Netflix ha estrenado recientemente el reality de El juego del calamar. Lo curioso es que mucha gente se preguntan cómo de real es este show.
Muchos fans se están preguntando cómo de real es el concurso de Netflix sobre El juego del calamar. La plataforma streaming estadounidense acaba de lanzar un concurso de telerrealidad basado en el exitoso drama surcoreano. Pero ¿cuán genuino es este show? El artículo de TUDUM de la compañía norteamericana revela que los productores se esforzaron por hacer sentir a los 496 concursantes como si estuvieran realmente en la serie original. Aunque sin las dramáticas eliminaciones reales, claro está.
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Las cámaras de Netflix nunca se detuvieron. Incluso filmaban mientras los concursantes de El juego del calamar dormían. Principalmente, por motivos de salud y seguridad. El diseñador de producción Mathieu Weekes comentó que querían que se sintieran completamente controlados por su entorno para emular la atmósfera de la serie de televisión coreana. El equipo de producción también debía trabajar entre bastidores para guiar a los participantes durante el proceso sin abandonar el plató.
Una filmación muy dura y graves acusaciones de amaño
En definitiva, El juego del calamar: The Challenge imita la estructura de otros reality shows. Aunque algunos momentos «más reales» se han centrado en controversias públicas. Una escena en particular, «Luz roja, luz verde», fue especialmente desafiante para los concursantes de Netflix. A fin de cuentas, tuvieron que soportar nueve horas en frío intenso.
Alegaciones de neumonía, lesiones y condiciones extremas surgieron después de la filmación del reality de El juego del calamar en Netflix. Además, hubo reclamos de que el juego estaba amañado, con acusaciones de que el equipo creativo influía en las eliminaciones y establecía vuelos de regreso antes de que los participantes fueran eliminados. Desde luego, ha habido mucha polémica al respecto. Sin embargo, podéis estar tranquilos. Nadie muere en este concurso. Cualquier parecido con la ficción es solo estético.
Fuente: Looper
