Evol la serie de Atsushi Kaneko sigue mezclando el drama adolescente con los superhéroes. Marginados, indefensos, víctimas, estos jóvenes son villanos porque no les queda otra
Los tomos 2 y 3 de Evol recogen lo que en un cómic de superhéroes sería el origen, pero que en este manga es mucho más, es un grito de dolor de una generación que tiene que sufrir humillaciones de sus padres, de sus compañeros, de la misma sociedad solo por existir. Nadie les dijo que nacieran, pero una vez llegaron estos jóvenes tuvieron que pelear con imposibles hasta que no pudieron más. Y después se volvieron malvados.
La historia de Nozomi, Sakura y Akari antes de conocerse se relata en estos dos tomos, en todos sus casos conocemos el resultado, el hospital donde los recluyeron por intentar suicidarse. En Japón es un tema tabú pero a la vez es un tema que nunca está lejos de la vida de los adolescentes. Presionados para ser alguien, para encajar, para destacar por encima de los demás, o simplemente para no levantar la cabeza ante los superiores, los adolescentes nipones han sido siempre propensos al extremismo en su comportamiento como forma de rebeldía contra una sociedad que es capaz de unir tradición y modernidad para oprimirlos por todos lados. Toda la serie disponible aquí
Kaneko comenzaba dándonos a tres personas rotas, marginadas y con algo en común que podía redimir lo que los había llevado hasta el extremo. Poco conocíamos de ellos, y cuando se revelan sus historias encontramos vidas muy diferentes. De una vida de privilegios que se destruyen por culpa de unas circunstancias externas incontrolables, de una vida escondida que cuando se revela produce rechazo y de una vida de mentira que se envuelve en oro pero en realidad es pesadillesca.

En poco espacio la historia revela las verdades de una sociedad acomplejada y que margina a los diferentes, a los que no son de sangre pura, a los homosexuales, pero que aceptan un juguete roto porque parece un miembro productivo y pertenece a una familia “normal”. Hay mucha bilis en estas historias, y los superhéroes no son la solución. En realidad son parte de este entramado corrupto, son adalides de “su justicia”, de su clase social y se creen seres superiores intocables mientras medran ayudando a los poderosos cuya ambición destruye y corrompe.
Los tres protagonistas son víctimas de mucho y sus respuestas son tan propias como sus historias. La muñeca rota de papa crea un monstruo imaginario, o puede que no sea imaginario, para destruir su fuente de dolor, el separado por su sexualidad se convierte en líder de los marginales y aquella que gozaba de todos los privilegios descubre el sentido de pertenecer de verdad a algo y no dejar que se desmorone.
La lucha con los superhéroes sirve de catarsis a los personajes para definir su papel y para establecer su comportamiento. Cada batalla deja a nuestros personajes en el punto de partida de un camino oscuro, Akari se ha convertido en un monstruo lleno de odio con su amigo conegro, Nozomi ya no se esconde, encabeza la lucha, solo Sakura quiere mantener lo que crearon, una familia. Evol nacía con un error en su nombre, pero no en su idea, quizá olvidarla produzca un desastre.
El arte de Kaneko es limpio y definido, en muchos momentos se aleja del manga para entrar en un estilo más americano, no abandona las reglas del cómic nipón pero las retuerce para poder contar la emoción, que es la intención principal, en medio de un ambiente realista y opresivo. Y cada número mejora, añade nuevos conceptos como el mundo de fantasía de conegro o el crecimiento de los poderes de sus personajes.
Evol es una serie compleja, cada capítulo va desvelando nuevas capas que definen a los personajes, sus relaciones y explican sus decisiones en un mundo que parece necesitar una revolución. Pero puede que no sea este tipo de revolución.
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