Hay películas que nacen con la etiqueta de “nadie las ha pedido” y acaban convirtiéndose en una sorpresa deliciosa. Anaconda es exactamente eso. El reboot de Sony Pictures acaba de levantar su embargo en redes y, contra todo pronóstico, está provocando algo muy poco habitual: risas sinceras, comentarios entusiasmados y una sensación general de “oye, esto funciona”.
Nadie esperaba demasiado de esta nueva Anaconda, y quizá por eso el golpe ha sido tan efectivo. Tráiler discreto, concepto arriesgado y una IP noventera que parecía condenada al olvido. Pero resulta que Tom Gormican, el director de El insoportable peso de un talento descomunal, tenía otros planes bastante más gamberros en mente.
Una Anaconda que no se toma en serio… y ahí está la clave
Las primeras reacciones coinciden en algo muy concreto: Anaconda abraza el absurdo con los brazos abiertos. En lugar de intentar “dignificar” la premisa o darle un tono oscuro innecesario, la película se lanza de cabeza a la comedia meta, al chiste autoconsciente y al cachondeo sobre Hollywood y su obsesión por los reboots.
Muchos comentarios hablan de una sorpresa mayúscula. De esas que no estaban en la quiniela de nadie. Anaconda ha sido definida como “una de las películas más divertidas del año” y “una carta de amor al cine”, con comparaciones que van desde Tropic Thunder hasta Be Kind Rewind. Palabras mayores, ¿no crees?
El tono es clave aquí. No es una parodia sin alma ni un festival de referencias vacías. Parece que la película sabe perfectamente lo ridícula que es su premisa y juega con ello sin complejos. El resultado, según quienes ya la han visto, es una comedia que entra sola y se disfruta con una sonrisa permanente.
Anaconda (2025)
Jack Black y Paul Rudd, la pareja que no sabías que necesitabas
Si algo se repite una y otra vez en las reacciones es el aplauso al dúo protagonista. Jack Black y Paul Rudd forman un tándem que, sobre el papel, ya sonaba bien. En pantalla, al parecer, es dinamita pura. Timing cómico, química natural y cero miedo al ridículo.
Jack Black hace lo que mejor sabe hacer: desatar el caos con carisma, exageración medida y esa energía suya tan reconocible. Paul Rudd, por su parte, aporta ese encanto tranquilo que contrasta a la perfección. Juntos elevan Anaconda muy por encima de lo que cualquiera habría imaginado.
Pero ojo, que no están solos. Steve Zahn se ha llevado varios comentarios como robaescenas absoluto, y Selton Mello aparece mencionado como el MVP inesperado, interpretando a un cuidador de serpientes completamente fuera de eje. De esos personajes que no ves venir y acaban siendo lo mejor de la función.
Meta, sátira y una Anaconda con colmillo
Uno de los aspectos más celebrados de Anaconda es su componente meta. La película no solo se ríe de sí misma, también lanza dardos bastante claros a la industria y a esa necesidad constante de justificar cada reboot con un “mensaje”. Aquí hay sátira, pero ligera, sin ponerse pesada ni moralista.
Algunas reacciones destacan que el primer acto es especialmente fuerte en comedia, con una presentación de personajes muy divertida. Luego, cuando la historia vira más hacia el terror y la acción, hay opiniones algo más divididas. Aun así, incluso quienes señalan un pequeño bajón reconocen que la película nunca deja de ser entretenida.
Y sí, hay sustos. Hay acción. Hay momentos que recuerdan que, aunque esté pasada por el filtro del humor, esto sigue siendo Anaconda. No es solo chiste tras chiste. Hay tensión, persecuciones y alguna que otra sorpresa que funciona mejor de lo esperado.
¿De qué va exactamente esta nueva Anaconda?
La premisa es tan sencilla como deliciosa. Griff y Doug, dos amigos de toda la vida, siempre han soñado con rehacer su película favorita: Anaconda. Cuando la crisis de la mediana edad aprieta, deciden dejar de soñar y lanzarse a la selva amazónica para rodar su propia versión.
Lo que empieza como un proyecto casi ingenuo pronto se convierte en una pesadilla muy real cuando una gigantesca anaconda con sed de sangre decide que el rodaje es un buffet libre. Vida imitando al arte, caos absoluto y una espiral de locura que, según dicen, no frena en ningún momento.
Este enfoque permite a la película jugar constantemente con el humor autorreferencial, los guiños a la saga original y la idea de estar viendo una película que sabe que es una película. Y por lo visto, ese juego está sorprendentemente bien afinado.
Tráiler de Anaconda
El peso de la Anaconda original y su legado inesperado
Conviene recordar de dónde viene todo esto. La Anaconda original de 1997 no fue precisamente un éxito de crítica. Jennifer Lopez, Owen Wilson, Ice Cube, Jon Voight… reparto potente, sí, pero recepción tibia y notas bastante discretas en Rotten Tomatoes.
Con el tiempo, eso sí, la película fue ganando estatus de cinta de culto. De esas que se ven en la tele una tarde cualquiera y te quedas aunque sepas exactamente lo que va a pasar. Hubo secuelas directas a DVD, cruces con Lake Placid y una vida posterior mucho más larga de lo que nadie habría apostado.
Esta nueva Anaconda parece entender perfectamente ese legado. No intenta borrar el pasado ni fingir que es algo que nunca existió. Al contrario, lo abraza, lo homenajea y lo retuerce con cariño y mala leche a partes iguales. Incluso hay Easter eggs para quienes conozcan bien la saga.
No todo es unanimidad, y eso también es buena señal
Como suele ocurrir, no todas las reacciones son positivas. Hay quien considera que el concepto meta no se exprime del todo o que algunos chistes no terminan de aterrizar. Otros creen que la película pierde algo de fuerza en su tramo final.
Pero incluso las opiniones más críticas coinciden en algo: Anaconda no es aburrida. Puede gustarte más o menos, pero parece difícil salir del cine sin haber pasado un buen rato. Y en una comedia, especialmente una de este tipo, eso ya es mucho decir.
En un panorama lleno de productos calculados al milímetro, esta Anaconda da la sensación de haber sido hecha con ganas de divertir, sin miedo al qué dirán. Y eso se nota. Se agradece. Y, sobre todo, se disfruta.
Fecha de estreno y por qué puede ser el plan perfecto de Navidad
Anaconda se estrena en cines el 25 de diciembre de 2025, justo a tiempo para convertirse en ese plan alternativo a las sobremesas eternas y los villancicos en bucle. Varias reacciones ya la señalan como “la película más divertida de estas Navidades”.
Risas, sorpresa, un reparto entregado y una serpiente gigante sembrando el caos. No suena nada mal, ¿verdad? A veces, lo único que apetece es sentarse en una sala, apagar el cerebro un rato y dejarse llevar. Y Anaconda parece hecha exactamente para eso.
Ahora te toca a ti. ¿Te ha picado la curiosidad esta nueva Anaconda o sigues mirándola con desconfianza? Cuéntanos qué esperas de la película y no olvides seguirnos en Google News para no perderte ninguna sorpresa cinematográfica de las que molan de verdad.
