No, no es Shuri. Tampoco es Nakia. Ni siquiera alguien con sangre wakandiana. El nuevo portador del manto de Black Panther —y rey de Wakanda— ha llegado desde el lugar más inesperado posible. Y no tiene ni una gota de vibranium en sus venas.
En Marvel Knights: The World to Come #2, Marvel ha roto con más de cinco décadas de tradición al revelar que Ketema, el misterioso heredero al trono, no es hijo de T’Challa… sino de Everett Ross.
Así empieza la caída de T’Challa
La historia arranca con una escena que parece típica de los rituales wakandianos: un combate ceremonial por el trono. Ketema, vestido con la máscara del Black Panther, desafía a su supuesto padre, T’Challa. Durante buena parte del duelo, todo apunta a que el joven es hijo del Rey y de Queen Monica, la última reina de Wakanda.
Pero T’Challa no quiere matar a su oponente. Baja la guardia. Y entonces recibe un golpe brutal. No cae del todo, pero cede el combate, renuncia al título… y lo hace por una razón aún más personal: salvar la vida de Everett Ross. Sí, ese Ross.
¿Quién es Ketema y por qué parece tan… blanco?
Desde el inicio, algo no cuadra con Ketema. Su tono de piel claro, su cabello rubio, sus ojos azules. Incluso Everett Ross lo intuye durante el combate. “¿Por qué ese chico se parece a mí?”, dice, desconcertado.
La respuesta llega unas páginas después, y es un bombazo en el canon de Marvel: Ketema es hijo biológico de Ross y de su esposa Noelle, ambos presuntamente muertos durante la Guerra de Razas. Fue T’Challa quien adoptó al niño, criado en secreto, en parte como un acto de compasión… y también como intento desesperado de preservar una línea sucesoria.
Un giro que divide la historia de Wakanda en dos
Este cambio no es solo un shock narrativo. Supone una ruptura total con la filosofía wakandiana. Por primera vez en siglos, el trono queda en manos de alguien sin ninguna conexión con las antiguas tribus, ni con la tradición del Pantera Negra.
Y eso se refleja en la tensión creciente dentro del propio reino. Ketema es visto como un forastero, incluso como una amenaza. Su ambición desmedida, sus métodos autoritarios y su visión radical del futuro plantean una pregunta inquietante: ¿ha condenado Wakanda su legado al aceptar este nuevo rey?

Una historia de traición… y abandono
El trasfondo emocional de esta historia está marcado por la tragedia. La muerte de Ororo Munroe (Tormenta), la reina original de T’Challa. El aborto de Queen Monica. La traición de Nakia, ahora convertida en Malice. Y la ejecución de Nicole, antigua pareja de Ross, a manos de la propia Nakia.
T’Challa, acorralado por el dolor y la soledad, acabó adoptando al hijo de su viejo amigo. Pero el niño creció con rabia. Y cuando llegó su momento, no dudó en tomar el trono por la fuerza.
Ketema no solo traicionó al hombre que lo crió. También traicionó todo lo que representaba Wakanda.
¿Quién es Everett Ross y por qué esto lo cambia todo?
Everett Ross no es un personaje cualquiera. En los cómics y en el UCM (interpretado por Martin Freeman), siempre ha sido un outsider bien intencionado: torpe, diplomático, a veces cómico. Pero también uno de los pocos extranjeros que han sido aceptados por Wakanda.
Su relación con T’Challa siempre osciló entre la alianza y el respeto mutuo. Y en este universo alternativo, eso se transformó en algo más: una herencia compartida, un hijo adoptado… y, finalmente, una traición devastadora.
Ross no sabe que Ketema es su hijo. Aún. Y cuando lo descubra, Wakanda podría ser un campo de batalla político, cultural… y emocional.

Un Black Panther blanco, sin sangre wakandiana
El nuevo rey no solo rompe con las raíces de Wakanda. También lo hace con la figura del Pantera Negra. Ketema no ha pasado por los rituales espirituales tradicionales. No es un avatar de Bast, ni ha sido elegido por las panteras ancestrales. Es, técnicamente, un impostor.
Y sin embargo, ha tomado el poder. Porque derrotó a T’Challa. Porque el ritual fue respetado. Porque nadie lo detuvo.
El simbolismo es brutal: la figura mítica del protector del reino ha sido reemplazada por un joven ambicioso, sin conexión con sus dioses, su tierra ni su linaje.
¿Puede Wakanda sobrevivir a este reinado?
Todo apunta a que no. La historia sugiere que el ascenso de Ketema marcará una división irreversible en la historia del reino. No es solo una cuestión de identidad racial o política, sino de cultura, de mitología, de unidad espiritual.
El pueblo está dividido. Los ancianos desconfían. Los enemigos externos observan con atención. Y mientras tanto, el nuevo Black Panther parece más interesado en reescribir las normas que en protegerlas.
¿Es esta la historia más arriesgada que ha contado Marvel sobre Wakanda?
Sin duda. Porque Marvel Knights: The World to Come no solo juega con la sorpresa. Está tocando temas muy delicados: la identidad, la herencia, el colonialismo, el poder, el racismo inverso, la pertenencia.
Y lo hace con valentía. Porque podría haber sido fácil optar por Shuri, por una nueva guerrera tribal, por un heredero perdido. Pero no: Marvel ha elegido al hijo blanco del diplomático extranjero que simbolizaba la mirada externa sobre Wakanda.
Un forastero que ahora lleva el traje del protector. Y que, muy posiblemente, lo corromperá.
¿Qué significa esto para el legado de T’Challa?
Muchos fans consideran que este giro es una traición a la figura de T’Challa. Pero también puede leerse como una tragedia griega. El rey que lo perdió todo. Que intentó salvar a un niño. Y que acabó entregándole el futuro del reino.
T’Challa, en lugar de luchar hasta el final, eligió ceder para salvar una vida, como lo haría un verdadero héroe. Pero en ese acto, también aceptó que su tiempo había terminado. Lo que queda ahora es un legado roto. Y la incógnita de si algún día podrá reconstruirse.
¿Veremos esto en el UCM?
Por ahora, esta historia pertenece al sello Marvel KnightsMarvel Knights explorará un futuro impactante, una línea más oscura y experimental. Pero no sería la primera vez que una idea de esta línea acaba influyendo en el cine.
¿Podríamos ver a un heredero inesperado en la tercera película de Black Panther? ¿Un conflicto sucesorio más radical que el de Shuri y Namor? No es descabellado.
Y en plena reconstrucción del UCM, Marvel necesita riesgos como este para reinventar sus franquicias clave.
¿Crees que Marvel ha ido demasiado lejos con esta revelación? ¿Puede un forastero sin sangre wakandiana convertirse en un digno Black Panther? Queremos saber tu opinión: ¿aceptarías a Ketema como nuevo rey… o preferirías que el trono volviera a manos del linaje original? 👇 Cuéntanos en los comentarios. Wakanda ya no es la misma, y el debate apenas comienza.




