A veces pasa. Tienes una película que funcionó, que sorprendió, que se convirtió en uno de esos éxitos silenciosos de streaming… y aun así la secuela acaba siendo justo lo contrario de lo que esperabas. Eso es exactamente lo que ha ocurrido con The Old Guard 2, una cinta que ya arrastra un dudoso honor: convertirse en la película basada en cómics peor valorada de 2025.
Y no, no hablamos de una rareza indie ni de un experimento fallido. Hablamos de una superproducción de Netflix con estrellas, acción y un universo ya establecido. Pero algo salió claramente mal.
De éxito sorpresa a secuela olvidable
Cuando The Old Guard llegó en 2020, en pleno confinamiento global, pocos apostaban por ella. Sin embargo, la adaptación del cómic de Greg Rucka acabó convirtiéndose en uno de los grandes fenómenos de aquel año. Acción contundente, un grupo de guerreros inmortales carismáticos y una protagonista en estado de gracia: Charlize Theron.
Cinco años después, la expectativa estaba ahí. Pero la realidad ha sido bastante más dura. The Old Guard 2 no solo no mejora a la original, sino que pierde casi todo lo que la hacía especial.
Un batacazo crítico difícil de maquillar
Los números hablan solos. En Rotten Tomatoes, la película se ha quedado en un 27% de valoración crítica, con una recepción del público apenas mejor, rondando el 33%. Para ponerlo en contexto, ni siquiera algunos de los títulos más discutidos del género han caído tan bajo este año.
Y lo más llamativo es que 2025 ha sido un año muy potente para el cine de superhéroes y adaptaciones de cómic. Precisamente por eso, el contraste con The Old Guard 2 es aún más doloroso.
Muchos personajes, poca alma
La vieja guardia 2
Uno de los grandes problemas de la secuela es que confunde expansión de universo con acumulación de información. La historia arranca seis meses después de que Andy haya perdido su inmortalidad, una premisa potente… que se diluye casi de inmediato.
El guion, firmado de nuevo por Greg Rucka junto a Sarah Walker, introduce nuevos personajes interpretados por nombres tan llamativos como Uma Thurman o Henry Golding. El problema es que sus roles funcionan más como piezas explicativas que como personajes reales.
En lugar de profundizar en los vínculos del grupo original, la película se pierde ampliando una mitología que no resulta especialmente interesante ni emocionante. El resultado es una secuela plana, poco inspirada y sorprendentemente olvidable.
Acción… que no deja huella
Para una película de acción, esto es casi imperdonable. Las escenas de combate están ahí, cumplen en lo técnico, pero carecen de identidad. Nada se queda grabado en la memoria una vez aparecen los créditos.
No hay un momento equivalente a las mejores secuencias del primer filme. No hay coreografías memorables ni decisiones visuales arriesgadas. Todo parece correcto, funcional… y completamente prescindible.
Una escena que demuestra lo que pudo ser

Y sin embargo, hay un instante que destaca con fuerza. Uno solo. Aproximadamente a mitad de metraje, Andy llega a Roma para reencontrarse con Quỳnh, tras siglos de separación. Mientras camina por un pasillo, el espacio se transforma en un recorrido visual por las distintas vidas que ha vivido a lo largo de los siglos.
En un aparente plano secuencia, la película muestra diferentes épocas, culturas y encuentros clave de la protagonista. Es una escena imaginativa, elegante y emocional, justo lo que le falta al resto del filme.
Paradójicamente, este momento aislado deja claro que había talento y buenas ideas, pero no supieron explotarlas a lo largo de toda la historia.
¿Tiene sentido pensar en The Old Guard 3?
La película termina con un claro cliffhanger, insinuando una tercera entrega. Pero siendo sinceros, el interés ahora mismo es mínimo. El pobre recibimiento crítico puede pasar factura incluso a una plataforma tan dada a las continuaciones como Netflix.
Si The Old Guard 2 acaba teniendo secuela, necesitará algo más que nombres conocidos y una mitología inflada. Tendrá que recuperar personajes, emoción y riesgo creativo, justo lo que hizo funcionar a la original.
Un tropiezo que duele más por lo que prometía
The Old Guard 2 no es la peor película jamás hecha, pero sí es uno de los mayores chascos recientes dentro del cine basado en cómics. Y eso es lo que más duele: no fracasa por falta de medios, sino por falta de alma.
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