Diciembre sigue apretando el acelerador en la cartelera española y el 12 de diciembre llega con un menú que parece pensado para un maratón friki navideño: delincuentes que entran por el tejado en cadenas de fast food, refugiados cruzando los Pirineos en plena Segunda Guerra Mundial, clásicos ochenteros que vuelven a las salas, documentales musicales y queer, terror isleño, fábricas en ebullición y hasta cuentos animados bajo un manzano.
Es uno de esos viernes en los que apetece dejarse caer por el cine casi a ciegas, porque hay propuesta para cada tipo de espectador: desde el gran drama-thriller made in Hollywood hasta la autoría más europea, pasando por animación infantil, cine social, reestrenos míticos y documentales que tocan nervios muy concretos. Aquí repasamos todos los estrenos del 12 de diciembre de 2025 en España, con el contexto justo para ayudarte a elegir sala… o para encadenar varias sesiones seguidas.
Roofman: Un ladrón en el tejado
Derek Cianfrance se mete de lleno en la crónica criminal más pintoresca con Roofman: Un ladrón en el tejado, basada en la increíble historia real de Jeffrey Manchester. La película parte de una declaración de intenciones que ya marca el tono: “Basada en una historia real contada por un mentiroso”. A partir de ahí, seguimos a este ladrón especializado en asaltar más de 60 McDonald’s entrando por un agujero en el techo en mitad de la noche, casi como si fuera una versión low cost de un supervillano urbano.
Channing Tatum interpreta a Manchester, acompañado por un reparto potente donde figuran nombres como Kirsten Dunst y Peter Dinklage. Tras ser detenido, el personaje no se conforma con su destino: consigue escapar de prisión y, en uno de esos giros que parecen inventados pero no lo son, se oculta durante seis meses en una tienda de Toys R Us. El contraste entre la épica cutre de sus robos y el escenario casi infantil de su escondite promete momentos tan tensos como surrealistas.
La película se mueve entre el drama y el thriller, con la mirada de Cianfrance sobre personajes emocionalmente rotos y entornos muy concretos, pero aquí con una capa adicional de humor negro y extravagancia. Roofman: Un ladrón en el tejado apunta a ser una de esas historias “si no te la cuentan, no te la crees”, perfecta para quien quiera crimen basado en hechos reales con bastante personalidad.
Frontera
En clave mucho más sobria y contundente llega Frontera, dirigida por Judith Colell, que nos sitúa en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial. Franco ha bloqueado el paso de refugiados judíos que huyen de la represión nazi a través de los Pirineos, y el punto de partida es una aduana en un pueblo fronterizo donde las decisiones individuales pesan tanto como los bandos oficiales.
Manel Grau, funcionario con pasado republicano, decide contravenir las órdenes del régimen. No lo hace solo: cuenta con el apoyo de Juliana, vecina del pueblo, y de Jerôme, un pasador francés. Entre los tres ponen en marcha una pequeña gran operación para ayudar a escapar a tantas personas como puedan. Cada cruce de frontera, cada noche en la montaña, se convierte en un gesto de resistencia contra un sistema que prefiere mirar hacia otro lado o ser cómplice.
Esa “cruzada” clandestina no solo pone a Manel en el punto de mira, sino que despierta en él y en su mujer Mercè los fantasmas de la reciente Guerra Civil española. La película mezcla drama y thriller, con Filmax detrás de la distribución y un reparto donde destacan Miki Esparbé, Bruna Cusí y Asier Etxeandia. Frontera se perfila como una de las propuestas más intensas de la semana, ideal para quienes buscan cine histórico con tensión moral, dilemas difíciles y el recordatorio de que a veces la frontera más complicada es la que separa la obediencia del compromiso.
El rey de reyes
La animación también se cuela con fuerza en la cartelera gracias a El rey de reyes, producción coreana dirigida por Seong-ho Jang. Aquí, la historia de Jesucristo se cuenta desde un prisma muy particular: a través de la mirada de un niño y con Charles Dickens como narrador dentro del propio relato. La película arranca como un simple cuento antes de dormir, un padre que quiere compartir una historia con su hijo, pero poco a poco ese relato se convierte en un viaje que transformará a ambos.
La premisa plantea que el niño, gracias a su vívida imaginación, camina junto a Jesús, presencia sus milagros, atraviesa sus pruebas y acaba comprendiendo el peso de su sacrificio final. Todo el mensaje de esperanza, amor y redención se reformula desde esa mirada infantil, no para simplificarlo, sino para hacerlo emocionalmente directo y accesible.
Con Mofac Studios detrás, y voces tan reconocibles como Kenneth Branagh, Uma Thurman, Mark Hamill o Pierce Brosnan en la versión original, El rey de reyes busca ese equilibrio entre espectáculo animado y relato espiritual. Es una propuesta pensada para quienes quieran revisitar la historia más conocida del cristianismo desde una óptica diferente, con un enfoque visual moderno y un tono que combina emoción, épica religiosa y sensibilidad familiar.
Los Goonies (Reestreno 40º aniversario)
Warner Bros.
Hay clásicos que no necesitan presentación, pero siempre apetece aprovechar cualquier excusa para volver a verlos en pantalla grande. Los Goonies regresa a los cines por su 40º aniversario, y eso significa que una nueva generación podrá descubrir en sala la aventura ochentera por excelencia, mientras quienes crecieron con ella pueden revisitarla como se merece: con butaca, sonido envolvente y quizás alguna lágrima nostálgica.
La película de Richard Donner sigue a Mikey, un chico de trece años que, junto a su hermano mayor y un grupo de amigos, forma la pandilla conocida como “los Goonies”. Ante la amenaza de perder sus hogares, se lanzan a una búsqueda de tesoro que incluye mapas antiguos, trampas imposibles, barcos piratas y villanos que parecen sacados de un cómic de la época. Todo con ese tono de aventura infantil con corazón enorme que definió a una generación.
Con Sean Astin, Corey Feldman, Josh Brolin y compañía, Los Goonies es mucho más que una peli: es un pedazo de memoria colectiva del cine de aventuras estadounidense. Este reestreno no solo sirve para revisitarla, sino para comprobar cómo sigue funcionando su mezcla de humor, amistad, tensión y fantasía en un mundo donde los niños ahora viven rodeados de pantallas, pero siguen soñando con mapas del tesoro.
La vida fuera
Desde Italia aterriza La vida fuera (Fuori), dirigida por Mario Martone, que sitúa su historia en la Roma de 1980. La protagonista es una escritora cuya vida da un giro radical tras un acto loco e inesperado que la lleva directamente a prisión. Allí no solo se enfrenta a las consecuencias de ese impulso, sino que se cruza con un grupo de jóvenes reclusas con las que formará un vínculo que va mucho más allá de la situación carcelaria.
La película explora qué ocurre cuando alguien acostumbrado a observar y escribir desde fuera se ve de repente encerrado con las personas de las que podría haber hablado en sus textos. Dentro de la cárcel, la escritora encuentra historias, heridas, complicidades y una sororidad inesperada. Una vez que salen en libertad, ese grupo no se disuelve: la amistad entre la escritora y las otras mujeres se convierte en un lazo auténtico que nadie más entiende del todo, porque solo ellas saben lo que han compartido.
Con Valeria Golino, Matilda De Angelis y Elodie en el reparto, y una coproducción Italia–Francia respaldando el proyecto, La vida fuera se presenta como un drama sobre segundas oportunidades, culpa y comunidad. Es una de esas películas que huyen del dramatismo simplón para centrarse en las pequeñas relaciones, los gestos y las decisiones que marcan a quienes se han visto empujados “fuera” del sistema y necesitan encontrar un nuevo lugar en el mundo.
El sendero azul
Gabriel Mascaro firma El sendero azul (O Último Azul), una aventura dramática que llega avalada por un dato nada menor: la película ha ganado el Oso de Plata Gran Premio del Jurado en la 75ª Berlinale, según recuerda su sinopsis oficial. La protagonista es Tereza, una mujer de 77 años que ha pasado toda su vida en una pequeña ciudad industrial de Brasil, hasta que un día recibe una notificación oficial que pretende reorganizar sus últimos años sin preguntarle demasiado.
El gobierno le informa de que debe trasladarse a una remota colonia de viviendas para jubilados, una especie de destino prefabricado donde podrá “disfrutar” de su vejez, mientras las generaciones jóvenes se concentran en ser productivas. Tereza se rebela frente a ese guion impuesto y decide emprender un viaje propio, transformador, por el Amazonas para cumplir un último deseo que marcará su vida para siempre.
Con paisajes descomunales y un tono que mezcla reflexión social, crítica al ageísmo y un fuerte componente emocional, El sendero azul se presenta como una road movie tardía, donde la protagonista se niega a ser tratada como un paquete que alguien quiere recolocar. Más que una despedida, su viaje es una última afirmación de identidad, ideal para espectadores que busquen cine de autor latinoamericano con músculo visual y corazón político.
El canto de las manos
El canto de las manos es un documental dirigido por María Valverde que se adentra en un territorio poco explorado: la sordera contada desde la música. El filme sigue a Jennifer, Gabriel y José, tres músicos sordos de Venezuela que afrontan un reto mayúsculo: llevar por primera vez a escena, en lengua de señas, la ópera Fidelio de Beethoven, bajo la batuta de Gustavo Dudamel.
La película pone el foco en el aislamiento que los protagonistas han vivido por su condición, en una sociedad que asocia música con audición de forma casi automática. Sin embargo, el documental muestra cómo, para ellos, la música es refugio, salvación y esperanza. La preparación de Fidelio en lengua de señas se convierte en metáfora de algo más grande: la posibilidad de reapropiarse de un lenguaje que parecía prohibido, transformándolo en un espacio de expresión propio.
Con producción entre España, Estados Unidos y Venezuela, y la participación de figuras de alto perfil como Dudamel, El canto de las manos apunta a emocionar tanto a melómanos como a quienes simplemente se sientan interpelados por historias de superación y búsqueda de voz (literal y metafórica). Un documental que propone escuchar con la mirada y entender que la música también puede vibrar en el cuerpo y en la comunidad.
Kontinental ’25
Radu Jude, uno de los nombres más interesantes del cine rumano contemporáneo, presenta Kontinental ’25, un drama con toques de comedia que vuelve a colocarnos delante de un sistema social y político lleno de contradicciones. La protagonista es Orsolya, alguacila en la ciudad de Cluj, en Transilvania, encargada de ejecutar decisiones judiciales con aparente frialdad funcional.
Su rutina se tambalea cuando tiene que desahuciar a un hombre sin techo que vive en el sótano de un edificio del centro destinado a transformarse en un hotel de lujo. Es uno más de esos desahucios que sostienen la maquinaria de la gentrificación, hasta que un suceso inesperado obliga a Orsolya a mirar de frente lo que hace y lo que significa su trabajo. Esa situación desencadena en ella una crisis moral profunda, un choque entre su rol institucional y su conciencia.
La película, coproducida entre Rumanía, Suiza, Reino Unido y Luxemburgo, combina el tono crítico habitual de Jude con momentos de humor incómodo, para retratar una Europa donde el progreso económico se escribe a menudo sobre los cuerpos de quienes sobran del mapa. Kontinental ’25 es una de las propuestas más políticas de la semana, dirigida a espectadores que no le tienen miedo a las historias que señalan los mecanismos de poder con ironía y mala leche controlada.
Fragmentos
En Fragmentos, Horacio Alcalá firma un drama de relaciones cruzadas y heridas sentimentales abiertas. Diego decide viajar con su esposa Alba a una roca volcánica paradisíaca para intentar, una vez más, salvar su matrimonio. No es la primera vez que lo intentan: su relación lleva tiempo atrapada en un bucle de idas y venidas, con discusiones constantes, ausencia de sexualidad y terceros en discordia que no hacen sino agrandar el daño.
Alba se protege tras una coraza tan dura que ya ni siquiera es consciente de cuánto está contribuyendo al naufragio de la pareja. En ese contexto aparecen Irene y Ben, los anfitriones del lugar donde se hospedan, una geria que parece idílica pero que también esconde tensiones internas. La felicidad de Irene y Ben pende de un hilo que empieza a romperse con la llegada de sus huéspedes, como si el espacio absorbiera los problemas ajenos y los multiplicara.
Una revista de prensa rosa, con un artículo titulado “Siete preguntas para salvar tu matrimonio”, se convierte en detonante: esas preguntas, aparentemente banales, abren grietas en ambas relaciones y obligan a los personajes a mirarse sin filtros. Fragmentos propone un retrato de parejas en crisis, de autoengaños y verdades que se han ido esquivando demasiado tiempo, ideal para quien quiera un drama emocionalmente intenso con escenario de postal en contraste con lo que se cuece por dentro.
Aro berria
Aro berria, dirigida por Irati Gorostidi, nos lleva a Donostia en 1978, en un momento en el que el país entero está redefiniendo su futuro. La película comienza en una fábrica de contadores de agua donde los trabajadores se reúnen en asamblea para debatir una posible huelga. Sin embargo, la huelga no prospera, y ese fracaso colectivo deja un poso de frustración y decepción entre los más inconformistas.
Esos trabajadores que no quieren resignarse trasladan sus aspiraciones de transformación radical a otros ámbitos, más íntimos, más personales. Algunos abandonan la fábrica y se integran en una comunidad aislada en las montañas, donde decenas de jóvenes buscan nuevas formas de vida a través de experiencias catárticas compartidas. No se trata solo de cambiar las condiciones laborales, sino de reformularlo todo: relaciones, afectos, espiritualidad, política, cuerpo.
Con fotografía de Ion de Sosa y un enfoque claramente anclado en el drama social, Aro berria se acerca a esas utopías comunitarias que surgieron al calor de la Transición, pero lo hace sin idealizar, mostrando tanto el impulso de romper con lo establecido como las tensiones y límites que afloran cuando se intenta vivir al margen del sistema. Es una propuesta para quienes se interesan por la memoria política reciente y por cómo los sueños de cambio acaban filtrándose en lo cotidiano.
Balearic
Ion de Sosa cambia de registro pero mantiene pulso inquieto en Balearic, una pieza de terror-thriller que transcurre en la víspera de San Juan, esa noche en la que la magia y la amenaza parecen mezclarse sin pedir permiso. Un grupo de jóvenes se cuela en la piscina de una lujosa casa, aparentemente para disfrutar del clásico “verano eterno” de postal. Sin embargo, la diversión se corta en seco cuando tres perros feroces los mantienen prisioneros dentro del recinto.
Mientras ellos intentan entender cómo han acabado atrapados en esa trampa canina, los vecinos celebran el comienzo del verano en una villa cercana, ajenos al peligro que se está fraguando a pocos metros. La película aprovecha ese contraste entre fiesta, ritual y violencia para construir una atmósfera opresiva: la liberación simbólica de la noche de San Juan choca con el encierro físico y psicológico de los protagonistas.
Con un metraje ajustado y un elenco que incluye a nombres como Zorion Eguileor, Paula Gala y Lara Gallo, Balearic parece moverse en el terreno del terror con comentario social, donde el lujo, la propiedad y la desigualdad tienen tanto peso como los colmillos de los perros. Una opción interesante para quien quiera algo distinto en el género, lejos del susto fácil y más cerca de la pesadilla contemporánea.
Los misteriosos cuentos del manzano
Para el público infantil (y para adultos que aún creen en la fuerza de los cuentos) llega Los misteriosos cuentos del manzano, coproducción animada entre República Checa, Eslovaquia, Eslovenia y Francia. La historia arranca cuando Tom (4), Susanna (8) y Derek (10) visitan a su abuelo por primera vez desde la muerte de la abuela. Lo encuentran distante y la casa demasiado silenciosa, como si el duelo hubiera apagado todos los colores.
Inspirándose en su abuela, Susanna asume el rol de narradora y empieza a inventar historias para llenar ese vacío. Sus cuentos hacen que la casa vuelva a llenarse de aventuras: un gato misterioso que aparece justo cuando alguien lo necesita, un monstruo gigante que en realidad es muy tierno, un hombre valiente capaz de volar entre las nubes… Cada relato reactiva un rincón distinto del hogar y un trozo de corazón en los personajes.
A través de esas narraciones, los hermanos y el abuelo descubren que la imaginación puede convertirse en un puente perfecto para compartir recuerdos, curar la tristeza y reconstruir el sentimiento de familia. Los misteriosos cuentos del manzano se presenta como una película ideal para abordar el duelo con sensibilidad, ofreciendo a los peques un refugio lleno de magia y a los mayores una invitación a reconectar con la tradición de contar historias alrededor de quienes queremos.
Eloy de la Iglesia, adicto al cine
El cine español mira hacia uno de sus nombres más incómodos y fascinantes con el documental Eloy de la Iglesia, adicto al cine, dirigido por Gaizka Urresti. El filme retrata a un director valiente, un “niño terrible” en sus inicios, que se enfrentó a la censura y jugó constantemente con los límites de la libertad de expresión. Su obra, cargada de crítica social y deseo de mostrar la cara más oscura de la Transición, le ganó tanto admiradores como detractores.
La película repasa también su caída en los infiernos de la drogadicción, etapa en la que fue olvidado e incluso repudiado durante más de una década. Sin embargo, lejos de quedarse en la tragedia, el documental muestra cómo logró salir del ostracismo para volver a hacer cine, su verdadera adicción, esa de la que nunca pudo desengancharse.
Con testimonios de figuras como José Sacristán, Fernando Guillén Cuervo o Marisol G. Morcillo, Eloy de la Iglesia, adicto al cine se plantea como una carta de amor y al mismo tiempo un ajuste de cuentas con una figura clave para entender cierto tipo de cine español: incómodo, directo, urbano y profundamente político. Imprescindible para cinéfilos y para quienes quieran descubrir al hombre detrás de títulos que marcaron a varias generaciones.
Hasta la montaña
Desde Canadá y Francia llega Hasta la montaña (Bergers / Shepherds), dirigida por Sophie Deraspe, que propone un viaje de huida de la ciudad hacia la vida rural… pero sin caer en la postal fácil. Mathyas, un joven publicista de Montreal, decide abandonar todo: trabajo, rutina urbana, ruido constante. Su sueño es reconectar con la naturaleza convirtiéndose en pastor en los Alpes franceses, una fantasía de simplicidad y autenticidad que muchos hemos tenido alguna vez desde la silla de oficina.
La película, sin embargo, muestra que el mundo del pastoreo está lejos de ser idílico. Exige esfuerzo físico brutal, constancia diaria y una transformación profunda en la forma de entender el tiempo, el cuerpo y la comunidad. Cuando Élise, funcionaria que también ha dejado atrás su vida urbana, llega para acompañarle, ambos se embarcan en un viaje custodiando un rebaño de ovejas a través de las montañas.
En medio de paisajes majestuosos y condiciones duras, Hasta la montaña explora cómo ese cambio de vida pone a prueba sus motivaciones y sus vínculos. No es solo una historia de “volver a la naturaleza”, sino de preguntarse qué estamos dispuestos a perder y a ganar cuando rompemos con la comodidad de lo conocido. Ideal para quienes disfrutan del cine contemplativo con personajes que buscan reescribir su destino.
Queer Me
Cierra la tanda de estrenos Queer Me, documental dirigido por Irene Bailo Carramiñana que se sitúa en la intersección entre lo personal, lo político y lo generacional. A partir de sus primeros amores adolescentes y del descubrimiento de la comunidad queer en Toulouse, la directora explora su propia relación con las normas sociales… y con las del propio colectivo al que pertenece.
La película utiliza material de archivo, recuerdos personales y registro documental actual para construir una mirada íntima y coral del movimiento transfeminista desde la casa okupa TDB. No se trata solo de un retrato individual, sino de una radiografía de un espacio concreto donde se cruzan afectos, militancia, contradicciones y deseos de cambio. El título, Queer Me, apunta ya a ese cruce entre identidad y proceso, entre lo que somos y lo que estamos intentando llegar a ser.
Coproducida entre España y Francia, y distribuida por Nueve Cartas, la película se presenta como un viaje en primera persona que invita también a abrir el foco hacia una generación entera. Es una propuesta especialmente interesante para espectadores que sigan de cerca los debates en torno a género, sexualidad, activismo y memoria colectiva, y que quieran verlos encarnados en experiencias concretas, lejos de los titulares y cerca de las vidas reales.
Diciembre sigue apretando fuerte la cartelera y todavía queda mucha tralla por llegar. Así que ya sabes: cuéntanos en comentarios qué vas a ver este finde y, si quieres seguir al día con todos los estrenos, síguenos en Google News como Cinemascomics. Nos vemos en el cine.
