La actriz Freya Allan, estuvo a milímetros de bajarse del caballo y abandonar la serie de Netflix, The Witcher, para siempre. Y ojo, que su historia tiene más giros que una misión secundaria de Novigrado.
Cuando un cambio tan bestia como sustituir a Henry Cavill por Liam Hemsworth sacude una serie, es normal que a uno se le pase por la cabeza pulsar “Salir del juego”. Y sí, Freya Allan lo valoró en serio. ¿Que por qué no lo hizo? Ahí está lo interesante.
La marcha de Henry Cavill dejó más grietas de las que se veía desde fuera para Freya Allan
La cuarta temporada de The Witcher cayó en Netflix casi como si alguien hubiese olvidado encender la señal de humo. Llegó, pasó y dejó un eco más flojo de lo esperado, algo que muchos atribuyeron al relevo de Geralt de Rivia. Henry Cavill abandonó al personaje, Liam Hemsworth heredó la espada… y el público no terminó de comprar el cambio. ¿No te dio también esa sensación?
Pero mientras los debates sobre “¿Geralt 1 o Geralt 2?” se montaban solos, Freya Allan tenía su propio incendio interno. La actriz contó que pasó “mucho tiempo” pensando en marcharse, especialmente porque la relación entre Ciri y Geralt era el corazón emocional de la serie. Y claro, perder a Cavill le tocó fibras que no se ven en pantalla.
La propia Freya admitió a NME que lloró cuando asumió que no podría despedir la serie junto al actor que interpretaba a su padre adoptivo. Nada de forzar épica aquí: simplemente se le vino el mundo encima. Y no es para menos.
Freya Allan – The Witcher
Freya Allan y la tentación real de marcharse
La actriz reconoció que llegó a “imaginar su vida lejos de The Witcher”. Y cuando una frase así se verbaliza, es porque el pensamiento ya llevaba un rato rondando la cabeza. Según explicó, la tercera temporada había sido durísima de rodar. Mucha presión, muchas discusiones creativas y ese cambio radical que se iba acercando.
Hay una parte especialmente reveladora: Freya Allan dijo que, viendo a Cavill defender siempre la esencia de los libros, sintió la necesidad de continuar esa batalla cuando él ya no estuviera. Como si heredara una misión. ¿No te parece casi poético?
Y hay más. Freya Allan no esquivó hablar del “odio gratuito” hacia Hemsworth. Dijo que el equipo lo recibió con los brazos abiertos, aunque se sintiera rarísimo mirar a un Geralt que no era “el Geralt con el que creció”. Una frase brutal porque deja claro lo emocional que fue el relevo, más allá de los comentarios de internet.
Al final, decidió quedarse. Vivirlo todo desde dentro. Exprimir la etapa final. Y según ella, la quinta temporada la dejó exhausta… pero también increíblemente satisfecha.
La caída de audiencia no ayudó precisamente
Aquí viene otro punto jugoso: la recepción de la temporada 4. Netflix confirmó que debutó con 7,4 millones de visionados, una bajada del 51% respecto a la tercera temporada y un desplome del 60% si la comparamos con la segunda. Vamos, que la expectación cayó más rápido que un brujo sin Señal de Quen.
The Witcher
Ese descenso invitó a más preguntas, incluida una inevitable: ¿Se arrepiente Freya Allan de no haberse marchado antes?
La actriz no lo dice abiertamente, pero la sombra está ahí. Más aún cuando The Rats: A Witcher’s Tale, el spin-off que debía expandir el universo, llegó a Netflix con menos ruido que un drowner en pantano. Rumores de problemas internos, dudas creativas, retrasos… y al final, estreno discreto.
Con ese panorama, casi sorprende más que Freya Allan decidiera mantenerse firme que la idea de que quisiera bajarse del barco.
Una temporada final intensa y un cierre emocional
Lo que sí dejó claro la actriz es que la quinta temporada la dejó sin energía. “Lo dio todo”, dijo. Como quien termina una carrera con barro hasta las pestañas y aún así cruza la línea con una sonrisa porque sabe que ha hecho historia.
Y aquí es donde notas la importancia real de su decisión. Si Freya Allan se hubiera ido cuando lo pensó, The Witcher habría perdido a Ciri justo en el tramo más importante de su arco. Y la serie habría recibido un golpe todavía mayor. Imagina sustituir a Geralt y a Ciri en plena recta final. Netflix se habría quedado sin pócimas para salvar eso.
Además, aunque la temporada 4 haya sido polémica, la actriz sigue defendiendo que muchos de los elementos criticados vienen directamente de las novelas. “Me sorprendió que tanta gente se quejara de cosas que son literalmente de los libros”, dijo. Un recordatorio elegante de que, a veces, la espada va donde la historia manda.
Freya Allan, el último hilo que sostenía la esencia de la serie
En medio de todo el caos, cambios de protagonista, caídas de audiencia, spin-offs accidentados, Freya Allan se ha convertido en el pilar emocional de The Witcher. Su presencia ha sido la constante que permitía al espectador mantenerse anclado, incluso cuando la serie parecía caminar por un bosque demasiado oscuro.
Lo más curioso es que, al final, la actriz que estuvo a punto de dejarlo todo ha terminado siendo quien sostiene la coherencia y el alma de las últimas temporadas. Y esa paradoja casi define lo que ha sido The Witcher en streaming: un viaje turbulento, lleno de ideas brillantes mezcladas con decisiones cuestionables… pero que siempre encontraba algo a lo que aferrarse.
The Witcher
En este caso, esa pieza fue Freya Allan.
¿Y ahora qué queda?
La cuarta temporada ya está disponible en Netflix, la quinta está en camino y el debate sobre la serie seguirá vivito durante un buen tiempo. Pero si algo queda claro después de escuchar a Freya Allan, es que su compromiso ha sido mucho más profundo de lo que pensábamos.
Quizá The Witcher no vuelva a sus días de gloria, quizá el cambio de brujo nunca termine de convencer, pero al menos podremos decir que Ciri llegó hasta el final con una intérprete que luchó por su personaje incluso cuando todo alrededor parecía pedirle que saliera corriendo hacia otro proyecto.
Y oye, solo por eso, ya vale la pena verla.
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