Durante más de una década, Afterburn fue uno de esos proyectos que Hollywood parecía querer… pero que nunca llegaba a rodarse. Cambios de actor, de director, de estudio, y años atrapada en lo que se conoce como «development hell». Y, sin embargo, contra todo pronóstico, en 2025 se estrena. ¿Quién la salvó? Dave Bautista. Y la historia detrás es tan interesante como la película que veremos en pantalla.
Un cómic que soñaba con llegar al cine
La historia de Afterburn comienza en las páginas de una miniserie de cómic creada por Scott Chitwood y Paul Ens, ilustrada por Wayne Nichols (con portadas de Matt Busch), y publicada en enero de 2008 por la editorial estadounidense Red 5 Comics. Esta editorial fue fundada un año antes por los propios Chitwood y Ens con una idea clara: crear cómics de espíritu cinematográfico, que unieran sus dos grandes pasiones, el cine y las historias gráficas.
Ambos venían del universo Star Wars —Chitwood como uno de los fundadores de TheForce.net, y Ens como responsable de contenidos de StarWars.com y Lucasfilm Online—, así que su idea era clara: desarrollar franquicias desde el cómic que pudieran saltar a la pantalla. Y Afterburn era su gran apuesta.
La trama mostraba un futuro próximo, devastado por una gigantesca llamarada solar que calcinó y contaminó todo el hemisferio oriental del planeta: Europa, Asia, África, India y Rusia. Las zonas afectadas fueron convertidas en desiertos tóxicos donde solo sobreviven mutantes, saqueadores y tribus hostiles.
En ese entorno de cuarentena, Jake y su equipo de cazadores de tesoros se adentran en ruinas para recuperar reliquias del viejo mundo, como la Mona Lisa, las joyas de la Corona británica o la Piedra de Rosetta. “Es como Indiana Jones mezclado con Mad Max”, explicó Chitwood en su día. “Pero en vez de templos olvidados, el cómic empieza con Jake robando la Mona Lisa de las ruinas del Louvre. Eso te da una idea del tono.”
Y no se detiene ahí: en números posteriores hay piratas mutantes en Hong Kong, zombis tiburón y hasta una banda de ninjas. El objetivo nunca fue hacer una distopía sesuda, sino una aventura visualmente caótica, divertida y sin pretensiones: una especie de “blockbuster en viñetas” hecho para el puro entretenimiento.
Desde su publicación, Afterburn llamó la atención de la industria del cine. Tenía todos los ingredientes para convertirse en una franquicia: universo propio, acción, humor, una estética visual potente y una idea lo bastante absurda como para funcionar.
En 2010, parecía que iba a despegar.

Si ya has visto el tráiler, esta es la historia detrás del caos
En sus primeras etapas de desarrollo, el actor escocés Gerard Butler (recién salido del éxito de 300 y RocknRolla) era la gran apuesta para encarnar al cazador de tesoros postapocalíptico. Incluso se llegó a vincular a Tobey Maguire como productor.
Pero las cosas empezaron a complicarse. El guion sufrió múltiples reescrituras, el proyecto cambió de manos, y la falta de un director comprometido lo empujó al fondo del cajón. A medida que pasaban los años, Afterburn se convirtió en uno de esos “proyectos malditos” que siempre están a punto… pero nunca se hacen. Hasta que Dave Bautista entró en escena.
Bautista y J.J. Perry resucitan el proyecto
En 2023, con Dune consolidado, Guardians of the Galaxy Vol. 3 cerrando etapa y Knock at the Cabin mostrando su lado más dramático, Bautista ya era algo más que un actor de acción. Era un intérprete con ambición, con gusto, y con una productora propia: Dogbone Entertainment.
Él mismo se interesó por el guion de Afterburn. Lo había leído años antes, y siempre le pareció “un proyecto condenado al fracaso… pero con un potencial inmenso si caía en las manos adecuadas”.
Y justo eso ocurrió: se asoció con J.J. Perry, un director especializado en acción que había sorprendido con Day Shift en Netflix, y juntos decidieron que Afterburn podía y debía rodarse. No como una superproducción sin alma, sino como una película de acción con identidad propia, mezcla de cómic, videojuego y sátira del fin del mundo.
Una producción con sello personal

En poco tiempo, cerraron el reparto con nombres tan potentes como Samuel L. Jackson, Olga Kurylenko y Kristofer Hivju. La producción se firmó entre Endurance Media y Dogbone Entertainment, y el rodaje arrancó discretamente.
A diferencia de otros blockbusters de ciencia ficción, Afterburn se centró en rodar con efectos prácticos siempre que fue posible. Explosiones reales, persecuciones grabadas en exteriores, acrobacias sin CGI cuando la seguridad lo permitía… Todo con el objetivo de darle a la película un aire físico, crudo, que se sienta más sucio y real que brillante.
Lo que antes era un proyecto fallido, ahora se convertía en una película con ADN propio. Y eso se nota en el tráiler.
¿Por qué ahora sí funciona?
Afterburn llega en un momento donde el público parece cansado de superproducciones impersonales. La saturación de franquicias, secuelas sin alma y efectos digitales genéricos ha dejado hueco para películas que, sin ser perfectas, al menos tengan personalidad.
Y eso es justo lo que propone Afterburn: un héroe imperfecto, una misión absurda, un mundo devastado y una reliquia cultural como símbolo de esperanza.
Además, la figura de Bautista como productor y protagonista da cohesión al proyecto. No es solo un actor contratado: es el motor creativo detrás de su existencia. Y eso le da autenticidad.
¿Puede convertirse en una saga?
Aunque no hay nada confirmado oficialmente, Afterburn tiene todos los ingredientes para convertirse en una franquicia si la primera entrega funciona:
- Un universo con reglas propias (post-apocalipsis + arte como moneda)
- Reinos y zonas devastadas sin explorar
- Reliquias culturales que podrían convertirse en nuevas misiones
- Personajes secundarios con potencial para spin-offs
Además, el tráiler deja claro que hay más historia que contar: facciones rivales, misterios sin resolver, menciones a objetos del pasado como si fueran piezas de un puzle global. Todo está ahí, esperando expansión.
Y con Bautista cómodo en el papel de líder —pero sin renunciar al humor y a las contradicciones del personaje—, el público podría comprar fácilmente una segunda entrega.
De fracaso potencial… a oportunidad inesperada
En resumen, Afterburn ha hecho el recorrido inverso a la mayoría de películas de acción actuales: de promesa frustrada a éxito posible. Lo que empezó siendo un “cómic olvidado” ha terminado convirtiéndose en una de las apuestas más originales del cine comercial de 2025. Y si todo sale bien, será también el nacimiento de una saga con su propio lenguaje, su estética particular y su protagonista más libre y divertido que nunca.
Porque a veces, las mejores películas no son las que llegan rápido… sino las que logran escapar del cajón donde casi las entierran.




