Hubo un momento en el que nadie imaginaba que un fan film de hace años pudiera poner en aprietos a Lucasfilm. Hoy es exactamente lo que está ocurriendo. La nueva serie de Star Wars en Disney+ acaba de chocar contra una acusación de plagio que se ha extendido como un incendio, alimentada por un vídeo comparativo tan preciso que muchos ya hablan de algo más que una simple casualidad. Y lo más sorprendente es que esta polémica ha estallado justo cuando la franquicia celebraba el estreno de su nueva temporada animada.
La conversación empezó en redes sociales, casi como un comentario aislado, pero en cuestión de horas se había convertido en un torbellino. Y no es para menos, porque señala directamente a uno de los capítulos de Visions, una de las apuestas creativas más queridas y libres dentro del universo Star Wars. Lo que debía ser una celebración de estilos y culturas se ha transformado inesperadamente en un debate incómodo sobre inspiración, homenaje y copia.
La acusación que lo cambia todo
El realizador y especialista de Dune, Lorenz Hideyoshi, fue quien dio el primer paso. En su cuenta de Instagram compartió un vídeo comparando dos secuencias: arriba, una escena de su fan film Dark Jedi: A Star Wars Story (2019); abajo, una escena de The Bandits of Golak, episodio de la segunda temporada de Star Wars: Visions producido por 88 Pictures y dirigido por Ishan Shukla.
La similitud visual entre ambas piezas era tan clara que el debate se encendió de inmediato. Hideyoshi afirmaba que la coreografía de su fan film había sido replicada en la serie prácticamente tal cual. No solo los movimientos, sino también los ángulos de cámara, el ritmo de los golpes y la disposición espacial de los personajes. Según él, la escena no estaba inspirada, sino calcada.
Su mensaje no dejaba espacio para la duda: “Ya tenían otro enfoque de armas, pero aun así lograron imponer mi coreografía sin cambiar ni los ángulos,” escribió con evidente indignación. Y remató con un dardo dirigido a Disney: “Quizá pagad mejor a vuestros animadores o contratad a un diseñador de acción.”
Las palabras no tardaron en viralizarse, sobre todo dentro del mundo de artistas independientes que reconocen al instante ese miedo común: ver cómo un trabajo personal, creado con pasión y sin ánimo de lucro, puede terminar absorbido por una producción gigantesca sin rastro de su origen.
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Un eco que llega tarde
La parte más desconcertante del asunto es que el episodio en cuestión se estrenó el 4 de mayo de 2023 y, sin embargo, esta acusación ha surgido en 2025, dos años después. Es una situación extraña, porque durante ese tiempo nadie había mencionado la similitud. Pero ahora que está sobre la mesa, las comparaciones se están replicando en redes a una velocidad que hace imposible ignorarlas.
Lo curioso es cómo esta polémica llega justo después del lanzamiento de la Temporada 3 de Star Wars: Visions, que se estrenó con gran entusiasmo en Disney+, acompañada de un reparto estelar con nombres como Anna Sawai, Emma Myers, Steve Buscemi, Simu Liu y Jodie Turner-Smith. La serie se encontraba en pleno impulso internacional cuando de repente tuvo que enfrentarse a esta sombra inesperada.
El silencio que pesa demasiado
Hasta ahora, ni Lucasfilm ni Disney han ofrecido una respuesta oficial. Tampoco lo ha hecho 88 Pictures, el estudio encargado del episodio señalado. Y en un contexto como este, el silencio no solo no ayuda: se multiplica.
En teoría, Visions existe para celebrar la libertad creativa. Cada estudio aporta su visión particular del universo y crea historias independientes sin ataduras del canon. Ese espíritu de experimentación es parte de su encanto. Pero ahora muchos fans se preguntan si esta libertad también incluye inspirarse demasiado en trabajos previos sin acreditación.
La reflexión es inevitable. Si una secuencia parece copiada de un fan film reconocido, ¿Dónde queda la línea entre homenaje y apropiación? ¿Y qué dice eso del proceso de supervisión?
No es la primera vez que Star Wars enfrenta acusaciones de plagio
Han Solo
Este caso ha impactado con fuerza, pero lo cierto es que no es la primera vez que la saga enfrenta señalamientos por copiar demasiado de cerca el trabajo de otros artistas. Durante la campaña de Solo: A Star Wars Story, un diseñador francés denunció públicamente que los carteles oficiales de la película replicaban la estética, las texturas y la composición de una serie de ilustraciones que él había creado para Sony Music en Francia.
En su momento, la similitud fue tan evidente que obligó a Lucasfilm a revisar varios materiales promocionales. A eso se suman los debates históricos sobre la música de John Williams, acusada en ocasiones de parecerse demasiado a obras de compositores como Erich Korngold o Gustav Holst, lo que siempre reabre el debate sobre los límites entre homenaje e influencia. Estos precedentes hacen que el nuevo conflicto de Visions no se sienta como una anomalía aislada, sino como un eco más dentro de una larga historia donde la creatividad de Star Wars convive con la controversia.
El papel del estudio externo
El episodio acusado no fue realizado por Lucasfilm directamente, sino por un equipo externo. Esto abre una pregunta incómoda: ¿Cuánto control real ejerce Lucasfilm sobre las producciones que llevan su sello cuando se trata de colaboraciones internacionales? Y sobre todo, ¿hasta qué punto se revisan los materiales creativos para evitar situaciones como esta?
Nadie ha respondido todavía, pero la presión mediática está creciendo, sobre todo porque la franquicia ha construido su reputación sobre el respeto a la creatividad y la innovación visual.
Un futuro con sombras
La acusación no pone en peligro la existencia de Visions, pero sí altera la percepción del público. Ahora cada escena de acción aparece bajo otro prisma. Cada plano dinámico, cada coreografía llamativa, cada giro de sable puede despertar la pregunta incómoda de si procede realmente del estudio o de otro lugar menos evidente. Eso, para un proyecto basado en la libertad y el talento, es un golpe duro.
Hideyoshi no acusa desde el rencor, sino desde el amor a la saga. Su fan film es un tributo. Y eso hace que la herida sea aún más profunda. El dilema que plantea es tan viejo como la industria: cómo proteger la creatividad de los fans cuando convive con gigantes que también beben del imaginario colectivo.
Lo que podría venir ahora
Nadie sabe con certeza qué hará Disney. Podrían publicar un comunicado explicando el proceso creativo del episodio, podrían llegar a un acuerdo privado o podrían decidir no moverse en absoluto. Y tanto entre artistas como entre fans, la sensación es que una compensación económica no resolvería el problema de fondo.
Lo que muchos esperan es claridad. Una explicación. Una mirada honesta a los límites de la inspiración cuando se trabaja dentro de una franquicia con miles de creadores que llevan décadas imaginando sus propias historias en esta galaxia.
Lo único seguro es que el debate no va a apagarse pronto. No cuando un simple fan film es capaz de poner en alerta a una de las franquicias más influyentes del planeta.
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