Desde hace semanas se mascaba algo raro en los pasillos de DC Studios. No ruido de hype vacío, no titulares inflados, sino ese runrún tranquilo que suele aparecer cuando algo funciona de verdad. Supergirl ha pasado por proyecciones de prueba muy tempranas… y lo que está saliendo de ahí es bastante más interesante de lo que muchos esperaban.
Porque no, no estamos ante una revolución que vaya a cambiar el cine de superhéroes para siempre. Pero ojo, que tampoco hace falta. A veces basta con encontrar a la persona adecuada para sostener todo un universo sobre sus hombros. Y aquí parece que la han encontrado.
Las primeras proyecciones de Supergirl dejan claro quién manda
Las proyecciones de prueba de Supergirl han sido muy tempranas, de esas que sirven más para ajustar el rumbo que para presumir del resultado final. Algunas cosas todavía chirrían, especialmente un villano que no termina de morder como debería. Krem of the Yellow Hills, sin entrar en spoilers, parece ahora mismo más amenaza teórica que puñetazo emocional.
Pero hay un consenso absoluto en algo mucho más importante. Cada persona que ha salido de esas salas coincide en lo mismo: cuando Supergirl aparece en pantalla, la película se eleva sola. No por los efectos, ni por las escenas de acción, sino por presencia pura. De esas que no se ensayan.
Y aquí entra el nombre que lo está cambiando todo.
Milly Alcock, el centro de gravedad del nuevo DCU
La filtración llega de la misma fuente que ya acertó con un cameo muy concreto en Superman. Y esta vez no se anda con medias tintas. Milly Alcock no solo funciona como Kara Zor-El, sino que transmite esa sensación tan rara de “esto puede durar muchos años”. Esa energía de actriz sobre la que se construyen sagas enteras sin darte cuenta.
La comparación es muy concreta y bastante reveladora: Robert Downey Jr. y Chris Evans. No por parecerse a ellos, sino por provocar lo mismo. Confianza. Carisma. La impresión clara de que podrías seguirla película tras película sin cansarte. Supergirl, en ese sentido, tiene un ancla muy potente.
Marvel Studios
Y eso, en un universo compartido que está empezando de cero, vale oro.
Una Supergirl con alma clásica y actitud moderna
Lo interesante de Supergirl es que, según lo que se ha comentado tras las proyecciones, no intenta ser rompedora a la fuerza. No hay giros locos solo para sorprender, ni ganas desesperadas de desmarcarse de todo lo anterior. Aquí la apuesta parece otra: construir bien al personaje y dejar que el resto fluya.
Kara Zor-El no es una versión reciclada de Superman, ni una copia con otro traje. Es alguien con heridas propias, con una mirada distinta sobre la justicia y con una rabia contenida que empuja la historia hacia delante. Más emocional que solemne, más impulsiva que calculadora.
Esa mezcla es justo lo que hace que muchos la definan como una combinación curiosa entre Iron Man y Capitán América. El corazón en un sitio, el carácter en otro. ¿No te parece una base bastante sólida?
El plan de DC Studios empieza a notarse
Todo esto encaja bastante bien con la hoja de ruta que están siguiendo en DC Studios. La idea de construir el nuevo universo alrededor de la llamada “familia Superman” ya no es solo teoría. Primero fue el recibimiento a David Corenswet como el Hombre de Acero, ahora llega Supergirl reforzando esa sensación de núcleo sólido.
Supergirl y Superman
No es casualidad que James Gunn esté apostando por personajes luminosos, reconocibles y con peso emocional. Después de años de bandazos, parece que el DCU quiere que conectes con las personas antes que con los eventos. Y eso se nota.
Además, Alcock ya ha dejado caer su presencia en otros proyectos, así que la continuidad está más que asegurada.
Una aventura cósmica con sabor a venganza y justicia
En cuanto a la historia, Supergirl nos presenta a Kara Zor-El enfrentándose a una amenaza que golpea demasiado cerca. No es el típico villano abstracto que quiere destruirlo todo porque sí. Aquí hay motivos personales, heridas abiertas y una decisión complicada: actuar o mirar hacia otro lado.
Ese conflicto empuja a Kara a una travesía intergaláctica acompañada por un aliado inesperado, mezclando ciencia ficción, emoción y un tono más áspero de lo habitual. No es una historia cómoda, ni busca serlo. Tiene polvo, rabia y una sensación constante de peligro.
La película está dirigida por Craig Gillespie y escrita por Ana Nogueira, una combinación que apunta a equilibrio entre espectáculo y personaje. Y eso, en Supergirl, es justo lo que muchos pedían desde hace años.
Un reparto y un equipo que suman sin hacer ruido
Junto a Milly Alcock encontramos nombres como Matthias Schoenaerts, Eve Ridley, David Krumholtz, Emily Beecham y Jason Momoa, todos encajando en un reparto que parece pensado más para aportar matices que para robar foco.
Detrás de las cámaras también hay músculo serio: Rob Hardy en la fotografía, Neil Lamont en el diseño de producción, Tatiana S. Riegel en el montaje y Ramin Djawadi en la música. Gente que sabe cuándo subir el volumen y cuándo dejar respirar una escena.
Todo suma para que Supergirl no dependa de un solo elemento, aunque esté claro quién lleva el timón.
Supergirl (2026)
Supergirl apunta alto… pero sin prisas
Lo mejor de todo es que queda tiempo. Mucho. Supergirl llega a los cines el 26 de junio de 2026, y estas proyecciones tempranas sirven precisamente para pulir lo que no termina de funcionar. Ajustar villanos, reforzar ritmos y afinar emociones.
Si ya en este punto la sensación general es positiva, con margen para mejorar, el escenario es bastante prometedor. No hablamos de fuegos artificiales, sino de cimientos bien colocados. Y eso, en un universo cinematográfico, suele ser la parte más complicada.
Así que ahora la pelota está en el tejado de DC Studios. Las piezas encajan, la protagonista responde y el público empieza a mirar con otros ojos. Supergirl no quiere ser la más ruidosa… solo la que aguante más tiempo.
Y tú, ¿te convence esta nueva Kara Zor-El o todavía necesitas verla en acción para creerlo? Cuéntanos qué te ha parecido y no olvides seguirnos en Google News para no perderte nada del futuro del DCU.
