Hay decisiones que marcan a un estudio para siempre. Y Pixar, el gigante que alguna vez redefinió la animación, acaba de tropezar fuerte con Elio. No por una mala crítica. Ni siquiera por el rechazo del público. Esta vez, el golpe ha sido interno. Doloroso. Casi personal.
Elio parecía la típica apuesta original de Pixar: un niño diferente, un universo lleno de imaginación, una historia de identidad. Pero algo se rompió en el camino. Y ahora, un demoledor informe revela lo que muchos intuían: la película fue mutilada desde dentro. Lo peor es que el fracaso era evitable.
Una historia que nunca fue contada sobre Elio
Según una investigación publicada por The Hollywood Reporter, el proyecto original de Elio era muy distinto al que vimos en cines. El director Adrian Molina, quien coescribió Coco y fue codirector de esa joya ganadora del Óscar, quería contar algo más personal. Más auténtico. Y sí, también más arriesgado.
En una versión temprana del film, Elio recogía basura en la playa y se hacía ropa con ella. Una escena que dejaba ver su amor por el medioambiente, por la moda y algo más. Llevaba una camiseta rosa, un pequeño guiño a su identidad, codificada de forma sutil. No era una historia sobre salir del armario, Elio tiene 11 años, pero sí un reflejo de su director: Molina es abiertamente gay.
Sin embargo, esa versión fue eliminada tras una orden clara: hacer que Elio pareciera «más masculino». Los elementos que daban profundidad al personaje fueron eliminados. Elio siguió usando ropa hecha de basura, pero sin sentido, sin contexto. Solo como un adorno vacío.
Elio de Pixar
Test screenings y silencios incómodos
El cambio de rumbo no quedó ahí. En el verano de 2023, Pixar organizó una proyección de prueba en Arizona. Cuando se preguntó al público si verían la película en cines, nadie levantó la mano. Ni uno solo. El dato, tan impactante como vergonzoso, habría sido el punto de inflexión.
Según fuentes del estudio, Adrian Molina quedó devastado. Las presiones de la dirección y la falta de apoyo a su visión acabaron por empujarlo a salir del proyecto. Se le ofreció quedarse como codirector, pero Molina se negó. Fue reemplazado por Madeline Sharafian y Domee Shi.
Una salida que provocó otra
Cuando Molina se marchó, no lo hizo solo. La actriz America Ferrera, que ya había grabado sus líneas, también decidió apartarse del proyecto. A partir de ahí, Elio pasó por una transformación completa. Reescrituras. Reestructuraciones. Un nuevo tono. Un nuevo enfoque. Pero lo que se perdió fue irreparable: el alma.
Y todo para esto: un fracaso de 200 millones
Elio costó alrededor de 200 millones de dólares. En su primer fin de semana solo recaudó 20,8 millones. A día de hoy, su recaudación global apenas llega a los 72 millones, lo que la convierte en uno de los mayores fracasos comerciales de Pixar.
Sí, tiene un 83% en Rotten Tomatoes y un 91% en el Popcornmeter, lo que indica que a quienes la han visto, les ha gustado. Pero eso no basta. El público no acudió. No conectó. No se sintió llamado por una historia que, según quienes trabajaron en ella, fue reducida a «una película sobre nada».
Elio de Pixar
¿Qué le pasó a Pixar?
Esta no es una historia aislada. La serie Win or Lose también fue criticada recientemente por cortar a un personaje trans en la edición final. Parece que el estudio que una vez rompió barreras con Up o Inside Out, ahora opta por la precaución, incluso cuando eso significa sacrificar visión artística.
Un artista anónimo del equipo de Elio lo resume así: «¿Habrían perdido tanto dinero si simplemente hubieran dejado a Adrian contar su historia?»
La pregunta duele. Porque tal vez, con su versión original, Elio no habría sido solo una buena película. Habría sido importante.
¿De qué trata Elio?
En el centro de todo está Elio Solís, un niño solitario que vive con su tía Olga, una exmilitar que renunció a sus sueños espaciales para cuidarlo tras la muerte de sus padres. Fascinado con la idea de la vida extraterrestre, Elio pasa los días deseando ser abducido por alienígenas.
Un día, tras enviar un mensaje desde un dispositivo confiscado, Elio es secuestrado por una nave alienígena. En ella conoce a una supercomputadora líquida que lo lleva al Communiverso, un consejo intergaláctico de civilizaciones. Por error, lo nombran embajador de la Tierra. Lo que sigue es una odisea de malentendidos, conflictos galácticos y un encuentro con Grigon, un señor de la guerra cuya furia amenaza con destruir la paz universal.
Elio intenta negociar con él, termina encarcelado y conoce a Glordon, su hijo, un joven alienígena que no quiere convertirse en una máquina de guerra como su padre. Ambos forjan una amistad que será clave para detener la amenaza. Pero mientras tanto, en la Tierra, un clon de Elio intenta pasar por el verdadero, con consecuencias inesperadas.
La historia culmina con una reconciliación emocional entre Elio y Olga, y un sacrificio que devuelve la paz al Communiverso y al propio Elio.
¿Y ahora qué?
Elio sigue en cartelera, pero su futuro como marca está en duda. Ya no se habla de merchandising. Ni de posibles secuelas. Solo de lo que pudo ser y no fue.
Y eso es quizá lo más triste de todo. Porque Pixar no solo perdió dinero. Perdió confianza. Y dejó escapar la oportunidad de contar una historia diferente, necesaria, desde la verdad de quien la creó.
Todas las entregas de Pixar están disponibles en Disney Plus.




