… sino en cómo se proyecta. Y es aquí donde señala una de las razones por las que el 3D perdió brillo (literalmente). Cameron no cree que la mayoría de salas ofrezcan la calidad necesaria para disfrutar bien de una película en tres dimensiones, simplemente porque sus proyectores no son lo suficientemente luminosos.

Lo explica así, sin anestesia ni nada: “El 95% de los cines tienen niveles de luz inferiores. El 95%, no es un número trivial. Así que tienes unas pocas salas premium, y puedes apostar a que cuando se lo mostramos a la prensa y a los críticos, nos aseguramos de que los niveles de luz estén ahí”.

¿Te imaginas? Pagas una entrada más cara para ver una película en 3D y resulta que la pantalla está demasiado oscura para que funcione. Normal que el público acabara diciendo “bah, esto no merece la pena”. James Cameron insiste en que las gafas ya de por sí oscurecen la imagen, así que si el cine no compensa esa pérdida de luz, la experiencia se viene abajo. Y claro, si la experiencia se viene abajo, la gente no repite. Parece de cajón, ¿verdad?

El 3D no murió… pero casi nadie lo valora ya

Otra cosa interesante que comenta James Cameron es que los estudios prefieren la conversión en post-producción porque les da más control. Si más adelante deciden que no quieren gastarse el dinero en la versión 3D, simplemente no la hacen. El problema es que es más caro, tiene peor calidad y transmite la sensación de que todo es un parche encima de la película.

Y lo curioso es que el 3D sigue existiendo. Muchas películas se estrenan aún en ese formato, pero casi nadie habla de ello, casi nadie lo promociona y casi nadie lo usa como reclamo. Se ha quedado como un extra más. Mientras tanto, otros formatos han intentando quedarse con el trono, como 4DX, pero tampoco han logrado cambiar las reglas del juego.

A veces parece que el 3D fue un simple capricho tecnológico, algo pasajero, un truco. Pero cuando James Cameron habla del tema, te das cuenta de que el problema no es el formato en sí. Es que muy pocos lo han hecho bien. Muy pocos han tenido la paciencia de filmarlo adecuadamente o de preparar una sala que realmente ofreciera la imagen que el director tenía en mente.

¿Puede volver el 3D a lo grande?

Es una pregunta que muchos han dado por enterrada, pero James Cameron no es de los que entierran nada. Él sigue convencido de que el 3D puede ser espectacular si se trabaja como toca. De hecho, basta recordar por qué Avatar y Avatar: The Way of Water (ambas disponibles en Disney Plus) arrasaron: buena parte del público pagó por verlas en 3D, porque sabían que la experiencia sería distinta, especial, algo que no podías reproducir en tu casa. Esa confianza es oro. Y la gente la tenía por una razón: James Cameron la había ganado.

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Avatar: The Way of Water

Ahora, con Avatar: Fire and Ash preparada para estrenarse el 19 de diciembre de 2025, la pregunta vuelve a aparecer. ¿Tendremos por fin un 3D que haga justicia al formato? ¿Encontraremos salas con la iluminación adecuada? ¿Volverá esa sensación de “esto sí merece la pena”?

Es verdad que no todos van a confiar en el 3D otra vez, pero también es verdad que una buena proyección puede cambiarlo todo. Y con James Cameron a los mandos otra vez, quizá volvamos a sentir esa magia que creíamos perdida. O al menos, eso es lo que muchos esperan… aunque igual eres de los que piensan otra cosa… ¿Qué opinas?

Sea como sea, James Cameron no da puntada sin hilo. Y si él cree que el 3D aún tiene vida, tal vez convenga escucharlo. Además, oye, siempre es divertido que un director suelte verdades así de directas. Dan vidilla, ¿no crees?

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David Larrad

ISNI: 0000 0005 1791 9555 | Estudió Realización Audiovisual de Espectáculos y televisión en Fundación para la enseñanza Audiovisual. Realizó Master de Diseño gráfico y de 3D.

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