No será Batman, tampoco Nova, ni siquiera Aquaman. Aunque muchos lo han imaginado bajo la capa de algún superhéroe de Marvel o DC, Glen Powell acaba de dejarlo muy claro: lo suyo no va por ahí. Nada de poderes, nada de mundos paralelos, nada de salvar el universo a golpe de CGI. Él prefiere algo mucho más terrenal. Algo con los pies en el suelo. Algo que, sinceramente, lo hace aún más interesante.
Y por si quedaba alguna duda, su próximo proyecto despeja cualquier misterio. Glen Powell protagoniza el remake de The Running Man, la icónica película de ciencia ficción que en 1987 llevó a Arnold Schwarzenegger a un sangriento espectáculo de televisión futurista. Pero esta vez, la historia va a ser muy diferente. Y el tono también.
Glen Powell: «No me identifico con los superpoderes»
En una entrevista reciente con Empire Magazine, el actor de Top Gun: Maverick y Twisters confesó que no le atraen los papeles de superhéroes. Lo explicó así: «No me identifico con personas con superpoderes. Me gustan las historias simples, con un tipo ordinario enfrentándose a algo extraordinario».
Así de claro. Glen Powell quiere interpretar a gente normal, como tú y como yo, pero empujados a situaciones límite. Y eso es exactamente lo que ofrece The Running Man. Su personaje, Ben Richards, no tiene poderes, no tiene gadgets, no tiene aliados mágicos. Solo tiene miedo, rabia y una familia que salvar. Y eso, según Glen Powell, ya es suficiente para contar una historia poderosa.
The Running Man
Del superhéroe que no fue, al antihéroe que sí será
Durante años, los fancasts han colocado a Glen Powell en todo tipo de papeles del cine de superhéroes. Se le ha imaginado como Nova en el UCM, como una versión renovada de Aquaman o incluso como un joven Bruce Wayne. Pero el propio actor parece decidido a tomar una ruta distinta. No quiere salvar mundos ficticios. Quiere sobrevivir en uno donde la vida vale menos que el espectáculo. Y ahí es donde entra The Running Man.
La nueva versión del clásico de ciencia ficción está dirigida por Edgar Wright y promete un enfoque más fiel a la novela original escrita por Stephen King (bajo el seudónimo Richard Bachman). En lugar del musculoso gladiador interpretado por Schwarzenegger, esta vez veremos a un hombre desesperado, acosado por un sistema brutal que convierte la miseria humana en entretenimiento televisivo.
¿De qué va The Running Man?
La historia, publicada en 1982, está ambientada en un futuro distópico donde Estados Unidos está gobernado por un régimen totalitario. La televisión lo controla todo, y los concursos más populares son aquellos donde los participantes arriesgan su vida a cambio de dinero. El más brutal de todos se llama El Fugitivo.
Ahí entra en juego Ben Richards, interpretado ahora por Glen Powell. En la novela, Richards es un hombre sin trabajo y con una hija gravemente enferma. Para conseguir dinero para medicinas, se presenta al concurso. La dinámica es simple y salvaje: tiene que huir durante 30 días por todo el país mientras es perseguido por cazadores. Cada hora que logra sobrevivir le suma dinero. Cada cazador que elimina, también. Si consigue escapar un mes entero, se lleva el gran premio. Si lo atrapan, muere. Así de crudo.
La novela es una crítica feroz al consumo de violencia como entretenimiento, al control de los medios, y a la deshumanización de las clases bajas. Y esta nueva adaptación, con Glen Powell al frente, quiere rescatar ese espíritu incómodo, oscuro y brutal que King plasmó en el libro.
Un reparto de lujo para una historia salvaje
El remake de The Running Man no solo contará con Glen Powell en el papel protagonista. El reparto incluye a Colman Domingo como el carismático presentador del show, Josh Brolin como el productor del programa, y Lee Pace como uno de los cazadores encargados de eliminar a los concursantes.
También se suman Michael Cera como un rebelde que ayuda a Richards a escapar, Emilia Jones, William H. Macy, Katy O’Brian, Daniel Ezra y Karl Glusman, completando un reparto que mezcla rostros veteranos con nuevos talentos.
La intención es clara: construir un thriller de acción con rostro humano, donde cada personaje tenga algo en juego. No se trata de lucirse en pantalla con capas o poderes, sino de mostrar cómo actúa una persona común cuando es empujada al límite.
Más cerca del libro, menos cerca del músculo
A diferencia de la versión ochentera, donde Schwarzenegger era más Terminator que padre desesperado, esta nueva versión quiere recuperar el tono original de la novela. En el libro, Richards no es un héroe de acción; es un tipo corriente que se mete en una pesadilla por necesidad. Las decisiones que toma son desesperadas. Su viaje es físico y psicológico. No hay one-liners ni puñetazos que salvan el día. Solo huida, miedo y un deseo feroz de justicia.
Glen Powell lo resume en una frase: «Es un tipo común enfrentado a todo un sistema. Me gusta esa clase de historia». Y se nota que la cree de verdad.
The Running Man
Una fecha marcada en rojo
The Running Man se estrenará en cines el 7 de noviembre de 2025, y promete ser uno de los títulos más comentados del otoño. No solo por lo que representa como remake, sino porque puede marcar un antes y un después en la carrera de Glen Powell, quien sigue esquivando el camino fácil para buscar papeles que de verdad le interesan.
Mientras otros actores se lanzan de cabeza a las franquicias de superhéroes, Powell apuesta por un cine más crudo, más humano y, en muchos sentidos, más valiente. Y eso es algo que Hollywood necesita.
¿Será The Running Man el nuevo gran acierto de Glen Powell? ¿O terminará siendo una historia demasiado dura para un público acostumbrado a los finales felices? Lo sabremos en noviembre, cuando la carrera por sobrevivir comience… y solo uno pueda quedar en pie.




