Hay películas que llegan con tanta fuerza que no solo hacen saltar a la butaca, sino que además ponen a hablar a todo el mundo del género. Eso es justo lo que ha pasado con Weapons, la nueva película de terror de Zach Cregger, un cineasta que ya dejó huella con Barbarian y que ahora confirma que no fue casualidad. Pero lo más sorprendente no es solo su historia perturbadora ni su estructura llena de giros inesperados… sino que detrás de ella estuvo la mano de un director legendario que pocos imaginaban: nada menos que David Fincher.
Sí, el mismo Fincher de Seven y El club de la lucha. El que se mueve como pez en el agua entre el thriller psicológico y la obsesión por el detalle. Su apoyo silencioso fue clave para que Weapons se convirtiera en lo que muchos ya llaman la mejor película de terror del año. ¿Cómo se fraguó esta colaboración inesperada y qué tiene de especial esta cinta para estar en boca de todos? Vamos por partes.
Zach Cregger, de promesa a referente del género gracias a esta película de terror
Cregger ya había sorprendido a la crítica y al público con Barbarian, un título que parecía sacado de un laboratorio de pesadillas. Con Weapons repite la fórmula: te mete en un terreno conocido, pero en cuestión de minutos todo se vuelve extraño, inquietante y fuera de control. Esa capacidad de jugar con la expectativa del espectador es lo que le ha convertido en uno de los nombres más comentados dentro del género.
Weapons
La película de terror no es convencional. No busca sustos fáciles ni monstruos evidentes; en lugar de eso, construye un clima en el que la incomodidad crece poco a poco. Los silencios pesan, las miradas esconden secretos y cada escena parece que va a explotar en cualquier momento. En ese aspecto, se entiende perfectamente que alguien como David Fincher haya querido aportar su granito de arena.
El toque de David Fincher
En una entrevista con Variety, Cregger confesó que en los créditos finales aparece un agradecimiento muy especial: a David Fincher. Y no se trata de un gesto simbólico. El veterano director estuvo disponible durante la preparación, revisó material en la post-producción e incluso le dio consejos técnicos para pulir la historia.
Cregger lo explicaba así: «Dave es de los que siempre piensan que algo puede ser mejor. Me habló de encuadres, de ADR, de cómo replantear escenas. Sus observaciones fueron un tesoro».
Y claro, cuando comparas los estilos de ambos, entiendes la conexión. Los dos cuidan el ritmo con obsesión, trabajan la tensión de forma quirúrgica y nunca se conforman con la primera versión de nada. El resultado es que Weapons respira esa precisión milimétrica que caracteriza a las mejores películas de Fincher, pero manteniendo la voz propia de Cregger.
Una trama que hiela la sangre
Más allá de la producción y las influencias, lo que hace de Weapons una de las grandes películas de terror de 2025 es su historia.
La narración comienza con un niño que cuenta un hecho insólito: en la pequeña ciudad de Maybrook, diecisiete niños de la misma clase desaparecen en mitad de la noche. Solo queda uno: Alex Lilly. Desde ese momento, el pueblo entra en una espiral de sospechas, miedo y secretos que va creciendo con cada escena.
La maestra Justine, señalada por parte de la comunidad, cae en desgracia y busca refugio en un pasado del que había intentado escapar. A la vez, Archer, padre de uno de los niños, decide iniciar su propia investigación cuando la policía se muestra incapaz de resolver el caso. Lo que ambos descubren los lleva a un territorio mucho más oscuro de lo que imaginaban: un hogar con ventanas tapadas, sueños compartidos con una mujer de maquillaje grotesco y un sótano donde la realidad y la pesadilla se funden.
El misterio apunta a Gladys, la supuesta tía del pequeño Alex. Pero en realidad es una bruja que utiliza un macabro ritual con sangre, objetos personales y pelo humano para esclavizar a los habitantes del pueblo. A través de la manipulación y el miedo, controla tanto a los padres de Alex como a los niños desaparecidos. Y lo hace con un único objetivo: rejuvenecer y alimentarse de su energía vital.
El enfrentamiento final es brutal: Justine y Archer deben luchar no solo contra la bruja, sino también contra aquellos que ha puesto en su contra. La tensión crece hasta que los propios niños se rebelan contra Gladys y acaban con ella en una secuencia tan catártica como aterradora. La liberación llega, pero deja heridas profundas.
Una obra meticulosamente diseñada
La trama por sí sola ya funcionaría, pero lo que distingue a Weapons es cómo está contada. Las perspectivas cambian, las secuencias se alargan hasta lo insoportable y la atmósfera se siente como un abrazo frío del que no puedes escapar.
Weapons
Aquí es donde se nota la influencia de Fincher. Su insistencia en que todo puede pulirse dio a Cregger la confianza para llevar la historia al límite. El resultado es una película de terror que no solo da miedo, sino que también provoca una incomodidad persistente, esa que te sigue a casa después de apagar la pantalla.
La confirmación de un nuevo maestro del género
Si Barbarian fue la carta de presentación de Zach Cregger, Weapons es su consagración. La crítica lo ha abrazado, el público ha respondido y el género tiene un nuevo referente. Que además cuente con la complicidad de David Fincher es casi un sueño para cualquier cineasta, y aquí se traduce en una de las experiencias más intensas que se han visto en años dentro del cine de terror.
Por todo esto, no es exagerado decir que Weapons se ha convertido en la película de terror imprescindible de 2025. Tiene todos los ingredientes: un director joven con ideas frescas, un veterano de lujo aportando sabiduría, y una historia tan oscura como fascinante. Si te gustan las cintas que no solo buscan asustar, sino también dejarte pensando, aquí tienes tu próximo título obligado.
Y ahora dime, ¿te atreves a ver Weapons sabiendo que hasta David Fincher estuvo detrás de su concepción? Porque lo que está claro es que no se trata de una simple película de terror, sino de un viaje a lo más inquietante de la imaginación humana.




