Las casas de los impíos de Ed Brubaker y Sean Phillips

Reseña de Las Casas de los Impíos. La última obra publicada de la pareja creadora de Criminal es Las casas de los impíos, una historia sobre el “satanic panic” que recorrió Estados Unidos durante los años 80.

Brubaker y Phillips exploran el “Satanic Panic”, un fenómeno social basado en el miedo a cultos satánicos que surgió debido a la creación de la Iglesia de Satán y otras corrientes similares.

Una historia basada en la realidad

Aunque muchos conocen a Brubaker y Phillips por sus obras de cine negro, también hay que reconocerles la radiografía histórica que hacen de los años 70 y 80 a nivel social. En Las casas de los impíos se centra en las consecuencias que podrían derivarse de un mínimo rastro de cultismo y lo que produjo en las familias que tuvieran contacto y de la posible continuidad de estas prácticas en el tiempo. La obra recoge la fantasía colectiva generada por medios y películas como La semilla del diablo o El exorcista, que alimentaron los miedos de la sociedad ante algo que en gran parte no existía.

Rebuscando en un pasado doloroso y lleno de fantasías

La obra sigue a una víctima de un caso de culto satánico, cuya madre ultra religiosa creyó a pies juntillas. Los dos hermanos influenciados junto a otros compañeros crearon una fantasía llena de altares y sacrificios que nunca ocurrieron. En el presente este trauma ha creado un cisma familiar irresoluto. Pero todo vuelve cuando la vida de los niños involucrados, ya adultos, se ve amenazada por lo que parece ser un culto real que cree en la historia. En medio de este thriller con tintes de terror podremos asistir a una confesión en primera persona de cómo todo aquel momento de histeria afectó a los más jóvenes implicados.

Brubaker escribe desde el presente hacia atrás, una mecánica de la que gusta mucho y que domina. Nuestra protagonista se mueve entre el pánico y los remordimientos, buscando una posible redención a través de una victoria contra ese enemigo que no existió, pero ellos crearon y terminó perjudicando a inocentes. Hay una mezcla de amargura y miedo que ha impulsado a la protagonista durante años, que ahora ve confirmado.

Una historia que tiene algo más que contar

Hay una buena exposición de lo que fue el “satanic panic” y un gran desarrollo de los traumas que produjo a través de los protagonistas, pero no hay respuestas solo una serie de explicaciones sobre los responsables o los motivos, el lector queda como juez de todo. La trama principal de este neo noir cumple los tropos del género y atrapa por la velocidad con la que se enlaza todo el puzle.

Phillips más suelto en su trazo busca contrastes duros en los negros

Brubaker y Philips trabajan con precisión absoluta, combinando un dibujo sólido con un color intenso que refuerza la narrativa y los estados emocionales.

Phillips domina los negros y semitonos en su dibujo, saltando de época a época sin dificultad. Todo es directo y conciso; no hay viñetas dedicadas a información innecesaria. La colaboración con su hijo como colorista potencia la obra: los tonos, los colores y la composición logran un impacto que va más allá de lo visual, reforzando la narrativa y el dramatismo de cada escena.

Ideas muy actuales para un planteamiento en el pasado

Las casas de los impíos no es la mejor obra de la pareja, pero es de las más ambiciosas. Aborda preocupaciones, dolores y críticas a temas familiares y sociales que pueden nacer en décadas pasadas, pero con otras causas siguen existiendo en la actualidad. Incluyendo la influencia de las organizaciones religiosas sobre los comportamientos colectivos, la falta de ética de los medios con una noticia vital y la necesidad americana de convertir en espectáculos dramáticos casi cualquier rumorología que tenga impacto. Es una obra dura, cruel, que engancha desde el principio y golpea directamente al lector.

JOTA (J.C. Royo)

ISNI: 0000 0005 1791 9678 Desde que tengo memoria he leído cómics. Mi madre me compró el primero antes de aprender a leer bien, alguien le contó a la pobre que ayudaba a los niños a acercarse a la lectura. Aún busca a la persona que se lo dijo para agradecérselo apropiadamente, con un garrote.

Apasionado del mundo de la viñeta devoro todo cómic que se me pasa por delante. El americano es mi predilección pero el japonés y el europeo también llena mis estanterías. Si le añades los libros, las series de tv y las películas soy lo que hoy día llaman friki, y orgulloso de serlo.

Periodista con estudios audiovisuales y gusto por la comunicación a todos los nivéles, cuando me lo permiten escribo. No me caso con nadie y ya sea aburrido, trepidante, intenso o un gasto de papel, un cómic hay que leerlo y comentarlo para que esté de verdad vivo.