Merodeadores, la serie pirata mutantes sigue viento en popa a toda vela, pero los corsarios acechan a nuestros protagonistas, ¡y llevan banderas amigas!
Kate Pryde sigue surcando su ruta, rebelde a todo y salvando mutantes en Merodeadores, pero al final, sus mayores enemigos están resultando ser sus aliados. Bishop es su alfil y la sociedad Fuego Infernal está completa, pero eso no significa que puedan cambiar las posiciones. Los enemigos de siempre atacan, guiados por una nueva generación de “empresarios” antimutantes.
Gerry Duggan mantiene una línea que mezcla la aventura pura con los viajes del Merodeador, con la lucha política dentro del consejo de la Sociedad Mercantil que defiende lo activos económicos legales, e ilegales, de Krakoa. Por el momento ha planteado y llevado bien el ritmo, pero parece que la trama política empieza absorber más páginas, y el escritor es conocido por ser capaz de irse por la tangente y dejar muchas cosas de lado, esperemos que no olvide que la serie es Merodeadores y no Fuego Infernal.
El arte del cómic es uno de sus puntos fuertes, luminoso, potente y con un ritmo endiablado cuando es necesario, o reposado y explicativo cuando lo requiere el aspecto más maquiavelico de su historia, Matteo Lolli se deja llevar y disfruta, y se nota en la vida que tienen sus personajes.
De momento todo va bien, y cada personaje tiene su momento y evolucionan en su lugar dentro de Krakoa y del barco, pero empiezan a llegar dudas, sobre todo con Pryde, quizá la única mutante que la nueva sociedad no pueda recuperar de la muerte.