Durante semanas, la gran pregunta que muchos se hacen es la misma: ¿Cómo es posible que Superman (2025), con toda la maquinaria de Warner Bros., James Gunn al mando y un estreno mundial tan esperado, no haya conseguido superar las cifras de El Hombre de Acero (2013)? A simple vista, podría parecer un misterio, porque la nueva versión arrancó con fuerza en taquilla. Sin embargo, cuando se analizan los datos con calma, el contraste tiene toda la lógica del mundo.
Y es que la batalla entre Henry Cavill y David Corenswet en las cifras de taquilla no se juega en Estados Unidos, sino en los mercados internacionales. Ese es el verdadero motivo que explica por qué la película de Zack Snyder sigue reinando, al menos por ahora, sobre la nueva etapa de Superman en cines.
Dos estrenos de Superman, dos épocas muy distintas
En 2013, El Hombre de Acero llegó en un momento dorado para DC. Todavía estaba fresco el recuerdo de la trilogía de El Caballero Oscuro de Christopher Nolan (2005, 2008 y 2012), que había redefinido cómo se hacían las películas de superhéroes. Además, Nolan figuraba como productor del proyecto, lo que aportaba un sello de calidad automática.
Henry Cavill como Superman
Zack Snyder, que venía de arrasar con 300 (2006) y Watchmen (2009), tenía un prestigio enorme entre los lectores de cómics y los espectadores más exigentes. Y para rematar, la elección de Henry Cavill fue vista como la llegada del Superman moderno que rompía con la sombra eterna del legendario Christopher Reeve. La expectación era brutal, y los tráilers solo añadieron gasolina al fuego.
En cambio, Superman (2025) ha aterrizado en un panorama mucho más complicado. La llamada «fatiga del género de superhéroes» pesa como una losa. Marvel ha perdido buena parte de su brillo y DC arrastra años de tropiezos y proyectos inconexos. James Gunn ha logrado éxitos enormes con grupos de antihéroes y personajes marginados, pero ahora tenía que demostrar que puede hacer lo mismo con el héroe más icónico de todos los tiempos.
David Corenswet como Superman
La diferencia en números: lo que dice la taquilla
Los datos hablan claro:
- El Hombre de Acero recaudó 670 millones de dólares en 2013, que ajustados a la inflación serían unos 929 millones actuales. Su primer fin de semana en Estados Unidos fue de 116 millones.
- Superman (2025) lleva 594 millones de dólares hasta ahora, con un estreno inicial de 125 millones en territorio estadounidense. El problema es que la película ya está disponible en digital, lo que limita sus opciones de alcanzar los 670 millones de Henry Cavill y Zack Snyder.
La clave está en cómo respondieron los mercados internacionales.
- El Hombre de Acero sumó 291 millones en EE.UU. y 379 en el resto del mundo.
- Superman (2025) ha conseguido 340 millones en EE.UU., pero solo 253 en el resto del planeta.
Ahí está el agujero: 126 millones menos en ingresos internacionales. Una diferencia que marca la frontera entre el éxito sólido y el fenómeno global.
¿Por qué funcionó mejor El Hombre de Acero?
Hay varios factores que explican por qué la película de 2013 conectó mejor con el público:
- El momento histórico: no existía Disney+ ni HBO Max, el streaming no había transformado los hábitos de consumo. La gente seguía yendo masivamente a las salas para ver este tipo de producciones.
- El prestigio de Snyder y Nolan: juntos proyectaban una imagen de épica adulta, algo que calaba muy bien entre quienes buscaban un Superman distinto.
- La promesa de un universo compartido: Marvel ya estaba en plena fase de expansión y había una gran curiosidad por ver cómo DC armaba su propio plan con Superman, Batman y Wonder Woman como pilares.
El problema de Superman (2025)
Por su parte, James Gunn ha intentado dar un nuevo aire al personaje. David Corenswet tiene carisma y se rodea de un reparto estelar con Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult o Bradley Cooper, pero el contexto pesa demasiado. La sensación de déjà vu en el género es inevitable, y muchos espectadores sienten que ya han visto todas las versiones posibles del héroe.
Además, la figura de Superman está íntimamente ligada a la identidad estadounidense, lo que en la coyuntura internacional actual puede restarle atractivo fuera de casa. Mientras que personajes como los Cuatro Fantásticos han logrado un equilibrio casi perfecto entre taquilla doméstica e internacional (247 millones en EE.UU. y 253 en el resto del mundo), el kryptoniano no ha corrido con la misma suerte.
Si Superman hubiera mantenido la misma proporción internacional que El Hombre de Acero, habría rozado los 782 millones de dólares. Eso lo habría colocado muy por encima de Henry Cavill, pero la realidad ha sido otra.
Un futuro aún en juego
Que quede claro: Superman (2025) no es un fracaso. Sus cifras siguen siendo respetables y están lejos de un desastre económico. Lo que ocurre es que las expectativas eran gigantescas, y la comparación con El Hombre de Acero deja en evidencia lo mucho que ha cambiado la industria en apenas una década.
Superman (2025)
James Gunn todavía cuenta con el apoyo del estudio y su plan para el DCU sigue adelante. La segunda temporada de Peacemaker, la serie de Lanterns o la futura película de Supergirl (2026) demostrarán si la estrategia funciona o si este reinicio se queda a medias.
Lo que está claro es que Superman sigue siendo el termómetro perfecto para medir el estado del género. Y ahora mismo, más que nunca, el héroe necesita convencer no solo a los espectadores estadounidenses, sino también al público global. Porque si algo ha quedado demostrado es que sin el impulso internacional, ni siquiera el kryptoniano puede volar tan alto como antes.
En definitiva: el motivo principal por el que El Hombre de Acero (2013) sigue siendo más taquillera que Superman (2025) es la diferencia abismal en los mercados internacionales. Una lección clave para el futuro del DCU y un recordatorio de que, incluso para Superman, conquistar el mundo entero es la misión más difícil de todas.
Gracias, era el mi objetivo ser ecuánime.
Me parece muy ecuánime tu desglose del tema de verdad