Antes de que Eddie Brock se convirtiera en una especie de antihéroe atormentado con corazón blando, hubo una etapa en los cómics donde Venom era puro terror, sin redención, sin remordimientos, sin reglas. Y el responsable de ese Venom fue Mac Gargan, el mismo que en los cómics empezó siendo… ¡el Escorpión!
Puede que no sea el nombre más popular entre los enemigos de Spider-Man, pero si hay un personaje que llevó al simbionte a un nuevo nivel de brutalidad, fue él.
¿Quién es Mac Gargan?
MacDonald Gargan apareció por primera vez en los cómics en 1964 como un villano menor contratado por J. Jonah Jameson para desenmascarar a Spider-Man. Para ello, se sometió a un experimento que le convirtió en el Escorpión, uno de los enemigos clásicos del trepamuros.
A lo largo de los años, Gargan fue evolucionando, pero siempre se le consideró un matón con problemas de control, sin grandes ambiciones… hasta que el simbionte Venom lo eligió.
El simbionte cambia de huésped
En la década de los 2000, durante la etapa de Marvel Knights y The New Avengers, se exploraron historias mucho más crudas. Eddie Brock había perdido al simbionte, y este fue adquirido por una organización del gobierno. Norman Osborn —sí, el Duende Verde— lideraba en secreto una facción y pensó que el simbionte podía ser útil… siempre que encontrase al sujeto adecuado. Ese sujeto fue Mac Gargan. En el número Nº10 de Marvel Knights: Spider-Man (2005), se produce la unión. Y lo que sigue es una etapa oscura, violenta y fascinante.
Aunque su unión más conocida con el simbionte se dio en esta etapa, Gargan ya había demostrado afinidad por el caos antes incluso de convertirse en Venom. Sin embargo, cuando el simbionte lo eligió, no fue por su nobleza… sino por su oscuridad interna.
Lo interesante es que no fue la única vez que Mac Gargan portó el simbionte. A lo largo de su trayectoria, ha compartido vínculo con la criatura alienígena en varias ocasiones, incluso en escenarios tan extremos como Battleworld, durante eventos como Secret Invasion o en sus participaciones con la Savage Six. En algunas de estas versiones, Gargan usaba una mezcla del simbionte con su armadura de Escorpión, creando una criatura híbrida apodada incluso como “Ven-orpion” por algunos personajes en los cómics.
El Venom más brutal que hemos visto
A diferencia de Brock, Gargan no tenía ningún tipo de contención moral. El simbionte amplificó su agresividad y lo convirtió en una bestia imparable, que disfrutaba devorando a sus enemigos (literalmente). En lugar de resistirse a la influencia del simbionte, como hacía Brock, Gargan se entregó por completo.
Durante este periodo, Venom no era un antihéroe ni un protector letal. Era un monstruo suelto en las calles, utilizado como arma por Osborn y sus planes políticos.
Y lo peor es que funcionaba.
Thunderbolts: la primera misión
Con Osborn como director de los Thunderbolts, Gargan/Venom fue una pieza clave del equipo. Esta formación de villanos «reformados» debía actuar como unidad táctica en situaciones de alto riesgo. Y aunque sobre el papel eran héroes al servicio del gobierno… todos sabían que estaban lejos de serlo.
En esta etapa escrita por Warren Ellis, el personaje de Venom se descontrola en más de una misión, llegando incluso a comerse a varios enemigos, lo que generó conflictos internos en el grupo. Pero Osborn lo mantenía ahí por una sola razón: el miedo que inspiraba.
Dark Avengers: cuando Venom fingió ser Spider-Man… y el mundo se lo creyó
Tras los devastadores acontecimientos de Invasión Secreta, donde los Skrulls infiltraron a la sociedad y pusieron en jaque a los superhéroes, Norman Osborn—sí, el mismísimo Duende Verde—emerge como una figura de poder inesperada. Gracias a una campaña mediática impecable y al hecho de haber matado públicamente a la reina Skrull, Osborn se convierte en el nuevo director de S.H.I.E.L.D., que él mismo reforma bajo el nombre de H.A.M.M.E.R.
Pero Osborn no se conforma con liderar desde las sombras. Su siguiente paso es crear un equipo de “Vengadores” que inspire confianza… aunque en realidad esté compuesto por villanos camuflados. Así nace Dark Avengers, una idea tan brillante como peligrosa: reutilizar los símbolos de los superhéroes, vestirlos de nuevo… y poner al mando a los criminales.
Y es aquí donde Mac Gargan alcanza el punto más extremo de su transformación simbiótica. Esta versión de Venom, disfrazado como Spider-Man, no solo provocó caos mediático en Nueva York, sino que también sirvió a los propósitos personales de Gargan. En varias ocasiones utilizó su identidad encubierta para cometer actos violentos, manipular bandas callejeras, e incluso jugar con el entonces alcalde J. Jonah Jameson, como cuando dejó el cadáver de una mujer en su cama para incriminarlo.
En paralelo, Gargan utilizó alias como “Kilgore Trout” para llevar a cabo operaciones encubiertas mientras fingía ser un Vengador respetable. Estas acciones desembocaron en una cruzada personal contra él, encabezada por víctimas pasadas que formaron un grupo llamado Redeemers, y en una lucha interna con otros miembros de los Dark Avengers como Bullseye o Daken.
Venom disfrazado de Spider-Man: una amenaza con sonrisa falsa
En los cómics de Dark Avengers escritos por Brian Michael Bendis y dibujados por Mike Deodato Jr., Norman Osborn asigna a Mac Gargan el rol de Spider-Man. Le entrega un nuevo traje negro (idéntico al simbionte original) y lo lanza a la acción junto a versiones distorsionadas de personajes como Wolverine (realmente su hijo Daken), Hawkeye (el asesino Bullseye), y Ms. Marvel (la mutante Moonstone).
Pero hay un problema evidente: Gargan no es Peter Parker. Y el simbionte que lleva dentro no tiene intención de actuar como un héroe. Desde el primer número, queda claro que este “Spider-Man” es brutal, descontrolado y grotescamente violento. A ojos del público, salva vidas y combate amenazas. Pero entre bambalinas, muerde, grita, se lanza sobre enemigos como un animal salvaje y tiene constantes brotes de hambre. Literalmente. En más de una ocasión, se lanza a devorar a sus adversarios.
Un Venom dopado: el monstruo que necesitaba sedantes
Consciente del peligro que supone, Norman Osborn impone una medida extrema: drogas y calmantes para mantener al simbionte bajo control. Gargan necesita medicación constante para no perder la cabeza en mitad de las misiones. Pero incluso con esa contención artificial, Mac sigue rompiendo filas, actuando por impulso, poniendo en peligro al equipo y mostrando su verdadera naturaleza. Es un lobo con piel de cordero. Un monstruo con una máscara de héroe.
Esto genera tensiones internas en los Dark Avengers. No es raro ver a Bullseye o Ares lanzando amenazas veladas contra él. Todos saben que Venom es una bomba de relojería, y que si explota… nadie podrá detenerlo.
¿El peor Spider-Man de la historia?
Lo más fascinante de esta etapa es la ironía: el mundo ve a Spider-Man como un héroe, pero en realidad es el peor enemigo que podría llevar ese traje. Gargan no entiende ni comparte los valores de Peter Parker. No hay responsabilidad. No hay compasión. Solo hambre, ira, y un profundo deseo de venganza contra todo lo que represente orden o moral.
Esta manipulación mediática por parte de Osborn —haciendo pasar a villanos por íconos de justicia— es una crítica directa al poder de la imagen en los medios. Y Gargan, con su grotesca imitación de Spider-Man, se convierte en el ejemplo perfecto de cómo los símbolos pueden vaciarse de significado cuando se colocan en las manos equivocadas.
El final de los Dark Avengers (y de Gargan como Venom)
Como era de esperar, el castillo de naipes cae con fuerza. Durante el evento Asedio, Osborn pierde el control definitivo de sus tropas. Gargan, totalmente desatado, deja de fingir que es un héroe y lucha como Venom puro, atacando a Thor y a otros héroes reales.
Es entonces cuando Sentry —en su versión corrompida como Void— lo derrota de forma brutal. Tras el colapso de los Dark Avengers, Gargan pierde el simbionte y es arrestado, mientras que el traje negro regresa, eventualmente, a Eddie Brock.
Tras la caída de los Dark Avengers y la separación del simbionte, Gargan no se quedó quieto. Fue reclutado de nuevo por Alistair Smythe, quien le proporcionó una nueva armadura de Escorpión y alteró su fisiología. En este punto, Gargan había sido tan modificado que su cuerpo ya no era compatible con el simbionte… aunque eso no impidió que intentara reunirlo en el futuro.
Más adelante, volvió a cruzarse con el simbionte durante un conflicto con Lee Price, otro huésped del simbionte, en una historia que involucraba al crimen organizado y a Black Cat. También tuvo enfrentamientos con Flash Thompson como Venom, y con Spider-Man 2099, confirmando que la sombra simbiótica de Gargan ha estado presente incluso después de su etapa como Venom principal.
Pero esa etapa quedó marcada a fuego en los lectores: Mac Gargan fue el Venom más salvaje, más temido, y más incómodo de ver. No solo por su poder, sino porque encarnaba el reflejo más oscuro de los superhéroes. Era Spider-Man… sin alma.
Así que sí, Mac Gargan fue Venom. Y fue aterrador. No era un antihéroe. No tenía remordimientos. Solo hambre, ira y poder. Y ahora, con Marvel Studios expandiendo su Fase 6 y el simbionte aún suelto en el UCM, las posibilidades están servidas.
¿Y si este Venom llega al cine?
Ahora que Michael Mando ha confirmado su regreso como Mac Gargan en Spider-Man: Brand New Day, las piezas comienzan a encajar. El simbionte sigue suelto en el UCM desde No Way Home, y Marvel tiene en sus manos la oportunidad perfecta para introducir una versión salvaje y brutal de Venom, inspirada directamente en esta etapa de los cómics.
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