Un cuerpo cae desde lo alto del El Capitán, ese majestuoso monolito de piedra en pleno corazón de Yosemite. No hay gritos, ni música épica. Solo el sonido sordo de un cuerpo que interrumpe el ascenso de dos escaladores. Así comienza Indomable, la nueva miniserie de Netflix protagonizada por Eric Bana, que propone un viaje al corazón de la naturaleza… y a los rincones más oscuros de la culpa.
No esperes fuegos artificiales ni giros imposibles. Esta serie juega a otra cosa: a la contención, al paisaje, al ritmo de los caballos y al silencio del dolor. Y aunque no siempre acierta, huella.
Una investigación en tierra salvaje
Kyle Turner (Eric Bana) no es un ranger cualquiera. Tampoco es un policía al uso. Pertenece al ISB, el Servicio de Investigación de los Parques Nacionales de EE. UU., una especie de unidad de élite que investiga delitos dentro de áreas protegidas. Su aspecto recuerda a un vaquero moderno: hosco, implacable, con más relación con su caballo que con cualquier ser humano.
Cuando el cadáver de una joven mujer aparece colgado de una cuerda de escalada, Turner no tarda en hacerse cargo. Ignora las normas, desprecia la burocracia y no le importa pisar a quien haga falta. Lo importante es descubrir qué ocurrió. Porque Turner intuye que aquella caída no fue un accidente, y que el parque guarda más secretos de los que parece.
Un detective a la vieja usanza
Turner es el arquetipo del héroe torturado. No necesita compañía, ni quiere ayuda. Bebe bourbon, vive en una cabaña llena de cajas (aunque lleva años allí), y evita cualquier conversación que no sea estrictamente profesional. Su relación con los demás es tan fría como los picos de Yosemite.
Pero en esta ocasión no podrá investigar solo. Le asignan a Naya Vasquez (una excelente Lily Santiago), una exagente del LAPD que ha huido de la gran ciudad para empezar de nuevo en el bosque. Aunque choca con Turner desde el principio, poco a poco va ganándose su respeto. Vasquez aporta algo que Turner ha perdido: humanidad.
La química entre Bana y Santiago es uno de los pilares de la serie. No hay tensión sexual ni romance forzado. Lo que vemos es una relación profesional que evoluciona con el tiempo, construida a base de respeto, miradas y silencios incómodos.
Indomable. El verdadero protagonista: Yosemite
Aunque fue filmada en Columbia Británica (Canadá), Indomable aprovecha al máximo su ambientación natural. Los bosques, las cimas nevadas, los ríos cristalinos… cada plano parece sacado de un documental de National Geographic. Pero esa belleza no es solo decorado: se convierte en un personaje más, uno que intimida y acoge al mismo tiempo.
Yosemite es el escenario perfecto para una historia de secretos enterrados, desapariciones, trampas y recuerdos que no cicatrizan. Una postal que oculta un crimen.
Sin embargo, lo que podría haber sido un retrato profundo de la vida en un parque nacional se queda en la superficie. Indomable juega con temas como los recortes presupuestarios, la privatización del espacio público o el papel de las comunidades indígenas, pero los deja pasar con rapidez. Hay menciones, sí, pero sin demasiada intención.
Un noir rural con alma de western
La estructura de Indomable recuerda a los thrillers clásicos: un caso inicial que se complica, un investigador solitario, pistas que se conectan con traumas del pasado y un entorno hostil que pone a prueba tanto la resistencia física como emocional de los personajes.
Pero también hay ecos de True Detective, especialmente de su primera temporada. Turner es un hombre roto, con un pasado que vuelve una y otra vez. El caso no es solo un crimen: es una forma de redención, de cerrar heridas que jamás cicatrizaron.
Y, como en los buenos westerns, hay tiroteos, caballos, explosiones y personajes que actúan como leyendas vivas. En ese sentido, Sam Neill está fantástico como Paul Souter, el jefe de los rangers, mentor de Turner y último bastión de cordura en un sistema que prefiere silenciar los problemas antes que resolverlos.
Más forma que fondo
La historia que cuenta Indomable no es especialmente compleja, pero sí está bien hilada. Los seis episodios avanzan con ritmo ágil, sin perder el tiempo en subtramas innecesarias. Y aunque los giros no sorprenden demasiado, hay un esfuerzo por mantener la tensión.
Eso sí, hay momentos en los que la serie parece haber sido editada con prisas, como si se hubiera comprimido una historia de diez capítulos en solo seis. Algunas revelaciones llegan sin suficiente preparación, y ciertos personajes secundarios (como el exmarido de la exmujer de Turner, interpretado por Josh Randall) aparecen y desaparecen sin dejar huella.
Además, hay escenas que rozan lo gratuito, como algunos planos insistentes de cadáveres femeninos o decisiones narrativas que refuerzan estereotipos en lugar de romperlos.
Eric Bana, el alma de la serie
Lo mejor de Indomable es Eric Bana. El actor australiano entrega una de sus interpretaciones más contenidas, sólidas y sobrias en años. Turner podría haber sido un cliché, pero Bana lo convierte en un personaje lleno de matices: duro pero vulnerable, curtido pero frágil, un hombre al que la vida le arrebató demasiado y que intenta recomponerse a base de rutinas y silencio.
En sus escenas con Rosemarie DeWitt, que interpreta a su exmujer Jill, se percibe un pasado complejo, hecho de amor, heridas y renuncias. Aunque sus momentos juntos son breves, dicen más que muchas tramas completas en otras series.
¿Merece la pena ver Indomable?
Si buscas una serie de misterio con ritmo trepidante y giros inesperados, Indomable no es tu mejor opción. Tampoco si esperas una denuncia social o un retrato profundo del sistema de parques nacionales en Estados Unidos.
Pero si te atraen los personajes rotos, las investigaciones en entornos naturales espectaculares, el ritmo pausado y las historias que avanzan a caballo, esta miniserie puede atraparte.
Tiene fallos, sí. Le falta ambición en lo temático y se apoya demasiado en clichés del género. Pero tiene también verdad, belleza y una atmósfera envolvente. Y en un panorama saturado de thrillers artificiales, eso no es poco.
En definitiva, Indomable no descubre nada nuevo, pero sí lo cuenta con estilo. Es un viaje emocional y físico a través de un territorio hostil y magnífico, donde cada árbol esconde un secreto y cada silencio esconde una confesión.
Eric Bana y Lily Santiago sostienen una historia que podría haber sido otra más del montón, y la elevan con su trabajo. Indomable no es una serie perfecta, pero sí una que deja marca, como las pisadas en la tierra mojada de Yosemite tras una noche de tormenta.
Indomable
NOTA CINEMASCOMICS
TOTAL
Un thriller de suspense centrado en sus personajes en el que Kyle Turner (Eric Bana), como agente especial del Servicio de Parques Nacionales, se dedica a imponer la ley humana a la naturaleza salvaje. En el curso de la investigación de una muerte brutal, Inman se verá enfrentado a los secretos más oscuros del parque y a su propio pasado.
