Dean DeBlois regresa a Cómo entrenar a tu dragón el universo que creó hace más de una década con una película en acción real que ha emocionado a crítica y público. Pero no todo fue fácil.
Cuando Universal Pictures decidió poner en marcha el remake live-action de Cómo entrenar a tu dragón, había muchas dudas en el aire. ¿Era necesario rehacer una película tan querida? ¿Se podía mantener su esencia? ¿Sería fiel a los personajes que tantos fans han seguido durante años?
Dean DeBlois, el mismo cineasta que coescribió y codirigió la trilogía animada original de Cómo entrenar a tu dragón, también se lo preguntó. En una entrevista para Variety confesó que su primera reacción cuando recibió la llamada del estudio fue clara: “No quiero ver la versión de otro”. Pero rápidamente añadió algo más: “Si vais a hacerlo, dejadme estar al frente. Conozco este mundo. Sé dónde está el corazón.”
Y con esa convicción, se embarcó por primera vez en una película de acción real, dispuesto a proteger aquello que hace especial a esta historia… y también a expandirla.
“Sabía que tenía que hacerlo yo”
Dean DeBlois no tenía experiencia previa en cine con actores reales, pero sabía que no podía soltar las riendas de un universo que ayudó a construir desde cero. Cómo entrenar a tu dragón no es solo una saga, es una historia de crecimiento, amistad, dolor y esperanza: “Prometí que trasladaríamos este mundo al nuevo medio con todo su corazón intacto”, explica. “Y donde fuera posible, lo expandiríamos.”
La película cuenta nuevamente la historia de Hipo, el joven vikingo que desafía a su comunidad al hacerse amigo de un dragón —el inolvidable Desdentao—. Pero ahora, todo se vive con carne, hueso y fuego real.
Más profundidad, más emociones, la misma alma
Aunque muchos momentos son recreados plano por plano como homenaje, el objetivo de DeBlois fue profundizar en los personajes. Un ejemplo claro es la relación entre Hipo y su padre, Estoico: “Quería mostrar a Estoico como una figura política, con una imagen pública fuerte pero también con momentos de vulnerabilidad en privado”, comenta. “Gerard Butler logró que todo eso se viera real. Y como alguien que también decepcionó a su padre, esa tensión me toca muy de cerca.”
Esa dimensión emocional permite que cada conversación, cada enfrentamiento y cada reconciliación tengan más peso. El Hipo de esta versión, interpretado por Mason Thames, no es una copia del original, sino un reflejo de un joven que lidia con su propia inseguridad a través del humor, el ingenio… y el amor por los dragones.
El momento clave: la primera conexión con Desdentao
Uno de los desafíos más grandes fue recrear la escena donde Hipo traza líneas en la arena y se gana la confianza de Desdentao. Una secuencia que, para los fans, es sagrada: “Si esa escena no funcionaba, nada lo haría”, admite DeBlois. “La ensayamos con música de John Powell sonando en el set. El nivel de detalle fue enorme, hasta en cómo Mason se movía alrededor del dibujo en la arena.”
Gracias al talento de los marionetistas y la expresividad de la cabeza animatrónica del dragón, la magia volvió a surgir. Y Mason, con su experiencia en ballet, aportó una coreografía natural y sensible. “Tuvo un dragón de verdad como compañero de escena”, dice el director, entre risas.
Nico Parker y la polémica que nunca debió existir
Uno de los momentos más delicados del proyecto fue el anuncio del casting de Nico Parker como Astrid. En redes sociales, algunos criticaron que su aspecto físico no se correspondía con la versión animada. Pero Dean DeBlois no dudó: “Me molestó al principio, pero sabía que eso se desvanecería. Nico fue la mejor, punto. Dentro del contexto de esta historia y la expansión de la tribu, la idea de que Astrid tenga que ser blanca, rubia y de ojos azules… no tiene sentido.”
Parker, por su parte, respondió con elegancia: “Si no valoro tu opinión sobre mi vida, tampoco la voy a valorar sobre mi pelo.”
Su interpretación fue tan contundente que DeBlois no tuvo dudas: “Es la única que logró decir las líneas más duras de Astrid sin sonar cruel. Fue firme, como una capitana de equipo, pero jamás mezquina. Y eso es justo lo que buscábamos.”
Toothless, o cómo hacer real a un dragón
Una de las claves del éxito fue crear dragones realistas, pero llenos de alma. Para eso, DeBlois unió a los artistas de Framestore con Glen McIntosh, veterano de Jurassic Park, que aportó el conocimiento de criaturas reales: “Toothless tiene un 75% de pantera negra y un 25% de salamandra. Pero también tiene gestos de perro y gato. Queríamos que te recordara a tu mascota.”
El resultado es una criatura visualmente imponente, pero con la ternura y torpeza que siempre ha definido a Desdentao.
Cómo entrenar a tu dragón. Escenas nuevas, escenas perdidas
En esta versión de Cómo entrenar a tu dragón, también hay novedades narrativas. Como ver a los guerreros aventurarse en la niebla para recordar al espectador que los dragones siguen siendo un peligro.
También se eliminaron escenas que, aunque se filmaron, ralentizaban el ritmo:
- Un momento donde Hipo y Desdentao son interrumpidos por pequeños dragones ladrones.
- Una escena de casi descubrimiento con Astrid en la herrería, que ahora será material extra en la edición doméstica.
El poder del casting: cuando hay química, se nota
© Universal Studios
Mason Thames fue elegido tras verlo en The Black Phone. Y Nico Parker lo fue tras arrasar en las pruebas de química. “Cuando los juntamos, la energía que había entre ellos era imposible de ignorar”, recuerda DeBlois. “Simplemente eclipsaron a todos los demás.”
¿Era necesario el remake?
A esta pregunta, Dean DeBlois responde con honestidad: “Sé que habrá quien diga que no hacía falta. Pero creo que hemos cumplido nuestra promesa: hacer una película que abrace a los fans antiguos y dé la bienvenida a nuevos espectadores.”
Con proyecciones de taquilla que rondan los 70 millones en su primer fin de semana, todo apunta a que el nuevo Cómo entrenar a tu dragón ha llegado para conquistar más corazones.
Cómo entrenar a tu dragón (2025) ya está en cines. Y sí, ver volar a Hipo y Desdentao en acción real sigue siendo tan emocionante como la primera vez. O quizá incluso más.
