¿Y si te dijera que Fallout 2 acaba de tocar una de las partes más queridas y absurdamente icónicas de toda la saga? Sí, ese rincón de locura radiactiva que tanto nos hacía reír en New Vegas está a punto de cambiar…
Porque la nueva temporada de Fallout en Prime Video promete llevar la serie a un terreno aún más mutante: un lugar donde lo sagrado, lo kitsch y lo radioactivo se mezclan hasta formar algo completamente nuevo.
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Fallout regresa a lo grande (y a lo raro)
La primera temporada de Fallout fue un bombazo. Estrenada en abril de 2024, convirtió una licencia que muchos daban por imposible en una de las mejores adaptaciones de videojuegos jamás vistas. Crítica y público coincidieron: aquello no solo funcionaba, era puro espectáculo post-apocalíptico.
Lejos de copiar los juegos al pie de la letra, la serie prefirió contar su propia historia dentro del mismo universo, respetando el canon y lanzando una lluvia de easter eggs que hizo las delicias de los veteranos del Yermo. Ese equilibrio entre respeto y reinvención fue su gran acierto.
Y ahora llega la segunda temporada, ambientada en New Vegas, ese paraíso de neón, vicio y radiación que ya es leyenda para cualquier fan de Fallout. Todo apuntaba a una expansión natural… hasta que apareció el detalle que nadie esperaba.
Los Reyes del desierto: una banda inmortal
En los videojuegos, los Kings eran uno de los grupos más carismáticos de Fallout: New Vegas. Un puñado de supervivientes humanos que, tras encontrar la antigua Escuela de Imitadores de Elvis Presley, acababan rindiendo culto al mismísimo Rey del Rock sin saberlo.
Imagina la escena: tipos con tupé, cazadoras de cuero, pantalones ajustados y ese acento de Memphis que ni ellos entienden. Un culto postnuclear nacido de malinterpretar unas cintas viejas y fotos de Elvis. Esa mezcla de tragedia y humor absurdo era puro Fallout.
Pero aquí viene lo bueno: en la segunda temporada de la serie, los Kings no son humanos, sino ghouls. Es decir, mutantes irradiados que siguen caminando por el mundo mucho tiempo después de muertos. Sí, Elvis ha vuelto, pero podrido.
Prime Video
Un cambio que remueve los cimientos del canon
Este giro cambia por completo lo que sabíamos de New Vegas. En los juegos, los Kings surgían después de la guerra nuclear, como una parodia de lo que quedó de la cultura pop. Pero si ahora son ghouls, significa que existían antes de las bombas. Y eso abre una caja de radiación narrativa enorme.
Algunos fans ya lo llaman un “retcon”, una reescritura del canon, mientras otros creen que Prime Video solo está preparando un golpe de efecto más grande. Después de todo, Fallout nunca se ha limitado a reproducir lo que ya conocíamos: siempre ha jugado con la ironía y el caos.
Y, seamos sinceros, ¿no tendría sentido que una banda de imitadores de Elvis sobreviviera al apocalipsis? Si alguien podía aguantar 200 años irradiado y aún seguir haciendo reverencias, son ellos.
De Viva Las Vegas a Viva la Mutación
Detrás del cambio hay una idea que encaja perfectamente con el espíritu de Fallout. Elvis y Las Vegas son inseparables: sus giras, su residencia eterna, su película Viva Las Vegas. Los desarrolladores originales del juego ya habían jugado con esa ironía; ahora la serie la lleva al extremo.
Convertir a los Kings en ghouls no solo es un guiño visual o una broma; es un comentario sobre cómo la cultura pop nunca muere. Incluso en un mundo devastado, las leyendas sobreviven, aunque sea con la piel cayéndose a trozos.
The Kings
Además, el nuevo enfoque cambia el tono del chiste: ya no es una banda que malinterpreta el pasado, sino un grupo de ancianos irradiados que vivieron el pasado y se niegan a soltarlo. Una sátira brutal sobre la nostalgia, el fanatismo y el eterno deseo de vivir en una época que ya no existe.
La línea temporal tiene la clave
Por si fuera poco, Fallout 2 (la serie, no el juego original) se ambienta en 2296, el punto más avanzado de toda la cronología del universo. Nueve años después de Fallout 4 y quince tras los sucesos de New Vegas. Ese salto temporal da margen para todo tipo de mutaciones, literales y argumentales.
En ese periodo, muchos humanos podrían haberse convertido en ghouls por exposición prolongada a la radiación. Así que el cambio encajaría perfectamente en la lógica del mundo. Quizá los Kings originales murieron, pero algunos sobrevivieron… o evolucionaron.
Esa sería una manera brillante de unir los puntos entre los juegos y la serie sin traicionar el espíritu de ninguno. Y si algo ha demostrado Prime Video, es que sabe hilar fino cuando se trata de equilibrar homenaje y novedad.
¿Qué final de New Vegas seguirá la serie?
Fallout: New Vegas permitía varios desenlaces según las decisiones del jugador, y ninguno mencionaba que los Kings se convirtieran en ghouls. Pero uno de ellos sí dejaba abierta una posibilidad: la de que casi todos murieran a manos de la NCR, quedando solo unos pocos vagando por el desierto.
¿Qué pasaría si esos pocos sobrevivientes, expuestos durante años a la radiación, terminaran transformándose? Sería una forma poética y un tanto macabra de cerrar el círculo. La historia de unos imitadores de Elvis convertidos en auténticas reliquias vivientes del pasado.
Y claro, eso encaja de maravilla con el tono tragicómico de Fallout: humor negro, nostalgia y crítica social envueltas en un cóctel de sangre y polvo.
Más que un cambio, una evolución
Lo que muchos ven como un “retcon” podría ser en realidad una declaración de intenciones. Fallout siempre ha sido una saga que se ríe del fin del mundo, y esta decisión parece gritar: “El pasado no muere… solo se pudre”.
La serie ha entendido que su mayor poder está en reinterpretar lo conocido, no en repetirlo. Y si eso significa que Elvis ahora es un zombi radioactivo que lidera una banda en Las Vegas, que así sea. Al fin y al cabo, ¿qué otra franquicia podría salirse con la suya con algo tan loco?
La segunda temporada de Fallout llega a Prime Video el 17 de diciembre de 2025, y todo apunta a que será todavía más salvaje, más irreverente y más adictiva que la primera.
Y si te has quedado con ganas de más locuras postapocalípticas, echa un ojo a nuestra crítica de la primera temporada de Fallout, donde analizamos cómo convirtió la radiación en puro oro televisivo.
Porque, al final, eso es lo que hace mágico al cine (y a las buenas series), ¿no? Tomar lo que ya conoces, hacerlo estallar en mil pedazos… y dejarte con una sonrisa de pura mutación en la cara.
