Hay algo que no suele pasar cuando una película no funciona en taquilla: que el propio estudio señale con el dedo a los espectadores. Pero eso es justo lo que ha hecho Disney a través de Pixar con Elio, su última película original. Y no lo ha hecho de forma sutil. En un giro que ha sorprendido a muchos, la compañía ha usado sus redes sociales para lanzar un mensaje que, traducido sin filtros, viene a decir: «Nos pedís historias nuevas, pero luego no vais al cine a verlas».
No es habitual ver a un gigante como Disney entrar al trapo de esa forma. Pero parece que la frustración ha superado el control habitual de su maquinaria de marketing. Porque Elio no es solo una película más: es el enésimo intento del estudio por demostrar que todavía pueden crear historias originales… y los resultados están dejando a más de uno con un sabor amargo.
Un vídeo de Pixar / Disney que va directo a la yugular del espectador
Todo ha partido de un vídeo publicado en Instagram, en el que Pixar se sumaba a una de las últimas tendencias virales: una voz en off lanza una verdad incómoda mientras quien aparece en pantalla hace como que no sabe de dónde viene. Hasta ahí, todo normal. Pero lo que realmente ha encendido las alarmas ha sido el mensaje del vídeo: «Todo el mundo se queja de que no hay ideas nuevas en el cine… pero cuando aparecen, nadie va a verlas».
Ese fragmento, compartido por la propia cuenta de Pixar, deja muy claro lo que están pensando internamente: Elio ha fracasado porque el público le ha dado la espalda. Y lo dicen sin rodeos.
¿Es justo ese planteamiento? ¿Está Disney trasladando su frustración al público o hay algo más profundo detrás de este desencuentro?
Elio: una apuesta arriesgada que se ha estrellado
Elio no parte de una franquicia conocida. No es un spin-off, ni una secuela, ni un reboot. Es una película original sobre un niño que, por accidente, se convierte en el representante de la humanidad en una federación galáctica. El punto de partida es imaginativo, visualmente ambicioso, y con un mensaje sobre identidad y empatía muy en la línea de los mejores momentos de Pixar.
Pero la realidad es que la película ha tenido el peor estreno de la historia del estudio. Según los últimos datos, ha recaudado 72 millones de dólares a nivel global, frente a un presupuesto estimado de 150 millones, que podría duplicarse hasta los 300 millones si se confirman todos los costes añadidos de producción.
Elio – Pixar
Con esas cifras, Elio se coloca por debajo incluso de títulos considerados menores en la historia reciente de Pixar. Y eso, en pleno verano y con los colegios cerrados, es una señal preocupante para Disney.
¿Es culpa del público?
La gran pregunta que queda sobre la mesa es si tiene sentido que Pixar (y por extensión, Disney) culpe directamente al espectador por este descalabro. Porque lo que dice el vídeo, aunque parezca lógico, también suena un poco a pataleta.
Sin embargo, esta no es una conversación nueva. Desde hace años, Hollywood se lamenta de que el público responde mejor a lo conocido. Las grandes cifras están en secuelas, remakes, IPs consolidadas. Basta ver lo que está ocurriendo este mismo mes con los live-action de Lilo y Stitch y de Cómo entrenar a tu dragón, que sí están funcionando en taquilla. La diferencia, claro, es que esa historia ya es familiar para el espectador medio.
Y entonces viene el dilema: ¿cómo se supone que va a funcionar una historia original si el marketing no la respalda con la misma fuerza que a una franquicia? ¿De verdad fue culpa del público… o del propio sistema?
Disney y la presión por tener otro «ganador»
Lo cierto es que Elio no ha llegado en el mejor momento para Pixar. El estudio, que durante años fue sinónimo de calidad y éxito asegurado, lleva tiempo encadenando estrenos con rendimiento desigual. Desde Soul hasta Lightyear, pasando por Red o Elemental, la era post-pandemia ha sido una montaña rusa para su departamento de animación.
Y Disney lo sabe. De ahí que cada estreno original se haya convertido en una especie de prueba de fuego. Porque mientras Toy Story 5 o Los Increíbles 3 generan entusiasmo con solo mencionarse, los títulos nuevos tienen que ganarse al público desde cero.
Con Elio, Pixar buscaba precisamente eso: reconectar con la magia de los inicios, cuando podían inventar un universo desde cero y hacer que la audiencia se enamorara de él. El problema es que la apuesta no ha cuajado… y ahora toca buscar explicaciones.
El mensaje detrás del vídeo: ¿una estrategia o un desahogo?
Que Pixar se atreva a compartir un vídeo que critica directamente la actitud del público es, como mínimo, inusual. Hasta ahora, el tono de sus campañas siempre había sido amable, familiar, incluso algo neutro. Pero este vídeo tiene otra energía. Es directo. Es honesto. Y, sobre todo, suena frustrado.
Podríamos pensar que se trata de una estrategia para provocar conversación y generar movimiento de última hora en taquilla. Pero también puede interpretarse como un gesto de hartazgo por parte de Disney: años trabajando en un proyecto original, para que luego no tenga respaldo en las salas.
Esa es la paradoja: pedir al público que apueste por ideas nuevas, pero al mismo tiempo competir en un mercado saturado de franquicias que juegan con ventaja.
Críticas positivas que no han sido suficientes
Otro factor que hace más doloroso el golpe es que Elio ha recibido críticas bastante positivas. No es una obra maestra como Inside Out o Ratatouille, pero sí ha sido descrita como una película emotiva, visualmente sorprendente y con momentos realmente brillantes.
Elio
Muchos críticos han elogiado su capacidad para hablar de emociones complejas sin perder el tono cómico y cercano. El diseño del universo galáctico ha sido otro punto fuerte, así como la relación entre Elio y las criaturas alienígenas.
Entonces, ¿por qué no ha funcionado? Quizás porque los buenos comentarios no bastan en una época donde el boca-oreja digital es más importante que nunca… y donde el espectador medio se deja llevar por lo que ya conoce.
¿Un aviso de lo que está por venir?
La reacción de Pixar puede ser vista como un aviso para el futuro. Si ni siquiera una película original con buen recibimiento logra despertar interés, ¿qué ocurrirá con los próximos proyectos que no estén basados en marcas conocidas?
De momento, Disney tiene en el horno varias secuelas que sí prometen recuperar el favor del público. Pero si los estudios quieren mantener la creatividad viva, necesitan encontrar un equilibrio: ideas nuevas, sí… pero también una forma distinta de comunicarlas, venderlas y convencer al espectador de que vale la pena darles una oportunidad.
Porque si la culpa es solo del público, entonces estamos perdidos.
Una película que merece más de lo que ha recibido
Más allá de la polémica y los vídeos virales, Elio es una película que merece ser vista. Tiene corazón, tiene humor, tiene originalidad. Y en un panorama donde cada vez se arriesga menos, eso ya es mucho.
Quizás haya llegado en el momento equivocado. O quizás no ha sabido conectar con quienes tenían que llevarla a lo más alto. Pero lo que está claro es que, con el paso del tiempo, Elio puede acabar siendo una de esas películas de culto que el público redescubre cuando ya es demasiado tarde.
Y sí, Disney ha alzado la voz. Puede que sea un grito desesperado, pero también es una llamada de atención. Porque si queremos ver cosas nuevas… tenemos que apoyar cuando por fin nos las dan. Quizás la gente también ha decidido esperar un poco a verla en la plataforma de streaming.





