Puede que no creas en demonios… hasta que aparece Nezha y te deja más torcido que Superman con resaca de kryptonita roja. Y sí: Mark Waid y Dan Mora han conseguido lo imposible. Han devuelto la sensación de “leer un cómic de superhéroes y pasarlo EN GRANDE”. Nada de existencialismos oscuros, nada de trauma por metro cuadrado. Solo aventura pura, color desatado y un dúo dinámico dándolo todo. Bienvenidos a World’s Finest: El Diablo de Nezha, la prueba definitiva de que DC aún sabe hacer magia cuando quiere.
Así arranca este delirio delicioso
Lo primero que necesitas saber es que la historia no se corta ni un pelo. Desde la primera viñeta, Batman y Superman entran en acción contra Poison Ivy y un Metallo cabreado sin que te dé tiempo ni a acomodarte en la silla. De repente todo explota, hay kryptonita roja haciendo cosas RARAS, y Batman mira a su amigo como quien mira al colega que se ha bebido el elixir “equivocado”.
Mientras todo se va al garete, aparece el nombre que lo cambia todo: Nezha. Un villano que parece sacado de una mezcla entre cuento mítico, RPG imposible y pesadilla mágica. Es brillante, exagerado, y funciona.
Lo que hace única esta historia
Lo maravilloso de este volumen es que te recuerda por qué Batman y Superman son el dúo más potente de los cómics, incluso cuando sus métodos chocan más que dos Batmóviles en un túnel estrecho. Superman piensa rápido. Batman piensa oscuro. Y juntos… pues pasan cosas que solo Waid podría coordinar sin que vuele la redacción de DC.
Hay un detalle que se queda contigo: Superman usa la Zona Fantasma… sobre sí mismo. Sí, como lo lees. Ese es el tipo de locuras inteligentes que elevan esta historia.
Y, por supuesto, también está la fusión. Esa escena. Esa locura preciosa. Ese homenaje al “vamos a subir la apuesta porque podemos”. No te digo más, pero cuando lo veas vas a decir: “Dan Mora está jugando en otra liga”.
Un reparto secundario que brilla (sí, hasta la Doom Patrol)

Aquí nadie aparece de adorno. La Doom Patrol entra en escena como el equipo médico más extraño del multiverso, Robin y Supergirl protagonizan una aventura temporal muy bien resuelta, y cada héroe y villano aporta algo real a la trama.
Y eso crea una sensación deliciosa: esto no es solo un cómic de Batman y Superman… es un cómic de su mundo entero. Un mundo vibrante, exagerado y sin miedo a ser divertido.
El arte de Dan Mora y Tamra Bonvillain: la pareja perfecta
Si alguna vez has querido saber cómo serían los cómics actuales si mantuvieran el espíritu Pre-Crisis pero con técnica moderna, esta es la respuesta. Los trazos de Mora son dinamita. Los colores de Bonvillain te tiran de la silla. Cada página es un póster. No es broma: casi molesta que no puedas arrancarlas y colgarlas en casa.
La magia Waid está de vuelta
Mark Waid escribe rápido, escribe ágil y escribe como quien ha vuelto a jugar con sus juguetes favoritos después de años guardados en una caja. No todo es perfecto —las reglas del poder de Nezha cambian más que el canon del Joker—, pero da igual. La diversión está por encima del análisis. Es un cómic que fluye, que te atrapa y que te deja con la sensación de “quiero más, dame más, ¡necesito más!”.
¿Es para ti?
Si quieres algo oscuro, triste y filosófico… este NO es tu cómic. Si quieres ver a Batman y Superman salvar el mundo con emoción, humor, magia y locuras temporales… te lo vas a gozar. Y, honestamente, hacía tiempo que no teníamos algo tan redondo viniendo de los dos más grandes de DC.
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