La sensación es difícil de ignorar. Ves el primer tráiler y algo hace clic. No es solo una película de superhéroes más, es ese cosquilleo familiar de aventura espacial, humor canalla y personajes rotos que se encuentran por el camino, que nos lleva directamente a Guardianes de la Galaxia.
DC llevaba tiempo buscando su propia voz en el espacio, y parece que por fin la ha encontrado. El adelanto de Supergirl desprende un aire descarado, colorido y gamberro que recuerda inevitablemente a Guardianes de la Galaxia, pero sin sentirse una copia barata. Más bien, suena a reinterpretación con personalidad propia.
Supergirl y ese aire a Guardianes de la Galaxia que flota en el ambiente
Desde el primer vistazo queda claro que aquí no estamos ante la típica historia solemne de kryptonianos sufriendo en silencio. Kara Zor-El (Milly Alcock) entra en escena con una actitud que recuerda mucho a Star-Lord (Chris Pratt): chulería defensiva, humor como escudo emocional y una forma de enfrentarse al caos que mezcla sarcasmo y heridas mal cerradas.
La estética también juega fuerte esta carta. Las naves espaciales tienen ese punto sucio y vivido que nos remite a Sapiencial, mientras que los villanos que aparecen desprenden un rollo muy similar a los Saqueadores de Guardianes de la Galaxia. No son grandes dioses cósmicos, sino tipos peligrosos con pinta de haber vivido demasiado.
La historia va directa al grano: un grupo de perdedores que se cruzan por casualidad y acaban metidos en una misión enorme. Nadie es perfecto, nadie tiene la vida resuelta, y justo ahí está la gracia. ¿No es precisamente eso lo que hizo que conectáramos tanto con los Guardianes de la Galaxia?
El humor parece jugar en la misma liga. No es chiste constante, pero sí una ironía permanente, comentarios fuera de lugar y situaciones absurdas en medio del drama. Ese equilibrio tan complicado entre reírte y sentir un nudo en el estómago parece ser una de las apuestas claras de Supergirl. Además, no hay que descartar que la música juegue un papel similar, con temas geniales que dan vida a las escenas.
Una Kara Zor-El muy distinta a Superman
Supergirl (2026)
En Supergirl, Milly Alcock da vida a Kara Zor-El, la prima de Kal-El, pero aquí no hay rastro del optimismo casi inquebrantable de Superman. Kara es otra cosa. Ha vivido lo suficiente como para recordar la caída de Krypton, y esa memoria pesa. Mucho.
La película se basa en la aclamada miniserie Supergirl: Woman of Tomorrow, de Tom King y Bilquis Evely, y eso se nota en el tono. Kara viaja junto a Krypto a un planeta lejano donde sus poderes se ven atenuados, con una idea muy concreta en mente: emborracharse y celebrar su 23 cumpleaños como una persona normal.
Pero claro, nada sale según lo previsto. Bajo esa fachada desenfadada hay un trauma profundo que nunca ha terminado de cicatrizar. Kara no ha tenido tiempo de procesar la pérdida de su hogar y casi toda su familia, y eso la hace más dura, más imprevisible y, en cierto modo, más humana. Curiosamente Star-Lord parece que no ha superado el hecho de ver morir a su madre de una enfermedad y que fuera abducido en el mismo día cuando era pequeño.
El punto de inflexión llega cuando conoce a Ruthey Marye Knoll, una joven alienígena marcada por una tragedia muy similar. Kara ve en ella un reflejo incómodo de sí misma y decide ayudarla a conseguir una justicia que a ella le fue negada. Suena sencillo, pero ya te imaginas cómo acaba eso. Todos los miembros de Guardianes de la Galaxia tiene traumas que no han superado, pero juntos hacen equipo para salir adelante.
Perdedores, cazarrecompensas y un tal Lobo
Ese “pequeño desvío” convierte la historia en un viaje cada vez más salvaje. Bandas alienígenas, déspotas de medio pelo, asesinos sin escrúpulos y, como guinda, el cazarrecompensas más temido de la galaxia: Lobo, interpretado por Jason Momoa.
Jason Momoa como LOBO
El “Main Man” promete robar cada escena en la que aparezca. Su presencia no solo añade músculo y caos, sino que también sirve para presentar uno de los conflictos más interesantes del Supergirl: la relación entre Lobo y los héroes kryptonianos de la Tierra.
Todo este cóctel refuerza esa sensación de aventura descontrolada, con personajes que no siempre toman la decisión correcta, pero que avanzan igualmente. Es cine de superhéroes con polvo, sudor y cerveza espacial derramada, y se agradece.
Supergirl, una pieza clave dentro del nuevo universo
Aquí es donde la cosa se pone realmente interesante. A diferencia de Guardianes de la Galaxia dentro del UCM, Supergirl parece estar mucho más integrada en el engranaje general del universo compartido de DC desde el primer minuto.
La película introduce elementos que serán cruciales más adelante. Uno de los más potentes es la sombra de Brainiac, insinuada a través de flashbacks de Kandor, la ciudad kryptoniana protegida por un campo de fuerza antes de ser miniaturizada y añadida a su infame colección.
Ese detalle no es casual. El trauma de Kara está directamente ligado a Brainiac, y todo apunta a que este hilo narrativo desembocará en la secuela de Superman, Man of Tomorrow, prevista para 2027. La conexión emocional ya está sembrada.
Se especula con que Superman y Lex Luthor tengan que unir fuerzas para salvar la Tierra de Brainiac, y si eso ocurre, la presencia de Supergirl tendrá un peso dramático enorme. Después de su película en solitario, entenderemos perfectamente por qué Kara se siente como se siente.
¿El gran acierto que DC llevaba años buscando?
Comparado con el enfoque del UCM, este planteamiento resulta sorprendentemente cohesionado. Marvel tendió a separar a sus personajes “terrenales” de los cósmicos, y Guardianes de la Galaxia, pese a ser una trilogía brillante, vivió bastante aislada del resto del universo.
Marvel Studios
Ni Thor ni Capitana Marvel compartieron realmente ADN estético o narrativo con los Guardianes, pese a moverse en círculos similares. Eso siempre dejó la sensación de oportunidades desaprovechadas. DC parece haber aprendido la lección.
Resulta irónico que sea James Gunn, ahora al mando creativo de DC, quien esté impulsando esta integración tan clara. Aunque no dirija Supergirl, su mano se nota en la visión global, equilibrando respeto por el material original y necesidades de un universo compartido.
Tom King concibió Woman of Tomorrow como una historia bastante independiente, pero aquí se ha sabido adaptar sin perder su esencia. El resultado promete ser una película con identidad propia y, al mismo tiempo, una pieza fundamental del nuevo DCU. Lo averiguaremos cuando se estrene el 26 de junio de 2026.
Ahora la pelota está en el tejado del público. Si Supergirl consigue conectar como parece, DC podría haber encontrado por fin su aventura espacial de referencia. ¿Te ha dado a ti también sensación de Guardianes de la Galaxia o ves algo distinto? Cuéntanos qué te ha parecido y no te olvides de seguirnos en Google News para no perderte nada.
