Hay directores que viven cómodos en su zona de confort y otros que, de vez en cuando, deciden saltar al vacío sin red. Zack Snyder parece haber elegido lo segundo con su nueva película, y lo curioso es que no hay capas, ni espadas, ni naves espaciales a la vista. Sí, has leído bien: esto es algo completamente distinto.
Durante años, Zack Snyder ha sido sinónimo de fantasía, ciencia ficción y mundos exagerados al límite de lo épico. Por eso, la primera imagen de The Last Photograph ha pillado a muchos con el pie cambiado. Porque esto no parece una fantasía oscura ni una space opera grandilocuente. Esto huele a drama crudo, a polvo, sudor y silencios incómodos.
Un giro inesperado en la carrera de Zack Snyder
Si repasamos la filmografía de Zack Snyder, el patrón es claro como el cielo de Metrópolis. Empezó fuerte con Dawn of the Dead, pasó por la épica musculada de 300, se metió de lleno en la oscuridad de Watchmen y acabó construyendo universos enteros con DC, zombis y ciencia ficción desatada. Todo muy Snyder, muy reconocible.
Por eso sorprende tanto que su próximo proyecto sea, en teoría, su primer drama “realista”. The Last Photograph deja de lado lo fantástico para centrarse en una historia humana, sucia y bastante incómoda. Nada de dioses ni elegidos. Aquí hablamos de pérdidas, culpa y recuerdos que pesan más que cualquier martillo mágico.
Según la sinopsis, la película sigue a un ex-agente de la DEA que busca a su sobrina y su sobrino tras el asesinato de sus padres. La única pista viene de un fotógrafo de guerra venido a menos, adicto y destrozado, que fue testigo del crimen. Solo con eso ya suena bastante más áspero de lo habitual, ¿no crees?
Un viaje físico… y otro bastante más interno
La historia se desarrolla en las montañas de Sudamérica, un escenario que promete paisajes imponentes pero también aislamiento y tensión constante. El protagonista no solo busca a los niños desaparecidos, también se enfrenta a su propio pasado, a decisiones que siguen persiguiéndole como una sombra pesada que no se quita ni con dinamita.
Aquí viene el detalle interesante: aunque se trata de un drama, Zack Snyder ha dejado caer que la película difumina la línea entre lo real y lo surrealista. No hablamos de monstruos ni efectos imposibles, pero sí de una percepción alterada, de traumas que distorsionan la realidad. Snyder siendo Snyder, al final siempre hay algo inquietante bajo la superficie.
Zack Snyder
Los protagonistas son Stuart Martin y Fra Fee, dos actores que quizá no te suenen tanto como los nombres habituales del cine comercial, pero que encajan justo en esa idea de intimidad que busca el director. La primera imagen publicada muestra a ambos con un aspecto muy alejado del glamour, más cercano al cansancio real que al pose de póster.
Una película que Zack Snyder llevaba años queriendo hacer
Lo más llamativo de todo es que The Last Photograph no es un capricho reciente. Zack Snyder lleva queriendo rodar esta película desde mediados de los 2000. El guion, escrito por Kurt Johnstad, ha pasado por varios cajones y despachos antes de ver la luz verde definitiva. Y eso, en Hollywood, ya dice bastante.
En 2011, el proyecto llegó a tener nombres como Christian Bale y Sean Penn asociados al reparto. Ahí es nada. Que actores de ese calibre se interesaran por la historia deja claro que el material tenía algo especial, algo que iba más allá de modas o franquicias. Simplemente, no era el momento adecuado.
Ahora, casi dos décadas después, Zack Snyder por fin ha podido rodarla a su manera. Y aquí viene otro detalle importante: además de dirigir, también ejerce como director de fotografía. Es decir, el sello visual sigue estando ahí. No será una película genérica ni plana. La mirada sigue siendo muy suya.
Una obra personal marcada por la experiencia
El propio Zack Snyder ha explicado que quería abordar este proyecto de una forma íntima, casi artesanal. Cámara en mano, equipo reducido y una aproximación más directa, menos artificiosa. Según él, la película es una meditación sobre la vida y la muerte, y refleja pruebas personales que ha vivido en los últimos años.
Eso cambia bastante la percepción del proyecto. No estamos ante un simple experimento de género, sino ante algo profundamente personal. Y cuando un director se expone así, el resultado puede ser incómodo, irregular o incluso divisivo. Pero también puede ser lo más honesto que haya hecho nunca.
La música corre a cargo de Hans Zimmer, colaborador habitual de Snyder y responsable de bandas sonoras tan potentes como Man of Steel o Batman v Superman. Su presencia garantiza una carga emocional potente, incluso en una historia mucho más contenida que las anteriores. Zimmer sabe cuándo subir el volumen y cuándo dejar respirar el silencio.
¿Un nuevo comienzo para Zack Snyder?
No es ningún secreto que los últimos trabajos de Zack Snyder han generado reacciones bastante tibias. Army of the Dead dividió opiniones y Rebel Moon no logró el impacto que muchos esperaban. Eso ha llevado a que este nuevo proyecto se mire con lupa, casi como una prueba de fuego.
Lo interesante es que The Last Photograph se aleja por completo de las comparaciones con DC o universos compartidos. Aquí no hay expectativas de taquilla masiva ni de secuelas. Es una historia cerrada, pequeña en escala pero grande en ambición emocional. Y eso, a veces, es justo lo que necesita un director.
El rodaje terminó en noviembre de 2025, así que no debería tardar demasiado en llegar a nuestras pantallas. Falta ver cómo reaccionará el público ante un Zack Snyder sin fuegos artificiales, sin discursos épicos ni planos imposibles. Solo personajes rotos intentando sobrevivir.
Y ahora te toca a ti: ¿te apetece ver esta versión más íntima de Zack Snyder o prefieres al director desatado de siempre? Déjanos tu opinión en comentarios y no olvides seguirnos en Google News para no perderte ninguna locura cinematográfica más.



