¿Te acuerdas cuando viste esta película por primera vez? Seguro que la mezcla de baloncesto, música ochentera y un adolescente que de repente se convierte en hombre lobo te dejó con una sonrisa en la cara. Teen Wolf (De pelo en pecho, Travesuras de un lobo adolescente, Un lobo adolescente, Muchacho lobo o Travesuras de un lobo quinceañero) no solo fue una comedia fantástica divertida, también se convirtió en un icono del cine juvenil de los 80. Y ahora, cuatro décadas después, toca celebrar que han pasado nada menos que 40 años desde su estreno en agosto de 1985, una fecha que marcó a toda una generación.
Lo curioso es que Teen Wolf llegó a los cines solo unas semanas después de Regreso al futuro. Sí, Michael J. Fox pasó de viajar en un DeLorean a convertirse en hombre lobo adolescente en un abrir y cerrar de ojos. Y aunque muchos podrían pensar que el proyecto quedaría eclipsado, la realidad fue otra: la película costó apenas 1,4 millones de dólares y recaudó más de 80 millones en todo el mundo. Un auténtico pelotazo.
Teen Wolf tiene una trama tan loca como entrañable
Teen Wolf (1985)
La historia de Teen Wolf es tan sencilla como irresistible. Scott Howard (Michael J. Fox) es un adolescente normal y corriente, con las típicas preocupaciones de instituto: no es popular, juega en un equipo de baloncesto que siempre pierde y está enamorado de la chica equivocada. Todo cambia cuando descubre que tiene un secreto familiar bastante peludo: es un hombre lobo.
Lo que en un principio parece un problema, pronto se convierte en su mejor carta. Scott descubre que transformarse le da habilidades sobrehumanas, desde un increíble talento deportivo hasta un carisma arrollador. Pero, claro, ser el centro de atención también tiene un precio, y tendrá que aprender que la fama no lo es todo.
El reparto es increíble
Aunque la película es recordada sobre todo por Michael J. Fox, lo cierto es que Teen Wolf contó con un reparto que se ganó un hueco en el corazón del público:
- Michael J. Fox como Scott Howard, el protagonista peludo.
- James Hampton como Harold Howard, el padre que comparte el mismo “don” lobuno.
- Jerry Levine como Stiles, el amigo más carismático (y oportunista).
- Susan Ursitti como Boof, la mejor amiga de Scott que, sorpresa, estaba enamorada de él desde siempre.
- Lorie Griffin como Pamela, la chica popular del instituto.
- Mark Arnold como Mick, el clásico matón que no podía faltar en una historia ochentera.
Presupuesto ridículo, éxito descomunal
Si algo demuestra Teen Wolf es que el ingenio y el timing valen más que los millones. Con solo 1,4 millones de presupuesto, la película se filmó en seis semanas y se convirtió en una mina de oro para los estudios. Los más de 80 millones de recaudación la colocaron entre los grandes éxitos sorpresa de los ochenta.
Este triunfo, además, consolidó a Michael J. Fox como uno de los actores más taquilleros de la época, capaz de triunfar tanto en ciencia ficción como en comedia adolescente.
Anécdotas que hacen la película aún más divertida
Teen Wolf está llena de detalles curiosos que han alimentado su leyenda:
- Michael J. Fox no soportaba el maquillaje del hombre lobo, que tardaba horas en aplicarse y le resultaba agobiante.
- La famosa escena de surf sobre una furgoneta fue rodada sin dobles, con un equipo preocupado por la seguridad de los actores.
- En el partido final de baloncesto, si te fijas bien, se puede ver a un extra con los pantalones abiertos en las gradas, un error que se convirtió en mito del VHS.
- El guion original era mucho más oscuro, pero los productores apostaron por un tono ligero y cómico, y la jugada salió perfecta.
El legado de Teen Wolf
El éxito fue tal que en 1987 llegó una secuela, Teen Wolf Too, con Jason Bateman como protagonista, aunque no tuvo la misma magia. Décadas después, la historia se reinventó en forma de serie para MTV, más oscura y dirigida a un público adolescente, que volvió a poner a los hombres lobo en el mapa.
Teen Wolf (1985)
Hoy, cuatro décadas después, Teen Wolf sigue siendo una cápsula del tiempo de los años ochenta: música pegadiza, looks imposibles y ese espíritu de que cualquiera, incluso un hombre lobo, puede encontrar su lugar en el mundo.
En definitiva, Teen Wolf no solo fue una película divertida, sino también una lección de que el cine ligero y entrañable puede perdurar más que muchos blockbusters de cientos de millones. Y sí, cada vez que escuchamos «Surfin’ USA» todavía imaginamos a un hombre lobo adolescente sobre una furgoneta.
