La Comic-Con de San Diego nos ha dejado muchas sorpresas, pero ninguna tan brutal como esta: La película Predator: Badlands ha mostrado su inicio y no tiene nada que ver con lo que imaginabas. Sangre, traiciones, una criatura imposible de matar y un planeta que nunca habíamos visto en el cine. Y todo esto ocurre antes de que aparezca Elle Fanning.
Sí, has leído bien. La saga Predator se acaba de reinventar una vez más. Y lo ha hecho empezando desde el origen: literalmente, desde el planeta natal de los Yautja. Allí arranca la nueva película de Dan Trachtenberg con una escena que combina drama familiar, rituales de caza y una pelea que podría cambiar el destino de toda la especie.
Un planeta salvaje, una misión imposible en Predator: Badlands
Atención SPOILERS. Todo comienza lejos de la Tierra. Mucho más lejos. En un rincón brutal y hostil del universo, donde los Yautja forjan a sus guerreros desde la infancia. Allí conocemos a Dek (Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un joven Predator con algo que rara vez hemos visto en esta raza: humanidad.
Dek tiene una relación muy cercana con su hermano en Predator: Badlands, un vínculo que se rompe en cuanto el menor decide emprender su ritual de iniciación. Para ello, elige como presa a una criatura considerada imbatible, un monstruo de otro planeta que nadie ha logrado matar. Pero su hermano se lo prohíbe. Y lo hace con una intensidad que esconde algo más.
Justo en ese momento, regresa el padre de ambos. Su llegada destapa un secreto mortal: Dek no debería estar allí. Su hermano, según la tradición, debía matarlo para poder ascender en la jerarquía de los cazadores. Pero no lo hizo. Al contrario: lo protegió. Esa traición lo condena.
Predator: Badlands (2025)
Un giro brutal y directo al espacio
Lo que sigue para Predator: Badlands es una escena cargada de tensión, con coreografías físicas al estilo Prey pero mucho más salvajes. El padre se lanza contra su hijo mayor. Dek intenta separarlos. Gritos. Claves culturales que aún no entendemos. Y de pronto, una decisión inesperada: el hermano lanza a Dek al espacio para salvarlo, sabiendo que él pagará con su vida. Y así termina esta brutal introducción.
No es solo acción. Es un nuevo tono. Es el Predator más narrativo que hemos visto hasta ahora. Un inicio que humaniza a los cazadores para después convertirlos en bestias de nuevo.
Elle Fanning y el alma del nuevo Predator
Después del arranque de Predator: Badlands, la historia nos traslada a un escenario más reconocible. O no tanto. Dek aterriza en un planeta remoto, donde se cruza con Thia, interpretada por Elle Fanning. Pero no es una humana. Es un sintetizador de Weyland Yutani: mitad máquina, mitad… ¿venganza?
Thia ha perdido la parte inferior de su cuerpo, pero lo compensa con determinación, ingenio y fuerza bruta. No necesita piernas para ser letal. De hecho, el tráiler de Predator: Badlands ya la mostró arrastrándose con furia, lanzando cuchillas y explotando cabezas. Es aquí donde comienza una extraña alianza entre dos supervivientes marcados por la traición.
Predator: Badlands (2025)
Una historia que mezcla sangre y amistad
Lo que parecía una película de acción al uso se transforma poco a poco en algo más raro y adictivo. Predator: Badlands apunta a ser una mezcla de ciencia ficción, violencia desatada y… ¿comedia de colegas?
Sí, como lo oyes. El dúo Dek–Thia tiene química. Chocan, se odian, se entienden. Y aunque no hay humor clásico, hay sarcasmo y una tensión que recuerda a las buddy movies ochenteras. Pero aquí no hay persecuciones en coche: hay bichos con cinco ojos, lanzas de plasma y junglas alienígenas que te comen vivo.
El universo Predator según Dan Trachtenberg
Desde que Dan Trachtenberg tomó las riendas con Prey en 2022, la franquicia ha cambiado para siempre. Lo demostró situando la historia en 1719 y dando el protagonismo a Naru, una guerrera comanche que plantaba cara al cazador más letal del universo. Y lo volvió a hacer con Predator: Killer of Killers.
Ambas películas han sido un éxito rotundo. De hecho, son las dos mejor valoradas de toda la saga en Rotten Tomatoes: Prey con un 94% y Killer of Killers con un impresionante 95%. Trachtenberg no solo ha revivido la saga: la ha convertido en un fenómeno crítico.
Mujeres al frente… otra vez
Una constante en esta etapa son las protagonistas femeninas fuertes. Thia no es una excepción. Aunque sea un androide, es el centro emocional y narrativo de la historia. Elle Fanning le da un carisma inquietante, casi etéreo, que choca con la brutalidad del mundo que la rodea.
No es casualidad. Trachtenberg ha dejado claro que le interesa contar este tipo de historias. Y el público ha respondido. Las nuevas generaciones ven en estos personajes algo que no existía en las películas clásicas: vulnerabilidad, estrategia, sacrificio. Ya no todo es músculo y disparos.
La saga se expande… y gana identidad
Con Predator: Badlands, el universo de los Yautja se amplía. Ya no solo visitamos la Tierra en distintas épocas. Ahora conocemos su cultura, su código de honor, su mitología interna. Y eso abre la puerta a toda una nueva fase de películas más ricas y menos repetitivas.
La idea de que un Predator viaje por la galaxia con una compañera sintética para completar un rito de paso suena a videojuego, a cómic, a todo lo que la saga necesitaba para ser moderna sin perder su esencia.
Fecha de estreno y expectativas
Predator: Badlands se estrena el 7 de noviembre en cines, y será la primera película de la saga desde Predators (2010) que no va directa a streaming. Disney y 20th Century Studios parecen confiar en que este nuevo enfoque pueda funcionar también en taquilla. Y todo apunta a que tienen razón.
Con los 15 primeros minutos ya generando titulares, el regreso al planeta Yautja y una protagonista como Thia, Badlands podría ser el capítulo definitivo para convertir a Predator en algo más que una saga de acción: en un universo narrativo con futuro real.
Toda la saga está disponible en la plataforma de streaming Disney Plus.
