A veces una serie te suelta una revelación tan inesperada que te deja pensando un buen rato, ¿no te pasa? Y justo eso ha hecho IT: Welcome to Derry con Pennywise en su episodio 4, mostrando algo que nadie veía venir: el mayor miedo del monstruo que vive alimentándose del miedo ajeno. Lo sé, suena raro incluso decirlo en voz alta, pero quédate porque la cosa tiene tela.
En este capítulo de la serie de HBO, la precuela del universo creado por Stephen King abre una puerta que llevaba décadas cerrada. Nos enseña de dónde vino realmente esa criatura, cómo fue su llegada a la Tierra y, sobre todo, cuál es el secreto que los habitantes originales de Derry descubrieron para contenerlo. Y admitámoslo: saber que Pennywise, ese ser cósmico que disfruta aterrorizando al personal, también tiene su talón de Aquiles, es casi terapéutico, ¿no crees?
El inesperado miedo de Pennywise sale a la luz
La serie tiene lugar en 1962, mucho antes de que los sucesos de IT: Chapter One pusieran al famoso payaso en boca de todos. Aquí no vemos al Pennywise que conocemos de sobra, sino a su versión más primitiva, un ente que todavía no ha terminado de moldear su identidad, pero que ya camina por Derry dejando un rastro de terror puro. Sin embargo, en medio de esa oscuridad, el episodio revela algo que da la vuelta a todo lo que sabíamos: Pennywise sí tiene miedo.
Pennywise
Y no es miedo a la luz, ni al fuego, ni al cariño, sino a algo muchísimo más extraño. El episodio explica que los nativos de Derry, un grupo llamado los Children of Mathurin, encontraron el lugar donde la criatura cayó desde el Macroverse. Allí hallaron “fragmentos de sus ataduras”, unos trozos de la estrella en la que Pennywise, en su forma original como The Galloo, llegó a nuestro mundo. Y aquí viene la bomba: esos fragmentos eran lo único que podía ponerle nervioso. Lo único.
El relato suena casi mitológico, pero tiene una lógica aplastante. Si esa estrella, o lo que fuera ese objeto cósmico, fue capaz de contener a un ser tan poderoso como Pennywise antes de su llegada, es normal que al payaso no le haga ninguna gracia volver a estar cerca de los restos de su antigua prisión. Es como si lo llevaran de vuelta a un lugar donde no puede dominar, ni controlar, ni transformarse en lo que quiera. Algo que, para un predador que se alimenta del terror de otros, debe ser una pesadilla personal con todas las letras.
Un origen más profundo para el monstruo de Derry
Hasta ahora, las películas habían insinuado el origen de Pennywise, pero nunca se atrevían a profundizar del todo. La novela de Stephen King ya revelaba que su auténtica forma eran los Deadlights, un concepto casi incomprensible para la mente humana. Aun así, siempre quedaba la duda de si existía algo capaz de limitarlo.
El episodio 4 de Welcome to Derry responde de forma contundente: sí, existe, y tiene forma de trece fragmentos enterrados alrededor de su antiguo territorio de caza. Los nativos los usaron para crear una especie de jaula energética, un círculo que Pennywise no podía cruzar. No querían destruirlo, porque tal vez era imposible, pero aprendieron a mantenerlo contenido.
It: Bienvenidos a Derry
Y claro, ahora entendemos por qué Pennywise ha estado siempre vinculado a ese pueblo. No podía salir. No era su elección. Era su prisión.
Lo que significa este miedo para los protagonistas
Si has estado siguiendo la serie, seguro que te lo has preguntado. ¿Qué pasa ahora que sabemos que Pennywise teme estos fragmentos? Pues que, de golpe, los personajes tienen en sus manos algo que nadie más había tenido antes: una herramienta física, real, para enfrentarse al monstruo. No es un truco, no es un grito de valentía, no es “creer en ti mismo”. Es algo que puedes coger con tus manos. Algo que altera las reglas del juego.
Y eso abre un abanico enorme de posibilidades narrativas. Porque, aunque en las películas el Losers’ Club descubrió que la clave era perderle el miedo, casi dándole la vuelta psicológica al mismísimo Pennywise, aquí nadie tiene ni idea de eso. Estamos en 1962 y estos nuevos personajes están totalmente a oscuras. Su única opción, por ahora, son esos fragmentos, y claro… no es que sea fácil ir por ahí rebuscando trozos de una estrella cósmica mientras un monstruo cambia de forma para comerte.
Por cierto, ¿no te parece curioso cómo cambia todo cuando sabes cuál es el miedo real del monstruo? Es como si de pronto la historia se fracturara en dos caminos diferentes: la versión “emocional” que vimos en las películas, y esta versión “mítica” que nos presenta la serie. Y sinceramente, me gusta que se complemente así. No todo tiene que explicarse desde el mismo lugar, ¿verdad?
Pennywise frente a sus propios límites
El episodio también encaja muy bien con lo que ya vimos en IT: Chapter One y IT: Chapter Two. Aunque los protagonistas de esas películas no tenían los fragmentos, entendieron que Pennywise podía ser debilitado si dejaban de darle poder. Lo increíble es que, al final, Pennywise también aprendió de aquello. En su regreso décadas después ya era consciente de que esos chicos podían derrotarlo, no por un objeto místico, sino porque no se dejaban dominar por él.
En ese sentido, la serie añade una segunda capa muy jugosa: Pennywise siempre ha tenido dos debilidades. Una mental, relacionada con el miedo. Y otra física, relacionada con su propio origen. Dos caras de una misma moneda. Dos puertas hacia su destrucción.
Pero claro, los personajes de la serie todavía no lo saben. Y tú y yo sí, y eso convierte cada escena del Episodio 4 en un juego de tensión bastante divertido. Cada vez que alguien del proto–grupo protagonista se acerca a los fragmentos, el aire parece ponerse más denso, más extraño, como si la propia tierra recordara lo que había ocurrido allí.
¿No te pasa que cuando una serie mete estos detalles cosmológicos te dan ganas de revisar todo lo anterior? Como si cada pista estuviera ahí desde el principio, esperando que alguien la conectara.
Un futuro más oscuro… o una oportunidad
A nivel narrativo, que Welcome to Derry revele este miedo de Pennywise sirve para dos cosas muy importantes: construir su mitología y ofrecer un camino de resistencia para los personajes. Y ya sabemos que en este tipo de historias, cuando aparece un “arma” contra el monstruo, no es solo una herramienta, sino una promesa. Una promesa de que, quizá, solo quizá, haya forma de sobrevivir.
Lo fascinante es que esta serie nos está mostrando a Pennywise como algo más que un villano aterrador. Nos lo está mostrando como una criatura con límites, con historia, con un pasado del que no puede escapar. Y cuanto más lo piensas, más perturbador resulta. Porque un monstruo que tiene miedo es un monstruo que puede volverse aún más peligroso cuando se siente acorralado.
¿Tú qué opinas? ¿Te imaginabas que Pennywise tendría un miedo tan concreto y tan extraño? Yo desde luego no. Y si quieres seguir todo lo que viene de esta serie, ya sabes: síguenos también en Google News, que allí te avisamos de cada nuevo giro del payaso más inquietante de la televisión. 🎈




