Hay películas que se presentan solas con una imagen. Y luego están esas primeras fotos que te obligan a acercarte a la pantalla y pensar: “vale, aquí hay algo distinto”. Eso es exactamente lo que acaba de pasar con la primera imagen oficial de Hugh Jackman en su nueva película de fantasía de 2026. Y no, no es Wolverine…
Mientras medio planeta sigue especulando con si Hugh Jackman volverá o no a enfundarse las garras en Vengadores: Doomsday, el actor ya está calentando motores en un proyecto que, sinceramente, pinta mucho más interesante de lo que esperábamos. Se llama The Death of Robin Hood y no es el Robin Hood que recuerdas.
Hugh Jackman será un Robin Hood muy lejos del cuento clásico
Olvídate del arquero carismático que roba a los ricos para repartir monedas entre el pueblo con una sonrisa pícara. Aquí estamos ante otra cosa. The Death of Robin Hood, dirigida por Michael Sarnoski, nos presenta a un Robin Hood envejecido, marcado por las decisiones de su pasado y cargando con cicatrices que no se tapan con una capa verde.
La primera imagen compartida por Entertainment Weekly como parte de su adelanto de cine de 2026 muestra a Hugh Jackman irreconocible. Barba descuidada, mirada cansada, ropa hecha polvo y una expresión que transmite más arrepentimiento que heroísmo. No parece un mito. Parece un hombre roto. Y eso, curiosamente, engancha muchísimo.
The Death of Robin Hood
The Death of Robin Hood
The Death of Robin Hood
En otras imágenes vemos al personaje compartiendo escena con Little John, interpretado por Bill Skarsgård, y un primer vistazo al misterioso papel de Jodie Comer. No hay poses épicas ni gestos grandilocuentes. Todo huele a barro, a madera húmeda y a decisiones que pesan como una losa. ¿No te parece refrescante?
Hugh Jackman y un personaje lleno de cicatrices
El propio Hugh Jackman ha dejado claro que este Robin Hood no es una leyenda idealizada. En sus palabras, es “un hombre real, con dolor, arrepentimiento, amor… y muchas heridas”. Y cuando Jackman habla así de un personaje, conviene escuchar. No suele elegir papeles a la ligera, especialmente en esta etapa de su carrera.
Resulta imposible no pensar en Logan. No porque se trate del mismo tipo de historia, sino por la intención. Ese retrato de un héroe envejecido, consciente de sus errores y enfrentándose a su legado. Aquí, Robin Hood también se pregunta si realmente fue el héroe que la gente cree o simplemente un forajido violento con buena prensa.
Michael Sarnoski, por su parte, ha descrito a su versión de Robin Hood como un “fuera de la ley asesino que hizo cosas terribles”. Dicho así, no suena precisamente a material para una aventura familiar de domingo por la tarde. Y menos mal. Porque este enfoque adulto es justo lo que necesitaba una historia contada mil veces.
Un director en racha y un reparto con mucho peso
Si el nombre de Michael Sarnoski no te suena todavía, apunta bien. Es el director de Pig y de A Quiet Place: Day One, dos películas muy distintas pero con algo en común: saben encontrar emoción donde no parece haberla. En lugar de ir a lo fácil, Sarnoski suele rascar debajo de la superficie, y eso aquí puede marcar la diferencia.
No es la primera vez que Hollywood intenta darle un tono más oscuro a Robin Hood. Ridley Scott ya lo intentó con Russell Crowe y, siendo sinceros, aquello se quedó bastante a medio gas. Tenía buenas ideas, pero no terminó de cuajar. La sensación ahora es distinta. Aquí hay menos épica forzada y más introspección incómoda.
El reparto acompaña. Bill Skarsgård como Little John promete una dinámica interesante, y Jodie Comer siempre aporta magnetismo, incluso cuando su personaje se mantiene rodeado de misterio. Pero seamos claros: el centro emocional de la película es Hugh Jackman, y todo parece girar alrededor de su interpretación.
¿El Logan de Robin Hood?
La comparación es inevitable y, curiosamente, nada descabellada. En Logan, Hugh Jackman desmontó el mito de Wolverine desde dentro, mostrando al héroe cansado, dolorido y enfrentado a un mundo que ya no necesitaba símbolos. Aquí podría estar haciendo algo muy parecido, pero con arco y flechas.
Logan no solo fue un éxito crítico, también logró algo raro: que una película de género hablara de vejez, culpa y legado sin perder fuerza narrativa. Incluso llegó a colarse en los Oscar por su guion, algo casi impensable en una adaptación de cómic. Si The Death of Robin Hood bebe aunque sea un poco de ese espíritu, la cosa pinta muy bien.
No se trata de copiar fórmulas, sino de entender qué funcionó. Humanizar al héroe, quitarle el pedestal y obligarlo a mirarse al espejo. Verlo dudar. Verlo fallar. Y ahí Hugh Jackman se mueve como pez en el agua.
Una historia conocida, contada desde otro ángulo
Lo más interesante de estas primeras imágenes es lo que no muestran. No hay grandes batallas, no hay castillos brillantes ni discursos grandilocuentes. Todo apunta a una historia más íntima, centrada en las consecuencias de una vida vivida al límite. Y eso, en un personaje como Robin Hood, es terreno poco explorado en el cine comercial.
Las historias clásicas se reinventan constantemente, pero no todas las reinvenciones valen. Aquí la clave parece estar en no repetir el relato de siempre. No vamos a ver cómo roba a los ricos para dárselo a los pobres. Vamos a ver qué pasa después, cuando el mito se apaga y solo queda la persona.
Que Hugh Jackman haya apostado por este proyecto dice mucho. Podría vivir cómodamente de personajes icónicos y franquicias gigantes, pero sigue buscando papeles con riesgo emocional. Y eso, como espectador, se agradece una barbaridad.
Ahora queda ver si la película cumple lo que promete esta primera imagen. Pero si algo nos ha enseñado el cine reciente es que, cuando una historia se atreve a ensuciarse las manos, suele dejar huella. ¿Estamos ante una de esas? Todo apunta a que sí.
La película se estrenará el 4 de junio de 2026.
¿Qué te parece este Robin Hood crepuscular interpretado por Hugh Jackman? ¿Te convence este giro más oscuro o prefieres al héroe clásico de siempre? Cuéntanos qué opinas en comentarios y no olvides seguirnos en Google News para no perderte ninguna de las próximas sorpresas.
