Hay películas que nacen destinadas a marcar una época, y otras que necesitan tiempo para encontrar su lugar en el corazón de los fans.
Entre los grandes clásicos de los ochenta se encuentran joyas ocultas del género como The Last Starfighter, una película de ciencia ficción de 1984 que pasó desapercibida en taquilla pero que, con los años, se convirtió en un título de culto. Ahora, cuatro décadas después, regresa de una manera inesperada: no en la gran pantalla, sino en forma de cómic oficial.
The Last Starfighter es una joya adelantada a su tiempo
Estrenada en 1984, The Last Starfighter contaba la historia de Alex Rogan, un adolescente interpretado por Lance Guest que vive en un modesto parque de caravanas y pasa las horas frente a una máquina recreativa llamada Starfighter. Lo que parecía un simple pasatiempo ocultaba un secreto intergaláctico: aquel arcade era, en realidad, una prueba para reclutar nuevos pilotos en una guerra espacial contra un imperio alienígena. Cuando Alex consigue la máxima puntuación, es reclutado por un extraterrestre para convertirse en héroe de una batalla que se libraba más allá de las estrellas.
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La película, dirigida por Nick Castle y escrita por Jonathan R. Betuel, fue una de las primeras en apostar fuertemente por los efectos visuales generados por ordenador. Sin embargo, en plena competencia con otros estrenos del género y con una promoción discreta, no logró arrasar en la taquilla. Eso sí, con el paso de los años se ganó un ejército de seguidores que la reivindican como una película de ciencia ficción adelantada a su tiempo, comparable en espíritu a Tron o Juegos de guerra.
El sueño frustrado de la secuela
El éxito en vídeo doméstico y el culto que generó pronto despertaron rumores sobre una secuela. Incluso nombres tan potentes como Steven Spielberg o Seth Rogen llegaron a sonar relacionados con el proyecto. Pero había un obstáculo insalvable: los derechos. Jonathan R. Betuel, guionista original y poseedor de la propiedad intelectual, se opuso durante años a cualquier intento de volver a llevar la saga al cine. El universo de Alex Rogan permanecía congelado en los ochenta, como una reliquia intocable de la historia del cine.
Hasta ahora: The Last Starfighter continuaría su historia… pero no con otra película de ciencia ficción en la gran pantalla, sino a través de un nuevo formato que sorprendió a propios y extraños.
El regreso en viñetas: The Last Starfighter 2026
La resurrección de la franquicia llegará en 2026 gracias a una serie de cómics producida por la editorial independiente Mad Cave Studios. El propio Jonathan R. Betuel, que durante décadas se mostró celoso de su creación, se ha puesto al frente de este proyecto como uno de los principales responsables creativos. Según ha declarado, este medio le ofrece la libertad de expandir el universo sin las presiones de Hollywood ni el riesgo de perder el control de su obra.
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Aunque los detalles de la trama permanecen en secreto, se sabe que la historia se situará después de los acontecimientos de la película de 1984, respetando la continuidad original. Eso significa que veremos un mundo posterior a la gran batalla contra Xur y el imperio Ko-Dan, con posibilidades infinitas para explorar nuevas razas, planetas y desafíos galácticos.
En el equipo creativo destacan Paul Davidson como coproductor, además de los guionistas Deric A. Hughes y Benjamin Raab, conocidos por sus trabajos en el Arrowverso y en el revival de Quantum Leap. En el apartado artístico, los lápices de Willi Roberts y los colores de Francesco Segala prometen dar a esta historia un acabado visual espectacular, ideal para una película de ciencia ficción trasladada al cómic.
De la pantalla al papel: un camino habitual
Puede sonar extraño que una franquicia cinematográfica decida continuar su vida en formato cómic, pero lo cierto es que no es la primera vez. Otras sagas, como Star Wars o Buffy Cazavampiros, han encontrado en las viñetas el espacio perfecto para ampliar su mitología. Y The Last Starfighter ya había coqueteado con este medio: en 1984, Marvel publicó una miniserie de tres números que adaptaba directamente la trama de la película original.
La diferencia es que, en esta ocasión, no se trata de un remake en papel, sino de una auténtica secuela canónica, escrita y supervisada por su propio creador. Una forma de dar a los fans lo que llevaban esperando décadas: la continuación oficial de una de las películas de ciencia ficción más queridas y reivindicadas de los ochenta.
El legado de una película de ciencia ficción de culto
Lo fascinante de The Last Starfighter es cómo una obra que fue considerada un fracaso comercial ha acabado inspirando a toda una generación de cineastas, guionistas y espectadores. Su mezcla de aventura juvenil, videojuegos y épica espacial adelantó muchas de las tendencias que hoy dominan el entretenimiento. Series como Stranger Things o películas como Ready Player One beben directamente de ese espíritu ochentero que convertía lo cotidiano en una puerta hacia lo extraordinario.
Que en 2026 vayamos a ver nuevas historias ambientadas en este universo es una señal de que la nostalgia y la pasión de los fans pueden mantener viva una franquicia durante cuarenta años. Una muestra más de que las películas de ciencia ficción no mueren: simplemente esperan el momento adecuado para volver a brillar.
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