Durante meses, los fans de Marvel llevaban dándole vueltas a un enigma que parecía imposible: ¿cómo podían coexistir dos versiones distintas del héroe en las páginas de Amazing Spider-Man? Pues bien, el número 11 de la mítica colección, que además celebra nada menos que 975 entregas, ha resuelto el rompecabezas de una forma tan ingeniosa como sorprendente. Y, como suele pasar en el mundo del trepamuros, nada es lo que parece a simple vista.
El misterio de los dos Spider-Man
Todo empezó en Amazing Spider-Man #8, cuando un nuevo villano llamado Hellgate dejó al pobre Peter Parker al borde del KO. El golpe fue tan brutal que parecía que Spider-Man no iba a recuperarse nunca. A partir de ahí, los lectores empezamos a notar cosas raras: Peter estaba distante con su gente, y el propio Spider-Man actuaba con una violencia poco habitual. ¿Era estrés, trauma o algo más profundo?
La confusión aumentó en los siguientes números: Peter se mostraba frío y ajeno, mientras que Spider-Man parecía un justiciero sin piedad. Muchos fans especularon con una especie de “escisión de cuerpo y alma”, como si Peter y Spidey se hubieran dividido en dos mitades incompletas. Pero Joe Kelly, el guionista, tenía guardada una jugada maestra.
Ben Reilly entra en escena
La verdad salió a la luz en el número 11, y fue un auténtico bombazo: ese Peter Parker no era Peter Parker en absoluto, sino Ben Reilly, el clon favorito y más atormentado, del fandom. Ben, que últimamente ha tenido sus idas y venidas como el antihéroe Chasm, decidió ocupar el lugar de su “hermano” cuando sintió que este ya no estaba en la Tierra.
Así que mientras pensábamos que seguíamos las andanzas del verdadero Peter Parker, en realidad estábamos viendo a un impostor con cara conocida. Ben incluso se permitió el lujo de ocupar el puesto de trabajo de Peter, pero claro, su carácter más oscuro y celoso lo llevó a enemistarse con los amigos de siempre e incluso con la pobre tía May.
El giro más inesperado: Norman Osborn como Spider-Man
Y si lo de Ben no fuera suficiente, la otra mitad del misterio resultó aún más loca. El Spider-Man que veíamos en acción, el que parecía más brutal de lo habitual, tampoco era Peter. En realidad, era nada menos que Norman Osborn, el mítico Duende Verde, disfrazado de héroe gracias a su propia tecnología.
Marvel ha jugado aquí con uno de esos giros que parecen imposibles pero que, al mismo tiempo, encajan con la narrativa reciente: Norman intentando redimirse, usando sus recursos para “ayudar” en lugar de destruir. Claro, que ya sabemos que en el universo de Spider-Man, la línea entre redención y manipulación nunca es del todo clara.
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Entonces, ¿dónde está el verdadero Peter Parker?
La gran pregunta que queda en el aire es: ¿qué pasó con el auténtico Spider-Man? Según se revela, aquel golpe final de Hellgate lo lanzó fuera del planeta. Peter ha pasado semanas en un entorno alienígena hostil, sobreviviendo como buenamente podía. Allí descubre que el científico que parecía ayudarlo en realidad estaba experimentando con otras razas, y fiel a su lema de “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, nuestro héroe no puede quedarse de brazos cruzados.
En medio de esta odisea espacial, Peter se hace con un traje nuevo, el llamado flexisuit, con el que derrota al villano y se convierte en el improbable protector de un grupo de alienígenas. Entre ellos se encuentran personajes de lo más pintoresco: desde un mapache muy familiar (sí, Rocket Raccoon hace acto de presencia) hasta un simpático simbionte llamado Symbie, que promete dar momentos tan divertidos como caóticos.
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Un aniversario con sabor a futuro
Este número 11 de Amazing Spider-Man no solo resuelve un misterio que tenía intrigado al fandom, sino que abre la puerta a un montón de historias nuevas. Por un lado, tenemos a Ben Reilly en plena crisis de identidad, jugando a ser Peter Parker sin importar las consecuencias. Por otro, Norman Osborn probándose a sí mismo en un traje de Spider-Man, algo que por sí solo ya es material para miles de debates entre fans. Y mientras tanto, el verdadero Peter vive una de sus aventuras más locas, con sabor a ciencia ficción cósmica y un reparto secundario de lujo.
El cómic también incluye relatos adicionales, como la presentación de Rapid, un héroe con poderes para controlar el tiempo, cuya vida personal añade una dosis emotiva: usa sus habilidades para frenar el avance del cáncer cerebral de su padre. Además, los artistas invitados, ,desde John Romita Jr. y Scott Hanna hasta Pepe Larraz y Marte Gracia, hacen que cada página luzca espectacular, celebrando con estilo estos casi mil números de Spider-Man.
Un Spider-Man para cada lector
Lo más interesante de todo este enredo es que refleja lo que ha sido siempre Spider-Man: un personaje con múltiples caras, capaz de reinventarse sin perder su esencia. Desde los clones como Ben Reilly hasta villanos redimidos como Norman Osborn, pasando por un Peter Parker perdido en el espacio, el héroe arácnido sigue demostrando que es mucho más que un simple superhéroe. Es un espejo de la vida misma: complicada, impredecible y llena de giros inesperados.
Marvel ha sabido darle a los fans lo que más les gusta: emoción, nostalgia y, sobre todo, sorpresas. Y si este es solo el principio de la nueva etapa, queda claro que todavía tenemos Spider-Man para rato.
El misterio de los dos Spider-Man ha sido resuelto, pero lo que realmente ha logrado Marvel es sembrar un terreno fértil para las próximas historias. ¿Qué pasará con Ben Reilly? ¿Podrá Norman Osborn sostener su fachada de héroe? ¿Y cómo volverá Peter Parker a la Tierra después de su odisea galáctica? Lo único seguro es que, mientras haya telarañas de por medio, la diversión está garantizada.
