Hay series que no se “terminan”: te dejan un hueco en la rutina, como cuando cierran tu cine de barrio. Pues eso acaba de pasar. El último episodio de My Hero Academia ya se ha emitido y de pronto el shōnen se queda un poquito más silencioso.
Durante casi una década, My Hero Academia ha sido ese chute semanal de héroes, golpes, lágrimas inesperadas y decisiones imposibles. Y ahora toca mirar la pantalla en negro, tragar saliva y preguntarse: “Vale… ¿y ahora qué hago con todo esto?”. Porque sí, se acabó. Pero vaya viaje.
El adiós de una era: My Hero Academia cierra el telón
En números fríos, el cierre impresiona: My Hero Academia termina con 181 episodios repartidos en 8 temporadas, además de 4 películas. Pero lo que pesa es otra cosa: que la serie se convirtió en un pilar moderno del género, justo cuando el shōnen empezaba a mutar.
No llegó para copiar el manual de “torneo, entrenamiento, torneo, villano más fuerte”. Llegó con una idea sencilla y potente: un mundo de dones donde el heroísmo no es solo pegar más duro, sino aguantar cuando estás roto. Y eso, admitámoslo, engancha.
El contexto también importa. My Hero Academia apareció cuando el shōnen dejaba de depender tanto del “solo artes marciales” y se abría a mezclas más raras: drama, trauma, política social, legado, culpa… y todo con uniforme escolar y explosiones. Una combinación peligrosa, de las que te atrapan sin pedir permiso.
Y claro, al acabar, no solo se cierra una historia: se cierra una etapa. No porque no vayan a existir más shōnen potentes, sino porque My Hero Academia se convirtió en “esa serie” que definía conversaciones, memes, teorías y maratones de madrugada. ¿No te da un poco de vértigo?
My Hero Academia
Mensajes de despedida: Deku, All Might y Bakugo se quedan sin micro
Con el final ya en el aire, parte del reparto de voces se despidió en redes. Y aquí es donde el asunto se pone sentimental, porque cuando la gente que ha vivido los personajes durante años dice adiós, se nota que no era un trabajo cualquiera.
El actor de Bakugo, Nobuhiko Okamoto, dejó un mensaje muy de “me he dejado la garganta en esto”: venía a decir que durante años se exigió para estar a la altura de Bakugo, y que se lleva un montón de emociones y lecciones. Cortito, directo y con esa vibra de despedida que te desarma.
Daiki Yamashita (Deku) lo enfocó desde el corazón del proyecto: habló de cómo la obra está hecha con el alma de Kohei Horikoshi y de un esfuerzo colectivo para llevar esta historia lo más lejos posible, como un “one for all” real, pero detrás de cámaras.
Y Kenta Miyake (All Might) remató con la idea más bonita: que My Hero Academia es un mensaje de gratitud, y que quienes apoyaron el camino también fueron héroes para él. Sin necesidad de florituras. Solo un “gracias” de los que se quedan.
Explicación del final de My Hero Academia: cuidado, aquí hay spoilers
Antes de seguir: sí, toca avisarlo en mayúsculas mentales. A partir de aquí hablamos del final de My Hero Academia con spoilers. Si no has visto el episodio, este es el momento perfecto para hacer la clásica huida táctica y volver luego. Ya. En serio. Luego no vale venir llorando.
El episodio final juega con un salto en el tiempo que a mucha gente le ha dejado descolocada: pasan ocho años. Ocho. Y nos encontramos con un Deku adulto, con unos 25 años, sin don… y siendo profesor en la U.A. La historia empieza con un chico sin don que sueña con ser héroe, y termina con ese mismo chico volviendo al “punto de origen”, pero desde el otro lado.
Lo fuerte es que las brasas del One For All se han apagado del todo. Deku ya no tiene poderes. Pero en lugar de convertir eso en tragedia eterna, el final lo enfoca como una elección: enseñar, acompañar, ser mentor. Dice que le gusta esa vida tranquila, aunque también admite que echa de menos la acción. Y ahí duele un poco, porque lo entiendes.
En paralelo, el episodio te deja pequeñas ventanas a cómo han seguido los demás. Algunos siguen como héroes profesionales, otros se han ido por caminos más tecnológicos o sociales. Y hay un detalle clave: el mundo ha cambiado. Menos crímenes violentos, menos villanos emergentes, menos “necesidad” de una legión de héroes. Tiene lógica, aunque suene raro.
My Hero Academia
El círculo se cierra… y se abre otra puerta
El episodio repite una idea que ya estaba al principio: “las personas no nacen iguales”. Pero Deku matiza el relato. Ya no es “cómo me convertí en el héroe más grande”, sino “cómo nos convertimos”. Ese cambio no es casual: el final quiere que el peso no caiga solo sobre él, sino sobre el grupo y sobre el impacto colectivo.
También hay una escena espejo que es puro cierre circular: Deku se cruza con un chaval que quiere entrar en la U.A. y duda de sí mismo. La conversación recuerda a cuando Deku le preguntó a All Might si podía ser héroe. Ahora Deku da palabras de aliento, analiza el don del chaval y lo empuja a seguir. La antorcha cambia de manos, aunque sea simbólicamente.
Y ojo con el subtexto social: la serie insiste en que la guerra final no solo reventó edificios, también reventó la comodidad de mirar a otro lado. El epílogo deja caer que la sociedad empieza a moverse hacia algo más humano, más de ayudar antes de que sea tarde. No es magia instantánea, es cambio gradual.
El giro final: Deku vuelve a la acción en My Hero Academia
Cuando parece que el final va a ser “Deku profesor, fin”, llega el golpe de efecto. All Might reaparece con un proyecto secreto construido junto a Bakugo y compañía, usando datos del traje que se vio en su combate final. Resultado: un traje avanzado para Deku, diseñado para que alguien sin don pueda volver al campo.
Y aquí pasa algo muy satisfactorio: Bakugo le tiende la mano. Literalmente. Es un paralelismo enorme con el pasado, con todo ese orgullo, esa rivalidad y ese crecimiento a golpes. No es una escena de fuegos artificiales vacíos; es una forma de cerrar una relación que llevaba años cocinándose.
La serie acaba con Deku uniéndose al grupo, todos con sus trajes y listos para una misión. Y todavía deja una puntita de melancolía: Deku ve a Shigaraki como un recordatorio, como una cicatriz que no se borra. No para castigarse, sino para no olvidarse de lo importante: ayudar a quien se queda fuera del sistema.
Además, el final sugiere que “nuestra historia continuará”, y ahí se abre el melón: ¿OVA especial adaptando material adicional del manga? ¿Otra película? Con My Hero Academia, ya sabes cómo funciona esto: cierran una puerta, pero dejan la ventana entornada. Y tú te quedas mirando.
Ahora te toca a ti: ¿te ha convencido este final de My Hero Academia o te ha dejado con cara de “me falta algo”? Cuéntanos en comentarios y, si quieres más noticias así, síguenos en Google News… que aquí el “Plus Ultra” no se jubila.




