Capucha roja vuelve a reunir un grupo tras el que forjó con Arsenal y Starfire, pero esta vez, es bastante más peligroso, y menos heroico
ECC Ediciones recupera la serie de Capucha Roja que quedo colgada entre el anterior volumen que publicó y la actual encarnación en solitario de Todd en Gotham. Una época marcada por el fuerte carácter antiheroico y la acción extrema, así como un poco de parodia hacia los pilares de la Trinidad Dcita, a través de esta alineación de «copias» de Batman, Superman y Wonder Woman.
Mientras Scott Lobdell abandona en la actualidad la serie, se rumorea que, debido a ciertas acusaciones de haber actuado de forma abusiva en su relación con compañeras con carácter sexual, ECC recupera la saga que más atención recibió de esta cabecera, y así comienza el camino para publicar toda la serie de forma continua, para todos los fans de Jason Todd, el Robin rebelde, el Batman que usa pistas, Capucha Roja, el chico muerto que usa la máscara del hombre que lo mató.
Tras separarse de sus amigos, Jason Todd no ha tenido otra idea que convertirse en un infiltrado. Mascara Negra el mafioso de Gotham empieza a extender su poder más allá de lo que se podía esperar, y Capucha Roja está dentro de su organización. Pero no va a ser fácil trabajar, también esta Artemisa, una amazona de una ciudad perdida y un clon bizarro de Superman. Y tiene que ser Jason el que los controle y lidere, las expectativas son escasas, pero ya venció a la muerte, no puede ser tan difícil.
Este nuevo volumen de Capucha Roja y los Forajidos nos trae una nueva alineación, y también nuevos objetivos. Destruir a Mascara Negra y su organización, ayudar a sus nuevos amigos, y quizás, por el camino, salvar una ciudad oculta de amazonas autoexiliadas de Themiscyra, y de paso evitar una guerra. Jason necesita controlar su carácter, para controlar el de Bizarro, debe planificar, para no dejarse llevar por el ardor guerrero de Artemisa, le toca pelear contra todos sus demonios para poder llevar a cabo su plan. No cuenta con muchos apoyos, Batman no confía en él, pero al final, las amistades se forjan de formas extrañas, sobrevivir, avanzar, crecer, es lo que buscan, ser algo más que las versiones “disléxicas” de grandes héroes no, quieren ser, ellos mismos.
Lobdell como siempre basa su trabajo en un montón de peleas, de acción, y de diálogos rápidos y mordaces. Hay una buena historia, hay unos buenos personajes, y sabe usarlos para crear una buena obra, llena de diversión y de acción. No es filosofa, son antihéroes siendo héroes, que necesitan superarse, y encontrar su lugar, y Lobdell les plantea las pruebas, ellos las superan, y así poco a poco se convierten en esos héroes que no querían ser. No pasará al recuerdo de los mejores cómics, pero desde luego, estará entre los que recuerdes porque divierten, y tiene acción para parar un tren.
Dexter Soy se encarga de la mayoría de los números del arco, con aportaciones puntuales, destacando Kenneth Rocafort, que fue el primer dibujante de la serie. SU influencia manga se ve claramente tanto en rostros como en planteamientos de acción, pero, aunque beba de influencias orientales mantiene el ritmo occidental y la acción clara y espectacular de cualquier cómic de superhéroes. Un trabajo que dota de dinamismo un guion que se basa en las secuencias de peleas, o sea, como anillo al dedo.
Capucha Roja es un personaje que nació de una miniserie, se convirtió en un villano y posteriormente en un antihéroe, ha tenido una vida marcada por el Murciélago, y ahora se acerca aún más a su padre adoptivo, y forma un grupo de seres superpoderosos para combatir el crimen, pero a su manera, desde dentro, y con muchos riesgos, morir, es solo el primero.