Danny Boyle estuvo a punto de dirigir una película de Alien, pero una decisión inesperada lo cambió todo. Ahora, más de 25 años después, el director explica el motivo.
Parece mentira, pero uno de los directores británicos más reconocidos de las últimas décadas pudo haber formado parte de una de las franquicias de terror y ciencia ficción más icónicas del cine. Hablamos de Alien y de Danny Boyle. Sí, el mismo cineasta que nos dio Trainspotting, La playa, Slumdog Millionaire y 28 días después.
En una reciente entrevista, Boyle ha revelado que le ofrecieron dirigir la película de Alien que finalmente se convirtió en Alien: Resurrection (1997). El proyecto estaba bastante avanzado, con Sigourney Weaver y Winona Ryder ya vinculadas, pero algo no encajaba. Y él lo supo.
«Conocí a Sigourney y a Winona, así que obviamente era serio. Ellas fueron maravillosas. Pero era la época en la que todo empezaba a girar hacia el CGI… Y no lo llevaba nada bien», confesó el director a The Hollywood Reporter.
La película de Alien merecía una decisión valiente
Boyle no es precisamente un director que se achique ante los retos. Pero cuando el estudio le puso sobre la mesa la película de Alien, algo le hizo frenar. Según él, fue uno de esos momentos raros de «claridad absoluta».
«Simplemente me di cuenta de que yo no era la persona adecuada para hacer esa película de Alien. Así que dejé el proyecto y me fui a hacer Una historia diferente, también con 20th Century Fox. ¡Y fue un fracaso estrepitoso!»
Lo curioso es que, con esa decisión, Danny Boyle dejó pasar la oportunidad de formar parte del legado de Alien. En su lugar, el director francés Jean-Pierre Jeunet (Amélie, La ciudad de los niños perdidos) tomó las riendas de Resurrection, entregando una película que, aunque no es la más recordada de la saga, sí aportó un enfoque visual muy particular y una versión de Ripley bastante… diferente.
Alien: Resurrection (1997)
¿Qué le asustaba tanto a Danny Boyle?
No fueron ni los xenomorfos, ni la presión del estudio, ni siquiera las estrellas del reparto. El verdadero enemigo de Boyle era el CGI. La película de Alien se gestaba en una época de transición, cuando los efectos prácticos empezaban a mezclarse con el 3D y no todo salía bien.
Y para alguien como él, que venía de un cine más visceral, más físico, ese cambio fue una señal de alerta.
«Era una etapa muy temprana del CGI, y no me sentía cómodo. Me apasionaba la idea de Alien, pero no podía lidiar con lo que la tecnología exigía en ese momento».
En retrospectiva, la decisión parece coherente. Boyle siempre ha preferido historias humanas, cercanas al dolor físico o psicológico. Desde un adicto que lucha por sobrevivir en Trainspotting, hasta un alpinista atrapado en una grieta en 127 horas. Un monstruo digital en el espacio no encajaba en su estilo de entonces.
El regreso al horror que sí le apetecía
Actualmente, Danny Boyle está promocionando 28 años después, la esperadísima tercera parte de su saga zombie. La primera, 28 días después, fue un bombazo que redefinió el género en 2002. Pero él no participó en la secuela, 28 semanas después. Ahora, casi 20 años después, ha vuelto a lo grande.
28 semanas después de Danny Boyle
Y lo ha hecho con libertad creativa total, trabajando junto a su colaborador habitual Alex Garland (Ex Machina, Men), en una historia que, esta vez sí, le entusiasma dirigir. Parece que el género de terror le sigue atrayendo… pero bajo sus propias reglas.
Alien Resurrection, ¿tan mala era?
Aunque a Boyle le echó para atrás, la película de Alien de 1997 no fue el desastre que muchos recuerdan. Alien Resurrection tenía ideas interesantes: clonación, corporaciones sin alma, y una Ripley 2.0 que mezclaba humanidad con ADN xenomorfo.
Visualmente, Jeunet imprimió su estilo europeo y onírico, algo que, si bien no agradó a todos, aportó una personalidad única. De hecho, la película no fracasa en taquilla y con el tiempo ha ganado cierto estatus de «rara avis» dentro de la saga.
Los efectos no eran perfectos, pero la criatura final, esa pesadilla híbrida, dejó huella. Y aunque muchos cuestionaron el tono de humor negro y la nueva personalidad de Ripley, no se puede negar que Resurrection intentó algo distinto.
¿Y si Danny Boyle la hubiera dirigido?
Imaginemos por un momento una película de Alien dirigida por el responsable de Slumdog Millionaire o Sunshine. ¿Más existencial? ¿Más nihilista? ¿Con una crítica social como trasfondo? Probablemente sí.
Lo que está claro es que, al rechazarla, Boyle mantuvo su sello personal intacto. Y eso, en una industria que devora directores para grandes franquicias, es digno de aplauso.
A veces decir «no» es lo más difícil
Muchos cineastas aceptarían cualquier encargo con tal de formar parte de una saga tan mítica como Alien. Pero Danny Boyle lo tuvo claro. Prefirió dar un paso atrás antes que entregar algo que no sentía suyo. Y ahora, con una carrera consolidada, lo cuenta con humor y sin rencor.
«No hice Alien, hice un fracaso… pero ya da igual», bromea. «Es agua pasada».
Su historia nos recuerda que el éxito no siempre está en decir «sí», sino en saber cuándo no es tu momento.
¿Tú qué piensas? ¿Habrías querido ver una versión de Alien Resurrection dirigida por Danny Boyle? ¿Te gusta cómo acabó siendo la película de Alien? Te leemos en los comentarios.




