La segunda temporada de Fallout no ha perdido el tiempo. Nada de calentamientos suaves ni paseos tranquilos por el Yermo: el regreso de la serie de Amazon Prime Video entra fuerte desde el primer minuto y rescata una de las ideas más oscuras y jugosas, del universo creado por Bethesda. Sí, hablamos de New Vegas… y de un refugio que llevaba años pidiendo protagonismo.
Volvemos a un mundo donde la radiación es casi decorativa y donde nada es lo que parece, ni siquiera esos supuestos lugares seguros bajo tierra. Lucy y el Ghoul regresan para recordarnos que en Fallout siempre hay un secreto esperando detrás de una puerta metálica oxidada. Y esta vez, el secreto es bastante inquietante.
El regreso al Yermo no viene solo: Lucy y el Ghoul entran en terreno peligroso
La temporada 2 de Fallout arranca con Lucy, interpretada por Ella Purnell, siguiendo la pista de su padre desaparecido. En su camino vuelve a cruzarse con el Ghoul de Walton Goggins, uno de esos personajes que llenan la pantalla incluso cuando no dicen nada. Juntos, como quien no quiere la cosa, acaban entrando en otro de los famosos refugios.
En el universo Fallout, los refugios siempre se vendieron como la salvación definitiva frente a la guerra nuclear. Un sitio limpio, ordenado, con normas claras y promesas de futuro. El problema es que, con el paso del tiempo, hemos aprendido que casi todos escondían algo turbio bajo la alfombra… o detrás de la pared.
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Este nuevo refugio no tarda en levantar sospechas. No es solo el ambiente extraño o las miradas vacías de sus habitantes. Hay algo que chirría desde el primer momento, una sensación incómoda que te acompaña mientras Lucy y el Ghoul avanzan por pasillos demasiado pulcros para un mundo postapocalíptico.
Vault 24 por fin sale de las sombras de New Vegas
Aquí es donde Fallout temporada 2 hace algo muy inteligente: rescata Vault 24, un refugio mencionado en Fallout: New Vegas pero que nunca llegó a explorarse en el videojuego. Durante años fue poco más que una referencia perdida, una idea recortada en desarrollo… hasta ahora.
Situado en el desierto de Nevada, Vault 24 se convierte en uno de los grandes protagonistas del estreno. Lucy y el Ghoul no encuentran allí al padre fugitivo, pero descubren algo bastante peor: un experimento psicológico que pone los pelos de punta incluso para los estándares de la saga.
El refugio escondía un sistema diseñado para reescribir la mente de sus habitantes. Nada menos. No hablamos de propaganda suave ni de discursos repetidos, sino de una máquina capaz de alterar directamente las ondas cerebrales y modificar pensamientos. Bienvenidos al lado más retorcido de Vault-Tec.
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El experimento más incómodo de Fallout: control mental y comunismo forzado
El gran giro de Vault 24 es tan extraño como provocador. Sus habitantes fueron sometidos a un proceso de lavado de cerebro que los empujaba hacia una ideología comunista, usando una tecnología llamada Brain Computing Interface. Una máquina que manipula la mente sin pedir permiso y convierte las ideas en código.
La elección no es casual ni gratuita. Fallout siempre ha jugado con el miedo nuclear, la paranoia y la propaganda previa a la guerra. Ver a Vault-Tec experimentando con el comunismo en pleno contexto de Guerra Fría alternativa es tan irónico como perturbador. ¿No crees que encaja demasiado bien?
Lo inquietante no es solo el “qué”, sino el “cómo”. La serie muestra el proceso de forma fría, casi clínica, sin recrearse pero dejando claro que no hay escapatoria. Aquí no hay debates ni elecciones personales. El pensamiento se impone, punto.
¿Por qué Vault-Tec haría algo así?
La pregunta flota en el aire durante todo el episodio. Vault-Tec siempre ha sido una corporación sin escrúpulos, pero este experimento parece tener capas adicionales. Una teoría bastante lógica es que buscaban entender al enemigo, recrear una sociedad comunista controlada para estudiarla desde dentro.
Otra posibilidad apunta a algo aún más ambicioso: el simple perfeccionamiento del control mental. Manipular cerebros sin importar la ideología sería un arma brutal en un mundo al borde del colapso. Cambiar pensamientos como quien cambia una bombilla suena a sueño húmedo corporativo, incluso antes de que caigan las bombas.
Y luego está Robert House. El personaje interpretado por Justin Theroux aparece vinculado a experimentos similares antes de la Gran Guerra. Su obsesión con el control, la tecnología y el futuro encaja demasiado bien con lo que vemos en Vault 24. ¿Casualidad? En Fallout, casi nunca.
De contenido eliminado a canon televisivo: Fallout se permite jugar con su historia
Uno de los grandes aciertos de la serie es cómo reutiliza ideas descartadas del videojuego y las convierte en piezas clave del relato. Vault 24 estaba planeado para Fallout: New Vegas, pero terminó siendo eliminado. Solo quedó un traje del refugio como rastro de lo que pudo ser.
Ahora, la serie no solo lo recupera, sino que lo integra de forma orgánica en la narrativa. No se siente como un guiño gratuito, sino como una expansión natural del mundo Fallout. Un regalo para quien conoce la saga y una sorpresa potente para quien solo sigue la serie.
Este tipo de decisiones hacen que la adaptación funcione. No intenta copiar el juego plano a plano, sino que entiende su espíritu y se permite explorar rincones que antes estaban cerrados. Y sí, a veces eso implica incomodarte un poco, que tampoco viene mal.
La temporada 2 promete seguir por este camino, con nuevos episodios cada miércoles en Amazon Prime Video. Más Yermo, más decisiones cuestionables y más secretos corporativos saliendo a la luz. Lo justo para que no podamos apartar la mirada.
Si Vault 24 es solo el principio, queda claro que Fallout todavía tiene muchas bombas narrativas guardadas. Ahora la pregunta es: ¿qué otro experimento olvidado está a punto de volver para darnos una alegría… o un escalofrío?
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