Gone: Nada está más lejos que el hogar

Gone: Nada está más lejos que el hogar es la nueva obra de Jock dentro de Distillery, un nuevo sello independiente que permite a los autores publicar cómics con un formato especial, que añade una libertad para experimentar narrativamente gracias al tamaño y extensión de las páginas.

El arte es el principal atractivo de Gone

En el caso de Jock, esto es muy importante, porque antes fue dibujante que autor completo. Su estilo sucio, oscuro, con un uso intenso de la tinta, siempre ha transmitido mucha carga emocional. En Gone no solo dibuja, también escribe, y aunque lleva poco tiempo como guionista, no lo hace nada mal. Como suele pasar con autores que vienen del dibujo, se le nota más suelto en la acción y el movimiento, pero eso juega a su favor. Está en su terreno.

Ciencia ficción de acción con poso social.

Gone es una historia de ciencia ficción que se sitúa en un futuro cercano, donde los ricos viven en grandes ciudades y los pobres sobreviven en anillos de suburbios, casi como barriadas flotantes. Un grupo de niños se infiltra en un espaciopuerto para robar piezas de cargamentos y cruceros espaciales, y una niña acaba atrapada dentro de una de esas naves. El problema es que también van a bordo unos terroristas que buscan destruir ese sistema desigual.

Y comienza la acción

Lo que sigue es casi una película de acción, una persecución a toda velocidad a través de los conductos y depósitos de una nave espacial gigante. A eso se le suma que existe un gas o entidad que provoca una especie de plaga zombi, lo que añade otra capa más de tensión, movimiento y ese gusto de Jock por la acción trepidante.

Una niña sola que pelea por su familia

Pero más allá de la parte visual o frenética, Gone también tiene mucha carga social. Hay crítica, hay un punto friki con esa especie de plaga que transforma en zombi a quien se contagia, pero lo que sostiene todo es la historia de la niña. Es una chica muy unida a su familia, que arrastra culpa por haberla perdido, por un descuido. El cómic habla de errores, del amor familiar, y también de cómo la sociedad cambia a la gente. A veces quienes suben desde abajo acaban siendo más crueles que quienes nacieron en la cima del sistema.

Hay mucha crítica a cómo se estructura el poder, la economía y la forma en que la desigualdad crea monstruos. Todo eso se mezcla con la acción, sin perder el ritmo. Porque lo que hace fuerte a Jock es eso: el movimiento, cómo estructura cada página para que guíe los ojos del lector. Entras con un vistazo, pero luego tienes que recorrer cada escena como un laberinto. Cada página tiene un diseño pensado para narrar con la imagen, no solo con el texto.

Una buena historia con un gran dibujo

Con Gone, Jock deja claro que está creciendo como guionista, pero sobre todo demuestra que sabe cómo integrar la narración visual con los diálogos y la historia. Hay varios temas funcionando al mismo tiempo: familiar, político, social, con acción, con una crisis, con elementos casi de terror. Y aunque parezca una mezcla rara, todo encaja porque ha sabido dosificar bien la información, el ritmo y las motivaciones. El villano, además, funciona. No es un monstruo sin alma, tiene una construcción detrás. En ese equilibrio se sostiene toda la historia.

No es original, pero es potente

Es un buen cómic, y deja claro que se pueden hacer obras nuevas y potentes sin depender de franquicias conocidas. Solo hace falta usar bien los tropos del género y llevarlos con destreza para tener una buena historia, y si la conduces más allá de eso con un buen control de tema y tono obtendrás un buen cómic.

JOTA (J.C. Royo)

ISNI: 0000 0005 1791 9678 Desde que tengo memoria he leído cómics. Mi madre me compró el primero antes de aprender a leer bien, alguien le contó a la pobre que ayudaba a los niños a acercarse a la lectura. Aún busca a la persona que se lo dijo para agradecérselo apropiadamente, con un garrote.

Apasionado del mundo de la viñeta devoro todo cómic que se me pasa por delante. El americano es mi predilección pero el japonés y el europeo también llena mis estanterías. Si le añades los libros, las series de tv y las películas soy lo que hoy día llaman friki, y orgulloso de serlo.

Periodista con estudios audiovisuales y gusto por la comunicación a todos los nivéles, cuando me lo permiten escribo. No me caso con nadie y ya sea aburrido, trepidante, intenso o un gasto de papel, un cómic hay que leerlo y comentarlo para que esté de verdad vivo.