A ver, ponte cómodo un segundo, porque lo que ha pasado en el último capítulo de Chainsaw Man es de esas cosas que te obligan a detener lo que estés haciendo. De repente, pum: el manga suelta la bomba que llevábamos años intuyendo. ¿No te pasa que sientes que algo muy gordo está a punto de romperse?
Porque aquí, por fin, después de siete años de caos, vísceras, humor incómodo y giros que te dejan mirando la pared, Chainsaw Man ha revelado lo que muchos pensaban que jamás veríamos: la forma final de Denji. Y créeme, no es un simple “power-up” de manual. Es otra cosa. Es… bueno, ahora te lo cuento despacio, que esto merece masticarse.
La brutal revelación que trastoca el rumbo de Chainsaw Man
Lo primero que hay que decir y seguro que tú también lo intuías, es que Chainsaw Man llevaba meses oliendo a cierre. No en el mal sentido, sino en ese tono de “ya estamos en el postre y viene café con algo fuerte”. Y claro, si la historia se acerca a su gran momento final, era cuestión de tiempo que Denji hiciera algo tan loco como él mismo.
El capítulo 222 arranca con una escena que resume toda la esencia de este manga: Yoru dominando la situación, Denji aparentemente hundido, y Pochita ahí, envuelto en la tensión, como si todo lo que conocemos de Chainsaw Man estuviera a punto de saltar por los aires. Te lo juro, ese clima de “algo va a pasar” se podía sentir incluso sin soundtrack.
La War Devil extiende su mano, pensando en cómo bautizar su nueva arma, como si la partida ya estuviera ganada. Pero es Denji, ¿no? Y si has leído Chainsaw Man lo suficiente, ya sabes que este chico nunca juega limpio… ni ordenado… ni lógico. Aunque, oye, justo por eso sobrevive. ¿No crees?
Y ahí, en medio de ese silencio raro, Denji rompe su propia forma de Chainsaw Man como si estuviera saliendo de una crisálida mal serrada, y levanta dos dedos en un gesto que parece simple… pero no lo es tanto. Papel, piedra, tijeras. Yoru, sin querer, había hecho el símbolo de papel. Él responde con tijeras. Absurdo. Ridículo. Genial.
La fusión definitiva entre Denji y Pochita que define a Chainsaw Man
A partir de ese instante, la cosa se desmadra. Pero se desmadra bien. Porque Denji, aprovechando ese microsegundo en el que Yoru se queda totalmente descolocada y a ver quién no, tira del cordel, como siempre. Pero esta vez no sale la forma clásica. Esta vez no asoma solo Denji, ni solo Pochita.
Esta vez aparece la fusión total.
Chainsaw Man
Es uno de esos paneles que te apetece imprimir y colgar en la pared, aunque tu familia te mire raro. Lo digo en serio: Tatsuki Fujimoto ha sacado probablemente una de las mejores ilustraciones de toda Chainsaw Man. Un híbrido que mezcla el cerebro afilado de Denji —al menos cuando le da por usarlo— y la potencia salvaje de Pochita.
En palabras del propio protagonista y aquí es donde casi escupí el café: “Parece que los poderes más fuertes de Pochita y mi cerebro de genio educado en bachillerato se han combinado”.
Y claro, tú lees eso y no sabes si reírte, emocionarte, levantarte de la silla o todo a la vez. Pero piénsalo: ¿cuántas veces Denji ha sobrevivido gracias a ideas que nadie con dos dedos de frente habría tenido? Pues aquí está la prueba definitiva.
Por qué la nueva forma de Chainsaw Man es un antes y un después
Lo increíble de este momento no es solo lo visual, que ya es impresionante. Es lo que simboliza. Porque desde el primer capítulo de Chainsaw Man, Denji y Pochita han sido uno solo, pero nunca al mismo tiempo. Siempre alternando. Uno conduciendo. El otro esperando. Uno con forma humana. El otro una bestia blindada.
El famoso contraste entre el Chainsaw Man “rojo” y el “negro”. Ese que se menciona tanto en el manga cuando el caos toma el volante y Pochita sale en automático. Pero aquí no. Esto es otra cosa. Esto es equilibrio. Esto es Denji al mando sin perder la fuerza bruta de su mejor amigo demoníaco.
Y todo esto ocurre gracias a que Denji, con esa lógica suya que parece inventada sobre la marcha, decide usar unas tijeras contra el símbolo de papel de Yoru. Una tontería, sí. Una genialidad también. Porque en su cabecita retorcida, ese gesto no solo derrota a Yoru en el juego: es casi un símbolo de paz que se impone a la guerra.
Y tú sabes que en Chainsaw Man, los símbolos nunca están puestos al azar.
Chainsaw Man
Lo que sí hace este capítulo es recordarnos por qué esta serie ha revolucionado el género shōnen. Porque no juega a lo previsible. Porque no se toma demasiado en serio, pero cuando tiene que golpear, golpea fuerte. Y porque Tatsuki Fujimoto tiene esa capacidad rara de mezclar humor absurdo, emociones intensas y violencia estilizada sin perder coherencia.
De hecho, vista así, la forma final de Chainsaw Man es casi un manifiesto: una representación perfecta de la dualidad que ha movido toda la historia. La parte humana que quiere sobrevivir y la parte demoníaca que quiere destruir. Y ahora, por primera vez, caminando juntas.
Un futuro incierto… y brutalmente emocionante
Si esto de verdad marca la recta final de Chainsaw Man, no puedo evitar pensar en lo que vendrá después. Porque con esta nueva forma, Denji ya no es simplemente el chico que quería comer tostadas con mermelada o tocar un pecho alguna vez. Ahora carga con una identidad completa. Una responsabilidad distinta. Un poder que parece ilimitado.
Y sí, no te voy a mentir: huele a final. Huele a clímax, a cierre grande, a esos capítulos que dejan marca incluso cuando ya han pasado meses.
Pero mientras llega ese desenlace, déjame decirte algo: este capítulo 222 es de los buenos. De los que hacen que Chainsaw Man siga siendo uno de los mejores mangas de los últimos años. De esos que te obligan a levantar la ceja, soltar un “¿pero qué acabo de leer?” y quedarte con ganas de otro.
Y ahora sí, te toca a ti: ¿Qué opinas de esta forma final de Chainsaw Man? Si quieres seguir al día con todo, ya sabes, síguenos en Google News antes de que Denji vuelva a romper algo.
